Un mes ha transcurrido desde aquel día y, como era de esperarse, las circunstancias se han complicado considerablemente. Al regresar a casa, todo parecía estar en orden en un principio, pero al llegar las noticias de mi país natal, todo el mundo se mostró en contra de mí debido a mi desagradable actitud. Reconozco mi error y no buscaré excusas, pues mi comportamiento fue lamentablemente egoísta.
En esos días, tuve que buscar empleo para subsistir y actualmente trabajo en un establecimiento de comida rápida. A pesar de las críticas de mis antiguos seguidores, que parecían acudir únicamente para burlarse de mí, mi jefe insistió en que me quedara, ya que las ventas se triplicaron tras mi llegada y recibí un aumento salarial significativo. Aunque inferior al de mi carrera anterior, no tengo que lamentarme.
Entre risas y desprecios, transcurre mi rutina diaria, mientras en la televisión veo cómo Janet avanza rápidamente en la industria tras mi declive. Parece ser que en realidad se trata simplemente de unos envidiosos.
Fue en ese momento que mi sueño se desplomó, mi mánager tenía razón: no buscan mi verdadera esencia, sino una imagen superficial. ¿Acaso todos me veían como una simple e ingenua persona? Soy una egocéntrica irremediable y eso es algo innegable.
A pesar de las adversidades, continúo con mis acciones cotidianas. Incluso después de ser despedida, sigo entrenando para mantenerme en forma y visito la tumba de mi hermana adoptiva para llevarle flores y limpiar su sepultura. Allí, con torpeza, le sonrío y le pido perdón por mis tonterías.
Al regresar a casa un domingo, me encuentro a Janet, la vacía cabeza de Janet, esperando en la puerta. Me sorprende su presencia solitaria. Con una leve sonrisa, me ofrece una pizza y me propone hablar.
Con algo de desconfianza, acepto y, al ingresar, le pregunto bruscamente por qué está allí. Ella niega tener malas intenciones y me entrega un número de contacto de otro mánager. Me informa que han decidido darme una segunda oportunidad.
Inundada por la emoción, le pregunto si se trata de una broma. Tras una breve conversación, Janet se despide, pero antes de partir, hace un comentario que me lleva a cambiar mi perspectiva sobre ella.
Con una sonrisa, Janet explica que todos merecemos una segunda oportunidad tras un error y me anima a regresar con toda mi fuerza, ya que quiere que la verdadera causa de su regreso a la escena musical vuelva a brillar.
Tras un intercambio de palabras, termino prometiendo que no la decepcionaré y asegurándole que me convertiré en su rival más fuerte. Janet se despide con una sonrisa y se marcha.
En última instancia, caminaba hacia un nuevo comienzo, decidida y motivada por la esperanza de redimirme y recuperar mi lugar en la industria.
Un día había transcurrido y, como era de esperarse, llamé al hombre. Él me trató con mucho cariño y me entregó un contrato rápidamente. Los errores pueden repararse, y la mentalidad de la persona era realmente pura y amable. Con pequeñas palabras tiernas, me integró en sus grupos de ídolos.
- Gracias, gracias, de verdad muchas gracias.
- Tranquila, solamente debes hacerle saber a los demás que estás arrepentida. Y si fuera falso, no importa, simplemente miente. Una pequeña mentira no hace daño a nadie.
Tras cortar la llamada, suspiré y con un poco de enojo susurré "qué molestia".
- Pero gracias a ella tengo una segunda oportunidad. Debería agradecerle, ya que le debo eso y más. Solamente queda redimirse - observé directamente un número telefónico que Janet me había dejado cerca de la pizza - ... Creo que sí lo siento y mucho "Lo siento, Janet" - susurré para mí misma - Y sobre todo "gracias por darme otra oportunidad".
La sala vacía era el único oyente, pero era un gran avance, sobre todo para alguien tan orgullosa como ella.
Tras pasar un periodo de tiempo en el escenario, se encontraba Janet con una pequeña sonrisa, la cual alentaba a decir "lo siento".
- Vamos, Melodie, solamente es eso "lo siento" - dijo entre risas.
- ¡No lo digas como si te estuviera rogando! - exclamó molesta.
Janet solamente reía y tras una pequeña pausa lo dijo.
- Lo siento, no buscaré excusas con lo ocurrido. Y de verdad lo siento mucho por ese día. Simplemente me dejé llevar por mis emociones, no quise hacerte daño.
- Solamente era eso, gracias por sentirlo, Melodie.
Cuando Janet sonreía, ésta se iría, ya que notaba que su presencia la hacía sentirse inferior, muy distinto al inicio.
- Hace años tuve una hermana adoptiva.
Janet dejaría de caminar y, escuchando esas palabras, se quedaría callada.
- Ella murió en un incendio y, a pesar de todo, no es una excusa. Pero ella fue la que me hizo ser quien era, esa chica que quería ser una estrella pop. De verdad lo siento mucho, Janet. No quise hacer esto, simplemente se me fue de las manos con la fama. Todavía la recuerdo y duele y mucho.
El silencio llenaba esa pequeña habitación de entrenamiento de baile. Janet se acercó un poco a Melodie y cuando ella cerró los ojos, Janet le dio un gran abrazo.
La razón de Melodie era casi injustificada, ya que en ese lugar lloraría siendo tapada por el abrazo de Janet.
- Solamente quiero cumplir su sueño, o mejor dicho "el mío".
Las lágrimas cayeron al suelo y, a pesar de Melodie ser más alta que Janet, éstas parecían unas hermanas en su momento más emotivo.
- Las únicas personas que se entienden son las que sufrieron cosas similares - refunfuñó Janet dentro de las lágrimas silenciosas de Melodie.
Al menos las cosas ya están mejor
Nunca fui una llorona ni nada, pero en ese momento fue como si todos esos sentimientos que tenía en mi cayeron de mis ojos en forma de lágrimas, todos esos sentimientos que fue reprimiendo de a poco, siendo cubierto por una chica que trate mal, que escupí y que grite con todos mi orgullo
Que bonito se siente que te abracen.
Y sobre todo... Que te den una segunda oportunidad a pesar de actuar mal.