Aria, una nueva pilar, y Sanemi, el pilar del viento, chocan en una relación marcada por la rivalidad mientras luchan contra las fuerzas demoníacas. A medida que sus caminos se entrelazan, descubren que su destino está más conectado de lo que imagin...
Aria se recuperó rápidamente, gracias a su tenacidad y a los cuidados de Shinobu. Pronto, comenzó a entrenar de nuevo, y no pasó mucho tiempo antes de que volviera a sus rutinas normales con los demás Pilares. Pasó mucho tiempo con Sanemi, entrenando y trabajando en equipo. Aunque Sanemi mantenía su actitud dura, Aria sentía que había algo más profundo en su relación: una especie de compañerismo que solo ellos entendían.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar cuando Aria empezó a pasar más tiempo con Giyu Tomioka, el Pilar del Agua. Giyu era tranquilo y reservado, una presencia calmante después de los intensos entrenamientos con Sanemi. Aria encontraba en él una compañía agradable, y pronto, empezaron a entrenar juntos con más frecuencia.
Sanemi observaba esto con creciente frustración. Aunque intentaba ocultarlo, los celos se manifestaban en sus comentarios cortantes y en su comportamiento más brusco de lo habitual.
Una tarde, después de un largo entrenamiento con Giyu, Aria se encontró con Sanemi en el patio de entrenamiento. Sus ojos se encontraron brevemente, y Aria no pudo evitar notar la mirada de desdén en su rostro.
—Veo que te diviertes mucho con Tomioka —dijo Sanemi con voz gélida.
Aria sonrió, disfrutando de la oportunidad de molestarlo un poco.
—Giyu es un buen compañero de entrenamiento. Es tranquilo y tiene mucha paciencia.
Sanemi bufó, volviendo la vista hacia su espada.
—No te confundas, Aria. Él no es tan fuerte como aparenta.
Aria frunció el ceño, intrigada por la reacción de Sanemi. Decidió llevar la situación un poco más lejos.
—¿Estás celoso, Sanemi? —preguntó con un tono juguetón.
Sanemi la miró con los ojos entrecerrados, su ceño aún más fruncido.
—No digas tonterías. No tengo tiempo para celos.
Aria se rió suavemente, disfrutando del efecto que sus palabras tenían en él.
—Está bien, como digas.
Los días pasaron y la tensión entre Sanemi y Aria continuó creciendo. Ella seguía pasando tiempo con Giyu, y aunque Sanemi intentaba mantenerse distante, no podía evitar sentir una punzada cada vez que los veía juntos.
Un día, llegó la noticia de una nueva misión. Aria y Sanemi fueron asignados para trabajar juntos, una oportunidad para probar sus habilidades y resolver cualquier conflicto pendiente. Mientras se preparaban para partir, Sanemi la llamó a un lado.
—Aria —dijo, su voz más seria de lo habitual—, quiero hablar contigo.
Ella lo miró, notando una seriedad inusual en sus ojos.
—¿Qué pasa, Sanemi?
Sanemi se acercó, evitando su mirada.
—Quiero que te alejes de Tomioka.
Aria parpadeó, sorprendida por su franqueza.
—¿Por qué?
Sanemi respiró hondo, claramente luchando por expresar sus sentimientos.
—Él no es bueno para ti. No lo entiendes como yo. Solo... mantén tu distancia.
Aria lo miró con atención, sintiendo una mezcla de emociones. Sabía que detrás de esas palabras había algo más profundo.
—Sanemi, no tienes que preocuparte por mí. Sé lo que estoy haciendo.
Sanemi la miró finalmente, sus ojos mostrando una vulnerabilidad que rara vez dejaba ver.
—Lo sé. Solo... ten cuidado.
Aria asintió, comprendiendo que, aunque Sanemi no lo dijera directamente, se preocupaba por ella más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Mientras avanzaban en su misión, la tensión entre ellos se convirtió en una fuerza que los impulsaba a trabajar en perfecta sincronía. A pesar de sus diferencias, Aria y Sanemi formaban un equipo formidable, cada uno complementando las habilidades del otro.
La misión fue un éxito, y al final del día, mientras descansaban junto a una fogata, Aria miró a Sanemi, sintiendo una mezcla de gratitud y algo más profundo.
—Gracias por preocuparte, Sanemi. Realmente lo aprecio.
Sanemi asintió, mirando el fuego.
—Solo quiero asegurarme de que estés bien, Aria. Eso es todo.
Aria sonrió, sintiendo que, a pesar de sus celos y conflictos, había una conexión innegable entre ellos. Y aunque el camino por delante estuviera lleno de desafíos, sabía que, juntos, podían enfrentar cualquier cosa.
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Espero les guste este capítulo🤧🩷 Intentaré publicar más seguido🥺
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