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– ¿¡Me dices entonces que el grandísimo, heterosexual Vegetta agendo una cita romántica con un hombre!? – Willy exclamó divertido al otro lado del teléfono, haciendo énfasis en la palabra “hombre”

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– ¿¡Me dices entonces que el grandísimo, heterosexual Vegetta agendo una cita romántica con un hombre!? – Willy exclamó divertido al otro lado del teléfono, haciendo énfasis en la palabra “hombre”. – ¡No te burles, tío! Tú fuiste quien me dijo que empezara a abrirme más – Vegetta replicó mientras se veía al espejo y se peinaba un poco; hace tiempo no iba a una cita y necesitaba unos cuantos consejos para recuperar aquél pequeño resplandor de rompecorazones que siempre funcionaba con las chicas. – Y es lo que estoy haciendo... Además, es guapísimo – Vegetta siguió diciendo, dejó de lado su peine y se miró nuevamente al espejo, todo era perfecto, solo debía esperar la hora para salir. – Créeme que si lo hubieras visto y conociéndote, seguro también te hubiese gustado.– Del otro lado, Willy rodó los ojos y dejó salir el humo de su cigarro. –Tampoco exageres, me gustan más las mujeres, no soy tú. – Willy bromeó nuevamente. – Entonces no tienes consejos que darme, supongo – Vegetta dijo, ya un poco harto. – Tampoco te enojes, tio... Es que no sé tratar con trasvestis, pero pues supongo que lo puedes tratar como otro hombre, ¿No? – Willy hablaba, Vegetta podía escuchar como Willy pulsaba los controles de su consola, ya lo podía también imaginar acostadote en su sillón y con los pies sucios sobre su mesita de café. – Pues supongo que sí; Ugh, cómo sea... Creo que te hablaré después de la cita, solo para contarte que tan bien me fue, chao – Vegetta finalizó la llamada y guardo su teléfono en su bolsillo.

Vegetta se miró una última vez en el espejo, llevaba un traje negro, bueno, solo un pantalón de vestir negro y una camiseta abotonada del mismo color, era muy monótono, sí, pero así le gustaba.
Suspiró y negó con la cabeza para sí mismo, estaba empezando a pensar en no ir. Miró su teléfono y notó que era un poco tarde. Debía ir, no podía echarse para atrás ahora; suspiró y tomó las llaves de su auto antes de salir casi corriendo por la puerta.

(. . .)

Después de un rato llego al lugar acordado, miró a todos lados. ¿Por qué estas citas siempre debían ser cuando estaba oscureciendo? ... Miró a todos lados y su mirada se suavizó cuando memorias pasadas de él y su ex empezaron a invadir su mente. Vegetta suspiró, sacó un cigarrillo y lo encendió. No era como si el fumara seguido, pero a veces le ayudaba a calmar su mente frenética. El azabache de vez en cuando sentía aún esas ganas de llorar por recordar a la mujer quién tanto amó por al menos una década.

Y justo cuando empezaba a ponerse sentimental por la tardanza de su nueva cita, una voz lo sacó de sus pensamientos. Miró al frente. Era aquél castaño de ojos verdes que lo veía con una sonrisa suave. – ¿Vegetta? – Él preguntó mientras guardaba algunas cosas en la bolsa que llevaba.

– El inigualable – El azabache se puso de pie y extendió su mano para estrecharlas. Rubius dió una risa nasal y correspondió el saludo. – ¿Estuviste esperando mucho tiempo? — Rubius preguntó, un poco preocupado. El de ojos morados negó con la cabeza y después escaneó el atuendo del castaño; Sudadera blanca, guantes negros sin dedos y un pantalón negro con tenis casuales. – Pensé que sería una cita formal – Vegetta dijo con una sonrisa en su rostro, claramente divertido por la diferencia de atuendos. – Bueno, hoy parecía hacer frío, así que opté por algo más casual – Rubius respondió con la misma sonrisa que Vegetta. – ¿Nos vamos? – Rubius le ofreció la mano al más bajo, quien asintió y empezaron a caminar al lugar que Rubius quería visitar.

Después de unos minutos caminando y hablando de cosas casuales llegaron a una cafetería. Vegetta se sorprendió un poco, esperaba otro lugar por alguna razón, pero al parecer Rubius había optado por los lugares típicos para citas; una cafetería. Ambos entraron, tomaron asiento al lado de la ventana, viendo a la gente pasar y no había nada de especial en el lugar; mantenía esa decoración un poco rústica con plantas y flores al rededor, mesas de madera y pisos rechinantes. Las luces eran calidas y combinaban con toda la estética del lugar perfectamente.

 Las luces eran calidas y combinaban con toda la estética del lugar perfectamente

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En otra parte de la ciudad.

Willy estaba en un lugar abandonado de la ciudad, su dealer estaba frente a él, ambos hablando de cosas tontas, pues más que cliente y dealer eran amigos.

– Y eso fue lo que pasó, ¿Sabes? Vege a veces es un poco torpe – Willy hablaba con el de menor estatura, que apenas y vestía un pantalón negro, no llevaba playera, dejando ver su figura delgada. – Bueno, si a torpe te refieres a la parte de enamorarse de cada persona con la que se acuesta, entonces sí, Vege es muy torpe... Si lo conociera en persona, créeme que lo abofetearia. – El de ojos azules comenzó a buscar en su bolsillo mientras su cigarrillo colgaba de su boca.

Como sea, amigo, sabes que tengo que volver a mi deber, si no el jefe me asesinaría – A eso, Willy le extrañó un poco, entonces hizo una mueca de confusión suave.
– Pensé que ya eras el esposo del jefe, Lely – Él estiró su mano y entonces hubo un intercambio rápido entre ambos.
– Bueno... Sigo en eso, él dice que no soy lo suficientemente rudo como su pareja actual, solamente nos damos besos de vez en cuando – El azabache comenzaba a ponerse su casco para que nadie lo reconociera después de irse. – ¿Cómo dijiste que se llamaba el chico con el que Vege se ha estado revolcando? ¿Rubius? Creo que me suena... Investigare al respecto, ahora debo irme – El cigarrillo ahora estaba tirado en el suelo, y había sido pisado por Alexby, quien se estaba preparando para irse.
– Vale, amigo, nos vemos después – Y así sin más, Willy metió sus manos a sus bolsillos, se dió media vuelta y se fue también por el lado contrario.

Siempre solían tener esos encuentros, era el trabajo de Alexby, le vendía drogas a Willy a cambio de ciertos favores, Willy consumía y regaba información a espaldas de Vegetta, aunque claro, no daba demasiada información, no sabía en que manos podría caer.

Siempre solían tener esos encuentros, era el trabajo de Alexby, le vendía drogas a Willy a cambio de ciertos favores, Willy consumía y regaba información a espaldas de Vegetta, aunque claro, no daba demasiada información, no sabía en que manos pod...

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Hola!!! Actualización después de un tiempo, perdón la demora, es que no sabía como continuarlo.

Antes de que se vayan, por favor respondan mi pregunta:

¿Qué teorías tienen sobre lo que pasará?

Ahora sí, que tengan una linda noche

Call me, darling 𖹭 Rubegetta || Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora