Call me, darling 𖹭 Rubegetta || Karmaland AU

05

La noche de nuestros protagonistas continúo sin prisa alguna. Al final ambos se fueron a casa, fue una noche tranquila y realmente confortante para Rubius, quién acababa de pasar por ese evento traumático de la mañana. Ahora Vegetta estaba en casa, recostado y sonriendo al techo mientras pensaba en el día de hoy... No era amor, claro que no, pero no dejaba de pensar en ese chico de piel pálida, cabello castaño y ojos verdes, simplemente no salía de su mente.

Vegetta había conocido más a ese otro hombre y, aunque no sabía mucho sobre él, había sido cautivado por su carácter vago e idiota, no temía ser él mismo, al menos no frente desconocidos, eso fue lo que al azabache cautivó, era algo fuera de su vida diaria, desde pequeño todos siempre eran hipócritas y se ocultaban debajo de una máscara que ocultaba lo realmente interesante de la gente... Y bueno, ¿Cómo no? Su destino era otro pero él lo rechazó por-

Me desvio mucho de la historia. El sonido de su teléfono lo hizo salir de sus pensamientos sobre el pasado, ¿O no?... La voz era de una mujer, una voz similar, chillona y aguda, sonaba un poco lúgubre ahora que lo notaba. - ¿Hijo? - La voz en el teléfono habló, Vegetta quizo creer que era una mala broma por parte de un extraño.

- ¿Quién habla? - Vegetta preguntó con curiosidad, él estaba recostado en su cama, ya estaba listo para dormir de hecho.
- Soy yo, tu madre... Me costó encontrar tu número de teléfono. - La señora habló con orgullo, Vegetta podía escuchar, estaba en shock, así que no pudo responder, ¿era su madrastra? ¿De verdad?
- Hay malas noticias, posiblemente sean buenas para ti, sé que jamás tuviste una buena relación con tu padre - Eso no era verdad, Vegetta lo sabía, su relación con su padre era genial hasta que esa bruja llegó.
- Tu padre falleció anoche - Ella dijo e inmediatamente se soltó a llorar en la llamada, solamente quería la herencia, por eso se había casado.
- ¿Qué? - Los ojos de Vegetta comenzaron a inundarse de lágrimas mientras su cerebro procesaba las cosas, negó con la cabeza, intentando sacudir los pensamientos negativos sobre su padre.
- Sí, lo cremaremos mañana por la tarde, después iremos a la entrega de herencia - Vegetta pudo visualizar esa sonrisa malévola que su madrastra ponía después de haber logrado todo lo que quería, esto lleno al azabache de rabia y coraje, no dejaría que esa tipa se quedara con el dinero de su padre. Y sí, Vegetta sabía las condiciones que su padre había puesto en la herencia, él lo sabía y también sabía que no tenía muchos parientes a los que le importaran su padre.
- Iré, dame la dirección - Vegetta tuvo que evitar sus lágrimas y cambiar su tono de voz, justo después de que dijera eso, su madrastra le dió la dirección del lugar y la hora exacta a la que se harían las ceremonias, después de eso, colgó rápidamente y sus pensamientos se desvanecieron, sus lágrimas comenzaron a brotar sin esperar ni un solo segundo más.

Él abrazaba una almohada mientras pensaba en su padre, en su viejo y dulce padre...