Memorias Borradas

Lo que había olvidado

"Déjenme ir con ustedes"

   Paciente espero que terminen de leer lo que está en la pizarra. Veo duda en sus rostros mientras se miran entre si, rápidamente borro y escribo de nuevo.

"Ellos saben el lenguaje de señas, YO SÉ el lenguaje de señar. Puedo ayudar, déjenme ayudar"

   Casi suplicante los miro y aprieto la pequeña pizarra. No soy buena en muchas cosas, me siento tan inútil en lo que hago y, sin ninguna intención de mininizar el arduo trabajo de la herbolaria, no creo que sea mi mejor hazaña estando aquí.

   Los miro con decisión, si está es mi oportunidad de ayudar en grande a la colonia, estoy dispuesta a todo.

"Ella tiene razón, aunque César sea capaz de hablar se nota mucho que le cuesta" Se detiene y mira a Dreyfus, quien parece estar pensándolo seriamente, "Ella podría darnos un ambiente más cómodo ante ellos..."

    La sala queda en silencio, Dreyfus sin ningún tacto dice lo que Malcolm no terminó "Quieres que vean que no somos una amenaza con una chica que no puede hablar"

   Malcolm asiente tímido y me mira con culpa, muevo los hombros hacia arriba en un gesto desinteresado "No importa"

   Sus hombros se relajan y me sonríe apenado, entiende lo que quiero decir sin siquiera... decirlo, después de todo, tantos años estando juntos han logrado que podamos comunicarnos sin tener que hablar.

   Ellie nos dedica una sonrisa cariñosa, en éste punto sabe que Malcolm me ve como si fuera su propia hija, no le doy importancia a su mirada llena de amor pasando de Malcolm a mi y así sucesivamente.

   No es como si yo no viera a Malcolm como un padre también. Mantengo mi vista en Dreyfus.

"Bien, puede ir" Mi boca se ensancha en una gran sonrisa y miro a Malcolm quien también me ve sonriente, él sabe cuanto me esfuerzo para que vean mi valor.

"Pero" ambos lo miramos "al primer peligro quiero que regresen" todos asentimos para después comenzar a salir. "Empaca tus cosas y descansa, nos vamos temprano"

   Le doy un asentimiento de cabeza a Malcolm mientras pasa a mi lado, Ellie, quien estaba atrás de él saliendo, agarra mi hombro y me mira con orgullo para después irse.

   Ellie no lo sabe, pero en mi corazón también la veo como a una madre.

   Sin más me dirigo a mi habitación para guardar las cosas que podrían servirme.

César

Me encuentro en lo más alto del gran árbol, estoy sentado y reflexiono sobre lo que está pasando, doy un suspiro y veo de reojo a Maurice acercándose.

"Te sientes abrumado" una afirmación más que una pregunta.

"Humanos. Podrían. Ser amenaza." suspiro y mi amigo suelta un suave y bajo chillido de consuelo y firma con la tranquilidad que Maurice parece haber nacido "Los humanos entenderán lo que César quiere que entiendan, no guerra"

   Y, sin más que decir, Maurice baja lentamente por el espiral de madera del que ha venido, quedo pensativo y siento de nuevo ese incómodo sentimiento de hace medio día.

   Como si fuera ya un mal hábito doy otro suspiro pesado y me dejo atrapar por mis recuerdos.

   Estoy frente a los humanos, siento euforia, pienso en cuantos años tuvimos de paz, mi pelaje se eriza ante la idea de que esta paz podría romperse, que los simios estarían en peligro y que estos humanos podrían ser una amenaza a todo lo logrado estos últimos años.