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TW: Abuso Sexual. Violencia.

 Violencia

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Acababa de amanecer para Rubius, quien tenía una jaqueca y la colilla de un porro en la mano. El olor a marihuana inundaba la habitación ajena. Sus ojos fueron al techo y se quedó viéndolo fijamente. Sentía sus muslos pegajosos y la presencia de alguien a su lado. No sería nada nuevo si se levantaba y veía todo hecho mierda a su alrededor.

Su vestido rojo que estaba en descuentos hace tiempo ahora estaba ligeramente desgarrado, al igual que sus medias, Rubius suspiró y se sentó en la cama, tirando la colilla del porro. Miró a su al rededor, mierda... Gruñó de forma suave y frotó el puente de su nariz. Tomó una hoodie que estaba en el piso, vete a saber de quién era, se la puso y tomó unos tenis que también estaban ahí, estaba hurtando, pero ¿Y qué? ¿Quién lo sabría? Además, era por un bien mayor. Salió del lugar, viendo al rededor para ver si había alguien mirando y después comenzó a caminar a su casa, ¿Por qué su cuerpo dolía tanto? Tal vez eran las drogas que había consumido o tal vez el haber estado con un desconocido, pero ¿Por qué? Esa no era historia nueva.

Después de al menos una hora caminando finalmente llegó a casa, abrió la puerta. - ¿Qué haces aquí? - Rubius le preguntó a la presencia en su sillón al encender la luz, su casa ya no era un desorden.
- ¿Yo? Bueno, una vez dijiste que este lugar también era mi casa, ¿Me equivoqué? O ¿Dónde están tus modales, Rub? - Cierto pelirrojo hablaba mientras jugueteaba con su navaja de bolsillo entre sus dedos. Wilson estaba sobre sus piernas y claro, Rubius temía un poco por su gato, pero no lo demostró. - Eso fue antes de que me enterara de que Mangel era tu casi esposo - Rubius dijo en tono serio, su mirada se tornaba un poco oscura ante la presencia de Lolito. - Yo sé que tienes algo que ver con su desaparición... - Rubius dijo, cerrando los ojos un poco al pensar en su viejo mejor amigo. - Me arrepiento de mi historia contigo. - Rubius abrió los ojos y miró a otro lado.

- ¿De verdad te arrepientes? - Lolito frunció el ceño burlonamente, fingiendo tristeza. - Oh, eso es una lastima - Dijo, burlándose del castaño. Entonces levantó su navaja y la clavó en el sillón violentamente, haciendo que Wilson se esponjara y saliera corriendo a esconderse. - Yo venía por un poco de... Ya sabes, una buena sacudida - Lolito se puso de pie de una manera amenazadora y se acercó a Rubius, acarició la mejilla palida de él, haciéndolo estremecer de miedo. - Lolito, no quiero problemas... Solo- Solo vete, ¿Quieres? - El castaño intentaba hacerse el fuerte, pero a decir verdad, esos roces lo hacían sentirse sucio. El teléfono de Rubius sonó, haciendo a ambos voltear a ver de dónde el sonido emergió; Rubius lo tomó como una excusa para separarse, y lo intentó, pero Lolito lo retuvo. - No. No atenderas eso, yo soy más importante, ¿Entiendes? - La mano callosa del pelirrojo tomó las mejillas del más alto. - Que linda carita... Hace mucho no te veía - La mirada verde profunda de Lolito examinó el cuerpo de Rubius de arriba a abajo. - Tienes lindas piernas - Dijo mientras la punta de su bota café empujaba los pies de Rubius para abrirlos un poco. - Uh ¿Acaso esas zapas son nuevas? - Lolito ronroneó y empujó a Rubius al sillón. - Quítate la ropa. - Ordenó. Rubius estaba en shock, aterrado y vulnerable, tragó pesado, sabía perfectamente lo que le esperaba ahora. Lolito admiró como Rubius se quitaba la ropa, empezando por la hoodie robada, el vestido rojo desgarrado, las medias rotas y finalmente la ropa interior que llevaba. – Los tenis déjalos puestos, vamos a estrenarlos – Lolito se burló un poco y forzosamente hizo que Rubius se recostara en su espalda a lo largo del sillón mientras se ponía entre sus piernas... El castaño se sentía tan sucio, no paraba de llorar mientras Lolito se apoderaba de su cuerpo, lo besaba, tocaba y usaba a su antojo.

Call me, darling 𖹭 Rubegetta || Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora