𝐅𝐑𝐄𝐀𝐒𝐇 𝐁𝐑𝐄𝐀𝐓𝐇 ━ ʜᴀɴ ᴊɪsᴜɴɢ (-)

╰┈➤Capítulo 1

HANNA

El señor y la señora Han son realmente encantadores, por lo que la visita de ayer salió genial.

Y ahora me encuentro caminando por las calles de Incheon con un pequeño mapa en la mano para no perderme ya que no conocía la ciudad y entre que tanto los señores Han como los médicos tenían trabajo por hacer, iba sola.

La ciudad era hermosa, con grandes rascacielos y un río atravesando la ciudad, además, el ambiente era perfecto, aunque no pude evitar mirar con algo de tristeza a una madre con su hija de la mano o a un grupo de amigos que pasó a mi lado.

"¿Cuándo voy a poder saber quién soy o quiénes son mis seres queridos?"

Por andar mirando a la gente, no me dí cuenta de que un chico venía corriendo hacia a mí igual o más distado que yo, por lo que terminamos chocando cayéndonos al suelo.

- ¿Uh? L-lo siento...no te ví... - levanté la mirada del suelo para ver al chico que se estaba disculpando y, sonará muy cliché, pero no pude decir nada, simplemente no me salían las palabras.

Y espero que sea por que no tenía qué contestar y no por que el chico sea guapo.

El chico también levantó la mirada del suelo, y en ese momento me dí cuanta de que me había quedado viéndolo prácticamente desde que caímos, por lo que bajo la cabeza rápidamente algo sonrojada por la vergüenza.

- ¿Estás bien? - yo asentí aún sin apartar la vista del suelo - Estás algo roja... ¿Segura que no te has hecho daño en la cabeza? - dijo a la vez que llevaba su mano a mi cara para asegurarse de que de verdad estaba bien.

Gracias a ese pequeño gesto, pude sentir mi cara arder aún más, por lo que me levanté rápidamente y me fui prácticamente corriendo con el corazón a mil por hora.

"No, no puedo sentir esto por alguien..."

✧༺🐿༻∞

HAN JISUNG

- Al fin llegas, un poco más tarde y rompes esa dichosa racha de puntualidad que tienes - me dijo burlonamente Minho.

- Ya sabes que no soporto llegar tarde a los sitios.

- Pero ya es la tercera vez que casi llegas tarde, un poco más y la profesora no te deja entrar - dijo Chan - ¿Cuál es tu escusa hoy? ¿Acaso tu perro se volvió a quedar dormido encima tuyo y te dio pena despertarlo?

- Esta vez no fue mi culpa - dije para luego beber un poco de refresco y mis amigos se me quedaron mirando - Bueno, un poco sí, salí tarde de casa, pero luego choqué con una chica y perdí algo de tiempo.

- Ayer estuve viendo doramas con mi hermana y así era justamente como se conocían - mencionó Changbin.

- Pero eso es todo ficción - respondí restándole importancia - además, la chica era al rara, ni siquiera se disculpó y se fue corriendo.

- Tal vez tenía prisa - pensó en voz alta Chan.

- Yo creo que notó lo virgen que eras y por eso se fue corriendo.

- ¡Minho! - le reprochamos los tres aunque Chan y Changbin se estaban descojonando - ¡Dejaos de reir! ¡Así no me ayudais!

En ese momento el timbré sonó y todos nos levantamos de la mesa para dirigirnos a nuestra clase.

- ¿Y cómo era la chica? - preguntó Changbin.

- ¿ Tú para que quieres saber eso? 

- Curiosidad - respondió levantando los hombros - Ahora responde.

- Era pelirroja y con pequitas, además de que por el golpe estaba algo roja y...bueno...era algo adorable - sin darme cuenta, dejé salir una pequeña sonrisa y eso es algo que claramente mis amigos notaron y se pusieron a gritar como locos.

- ¡Ya os lo dije! ¡Esto es como un dorama!

- ¡Que no, Changbin! - reclamé riendo.

Podrán ser unos idiotas todos, pero son mis amigos al fin y al cabo.

✧༺🐿༻∞

- ¡Nos vemos mañana! - me despedí de los chicos antes de entrar a mi casa.

Como mis padres trabajan bastante, ya es costumbre llegar a casa y que no haya nadie, por lo que subí tranquilamente las escaleras para llegar a mi habitación cuando algo llamó muchísimo mi atención.

Y eso era que la puerta de invitados, la cual normalmente está cerrada ya que no la utilizamos, ahora estaba entrecerrada y el cuarto con la luz encendida.

Por lo que, muy curioso, me acerqué al pequeño espacio entre la puerta y la pared, pero al ver lo que o más bien quién estaba allí, me fuí corriendo a mi habitación tratando de no hacer ruido para después encerrarme en esta.

Era ella.

Dudo mucho que otra coreana tenga esa melena pelirroja.

Me tumbé en la cama con un millón de preguntas rondando por mi cabeza.

¿Qué hace ella aquí? ¿Debería ir a saludarla? ¿Acaso era todo una alucinación?

El ruido de las llaves abriendo la puerta principal me distrajo de todas esas preguntas, y bajé prácticamente corriendo a la entrada sorprendiéndome al ver a mis padres llegar pronto a casa.

"¿Qué coño está pasando hoy?"

- Hola cariño - me abrazó mi madre y después mi padre hizo lo mismo.

- ¿Qué hacéis aquí tan pronto?

- Solo vamos a estar aquí un momento, después debemos volver al trabajo - respondió mi padre - ¿Ya conociste a Hanna?

¿Hanna?

¿Así se llama ella?

¿No era todo una mal jugada por parte de mi imaginación?

- Por tu cara deduzco que no - dijo mi madre riendo un poco. - ¡Hanna, baja un momento!

A los pocos minutos, vi como esa chica pelirroja bajaba las escaleras tranquilamente hasta que levantó la cabeza haciendo que ahora nos quedemos mirándonos a los ojos, aunque desvió la mirada rápidamente y algo roja como cuando nos chocamos, supongo que por la vergüenza de haber salido corriendo.

"¿Cómo puede ser tan mona?"

- Ella es la chica de la que te hablamos - dijo mi padre respondiendo a prácticamente todas las preguntas que tenía hace un par de minutos.

Según me dijeron mis padres, ella es la hija de una amiga de Kinna, y sus padres están trabajando en el extranjero y va a tener que vivir con nosotros.

- Ah, vale - dije - Soy Jisung, espero que te sientas como en casa - me presenté con una gran sonrisa tratando de volver a cruzar nuestras miradas para verla, aunque solamente sea una vez más sonrojada.

- Y-yo me llamo Hanna... - se presentó tímidamente.

- Ella es algo tímida, de hecho nos costó bastante que nos hablase mirándonos a los ojos. - me explicó mi madre - pero en el fondo es una muy buena chica - sonrió.

- Bueno, nosotros ya debemos volver al trabajo, ¡en un rato volvemos! - ambos nos despedimos de mis padres y una vez que ellos cerraron la puerta, todo se tornó algo incómodo.