06

76 7 4
                                    

Entonces Vegetta no era gay, ¿huh?Rubius no se lo creía por más que quisiera, su mano pasó por su rostro, intentando borrar la sonrisa del mayor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Entonces Vegetta no era gay, ¿huh?
Rubius no se lo creía por más que quisiera, su mano pasó por su rostro, intentando borrar la sonrisa del mayor... Bueno, él no era de tipos más enanos que él, ¿O sí? Rubius bufó y entonces comenzó a reír, era una manera muy estúpida de negar que un sentimiento de calidez empezaba a surgir en su pecho cuando pensaba en aquellos ojos morados.

Su sufrimiento se había ido por unas largas horas, sin mensajes, sin pensar en aquella gente que le había hecho daño últimamente o cuando era mucho menor. Rubius se puso de pie y se miró en el esejo, tal vez se vería mejor con un cambio de look. Tal vez, ¿Blanco? Rubius se quedó pensando, después soltó una risita. - Pft... Parecería un anciano - Negó con la cabeza y se recostó de nueva gana, esta vez cerró los ojos y comenzó a dormir como un bebé.

(. . .)

Las horas pasaron y Rubius despertó en la madrugada por una llamada, la atendió sin mucha prisa, pues supuso que no era importante... Era Vegetta, tal vez le había gustado tanto que estaba desesperado por escucharlo nuevamente, pero- No podía ser eso, no había lugar para pensar eso.

– ¿Vegetta? – Rubius saludó en confusión.
– Ah, sí, ¿Te desperté? Lo siento – La voz de Vegetta sonaba un poco sombría y transmitía un sentimiento de tristeza.
– No te preocupes, estaba despierto de todas formas – Rubius mintió un poco, alejando el teléfono para bostezar y después lo volvió a acercar.
– Sé que no somos amigos de hace mucho tiempo, pero necesito un favor – Vegetta dijo suavemente, seguía recostado y no supo como se le ocurrió hablarle a Rubius.
– Pero es mejor decírtelo en persona, nos vemos en- ¿Mi apartamento suena bien? – Vegetta habló otra vez, entonces Rubius salió de su burbuja... ¿Su apartamento? Ugh, Rubius ya podía imaginar que clase de favor sería.
– Claro, solo dame la dirección, te veré ahí en un par de horas. – Rubius dijo y antes de que pudiera decir algo más después de obtener la dirección la llamada ya había terminado.

Rubius se maldijo internamente. Entonces Vegetta no era distinto a los demás hombres con los que había estado solo por haberse por haberse preocupado un poco por él.
Como sea, Rubius debía ponerse de pie e ir a ducharse, quería estar listo para Vegetta lo más pronto posible y no, no era porque realmente quisiera follar, solo sentía la urgencia por terminar lo antes posible. Él entró a su baño, comenzó a lavarse el cabello mientras el agua fría recorría su cuerpo y su piel se ponía de gallina como reacción a la helada temperatura. Sus ojos permanecían cerrados y después de un rato comenzó a rasurar su cuerpo, dejando su piel color leche resaltar un poco más, aunque claro, jamás se le había visto con un solo pelo en las piernas, siempre estaba rasurado y cumplía las expectativas de aquellos hombres sucios.

Un rato pasó y finalmente salió de la ducha, se miró en el espejo y notó las heridas que se ganó con Lolito el día anterior, no pudo evitar sentirse avergonzado aunque sabía que no había sido su culpa; un suspiro salió de su boca y caminó fuera del baño para comenzar a elegir su ropa para el día, hacía frío, así que supusó que tal vez a Vegetta no le importaría si llevaba ropa un poco casual, pues ya lo había visto vestido normal, no como una prostituta.

Call me, darling 𖹭 Rubegetta || Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora