01

170 15 7
                                    

Un año había pasado y Vegetta comenzaba a sentirse más solo en su vida diaria, no por el hecho de que viviera en completa soledad o porque nadie lo amase, claro que no, además, él vivía con su pequeña gatita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un año había pasado y Vegetta comenzaba a sentirse más solo en su vida diaria, no por el hecho de que viviera en completa soledad o porque nadie lo amase, claro que no, además, él vivía con su pequeña gatita. Se sentía solo en el aspecto sexual, necesitaba que alguien se encargara de eso, no solo él, él se ha encargado de eso por sí mismo durante todo un año entero. Veía a las parejas y no podía evitar pensar en su ex-novia y el como se sentía estar dentro de ella, sus besos y las caricias que compartían en sus viejos momentos.

El porno ya no le ayudaba, tampoco el alcohol o masturbarse a las tres de la madrugada, mucho menos el ir al strip club. En este momento estaba a solas, recostado en su cama sin tantas cosas que hacer, pues ya había acomodado su habitación, limpiado dos veces su casa y cambiado la arena de su pequeño felino. Suspiró y se sentó, tomó su teléfono y abrió su cierre, buscando en la página naranja prohibida mientras comenzaba a calentar, moviendo su mano arriba y abajo, pero no se ponía duro en absoluto. Así continuó por unos segundos hasta que se asusto por una llamada a su celular. Rápidamente lo respondió.

- Mierda, Willy... Estaba ocupado - Dijo mientras se reincorporaba, con un sonrojo ligero en sus mejillas y pasó su mano por su cabello.
- ¿Vegettita? ¡Jaja! ¿A qué se debe tanta conmoción, tío? - Preguntó Willy a través del teléfono mientras sonreía para sí mismo y acomodaba unas cuantas cosas en su cajón. - Simplemente no estoy para bromas, Willy, ya sabes, la típica depresión - Vegetta respondió con simpleza y se sentó en su cama para estirarse un poco. - Bueno, no importa, me enteré de una fiesta un poco - Willy paró sus palabras por unos segundos para pensar la siguiente línea. - Ya sabes, peculiar, por no decir más, será en un lugar abandonado, por si quieres ir conmigo para experimentar - No hubo respuesta por parte de su amigo aún. - Mira, Vege, he notado que te ves deprimido, supuse que una fiesta urbana ilegal te ayudaría, si quieres ir entonces te veré en mi apartamento a las 11 de la noche, hoy mismo ¿de acuerdo? - Willy explicó y abruptamente la llamada terminó, dejando a Vegetta con las palabras en la boca.

Vegetta estaba decidiendo ir o no. Revisando la hora cada que podía hasta que finalmente lo decidió, era su oportunidad perfecta para encontrar una compañera sexual perfecta. Se vistió y arregló como pudo, no iba a un lugar elegante así que estaba lo más informal que podía para una fiesta tranquila.
Finalmente caminó al edificio donde vivía Willy, su mejor amigo.

Para su mala suerte, Willy no era puntual, así que Vegetta no lo pudo ver fuera del edificio a la hora acordada, sino veinte minutos después. - ¡Vege, tío! - Willy gritó desde atrás mientras corría a su mejor amigo como si de un novio se tratara, pero simplemente estaba felíz de verle. - Tardaremos un poco en llegar, no pienso usar mi auto para ese lugar - Vegetta levantó una ceja, un poco confundido. - ¿Por qué, tío? Me refiero... ¿Tú? ¿Sin auto? - El azabache bromeó un poco y soltó una risa entre dientes. - Sí, chaval, iremos a un sitio abandonado a esta fiesta, no quiero que me roben el auto - Willy rodó los ojos cuando dijo eso, ese comentario solo hizo que en Vegetta surgieran tantas dudas sobre este lugar nuevo.

Call me, darling 𖹭 Rubegetta || Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora