Recuperación en la finca Mariposa

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Ya que tengo todo listo, publicaré todos los días🩷
También estoy avanzando con una nueva historia🥰
Ahora se viene la historia:

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La oscuridad se cernía sobre el bosque cuando Sanemi y Aria finalmente regresaron al cuartel. El dolor en el costado de Aria se había intensificado, dificultando cada paso que daba. A pesar de su agotamiento, Sanemi mantuvo una vigilancia constante, su desdén inicial sustituido por una preocupación silenciosa.

—Necesitamos llevarte a la Finca Mariposa. Tu herida podría empeorar —dijo Sanemi, sin mirarla directamente a los ojos.

Aria asintió débilmente, demasiado cansada para discutir. Sanemi la ayudó a mantenerse en pie y la apoyó mientras caminaban, su mano firme pero cuidadosa.

En la Finca Mariposa, Shinobu y las aprendices recibieron a Aria inmediatamente. Sanemi se quedó al margen mientras las jóvenes atendían sus heridas, sus ojos siempre fijos en Aria, pero manteniendo una distancia respetuosa.

—Sanemi, ¿por qué no te quedas a descansar? —sugirió Shinobu, notando el agotamiento en su semblante.

—No. Tengo que asegurarme de que ella esté bien primero —respondió Sanemi con firmeza.

Los días pasaron en un parpadeo. Aria permanecía inconsciente la mayor parte del tiempo, luchando contra la fiebre y el dolor. Durante esos días, Sanemi nunca se alejó mucho de su lado. Aunque mantenía las apariencias ante los demás, cada noche entraba sigilosamente en la habitación de Aria, asegurándose de que estuviera cómoda y atendida.

Shinobu lo observaba desde la distancia, sorprendida por el cambio en su comportamiento. Una noche, mientras Sanemi salía de la habitación de Aria, ella lo confrontó.

—Sanemi, realmente te preocupas por ella, ¿verdad?

Sanemi la miró, su expresión endurecida.

—No digas tonterías. Solo me aseguro de que esté en condiciones de volver al campo de batalla.

Shinobu sonrió suavemente.

—Claro, como digas. Pero deberías descansar. Ella estará bien aquí.

Sanemi asintió, finalmente cediendo al cansancio.

—Shinobu, no le digas a Aria que estuve aquí cuidando de ella. No quiero que se haga ideas equivocadas.

—Entendido, Sanemi —respondió Shinobu con una sonrisa comprensiva.

Finalmente, después de varios días, Aria comenzó a recuperar la conciencia. El dolor en su costado había disminuido considerablemente gracias a los cuidados de las aprendices y la atenta supervisión de Shinobu.

—¿Dónde estoy? —murmuró Aria, intentando sentarse.

—Estás en la Finca Mariposa. Tuviste una herida seria, pero estás mejorando —dijo Shinobu, entrando en la habitación con una sonrisa tranquilizadora.

—Recuerdo que Sanemi estaba conmigo... ¿Qué pasó después? —preguntó Aria, frunciendo el ceño mientras intentaba recordar los detalles borrosos de los últimos días.

Shinobu se sentó a su lado, colocando una mano reconfortante sobre la suya.

—Sanemi te trajo aquí. Luego regresó al cuartel. Ha estado muy preocupado por ti —dijo, sin revelar la presencia constante de Sanemi durante su recuperación.

Aria asintió, procesando la información. Aunque todavía sentía una mezcla de emociones hacia Sanemi, una nueva apreciación comenzaba a formarse en su mente.

—Necesito volver al entrenamiento tan pronto como sea posible. No quiero ser una carga —dijo Aria con determinación.

—Primero asegúrate de estar completamente recuperada —respondió Shinobu con suavidad—. Todos aquí queremos verte en plena forma de nuevo.

Aria asintió, sabiendo que Shinobu tenía razón. Mientras los días pasaban y su fuerza regresaba poco a poco, no podía dejar de pensar en Sanemi y en la preocupación que había mostrado. Aunque él nunca lo admitiría, Aria comenzaba a entender que detrás de su exterior áspero, había alguien que se preocupaba profundamente por sus compañeros.

En el cuartel, Sanemi entrenaba con más intensidad de lo habitual, sus pensamientos volviendo una y otra vez a la imagen de Aria recuperándose en la Finca Mariposa. Aunque no lo admitiría ni ante sí mismo, había algo en ella que lo hacía querer protegerla, incluso si eso significaba mantener una distancia emocional.

Cuando Aria finalmente regresó al cuartel, su mirada se encontró brevemente con la de Sanemi. Ninguno de los dos dijo una palabra, pero en ese breve intercambio, entendieron que algo había cambiado. La rivalidad seguía allí, pero ahora estaba teñida con un respeto mutuo que sólo el tiempo y las batallas compartidas podían forjar.
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Aquí está el 3er capítulo de esta historia, espero les guste🩷
Mañana subiré la 4ta parte:3

Aquí está el 3er capítulo de esta historia, espero les guste🩷 Mañana subiré la 4ta parte:3

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"Sombras entrelazadas" (Sanemi x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora