𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | - ¡Oh!, mira mamá. El será mi querido futuro esposo -exclamó Jungkook, de cinco años, señalando con entusiasmo al adolescente castaño que corría alegremente por el parque.
Pero quien puede predecir el futuro, menos un pequeño niño q...
—Oh, mira mamá, él será mi querido futuro esposo —exclamó Jungkook, de cinco años, con una certeza inocente que solo los niños poseen, señalando con entusiasmo a un adolecente castaño que corría alegremente por el parque.
Nadie puede predecir el futuro, especialmente un pequeño niño que aún no ha enfrentado los desafíos y las sorpresas de la vida. Sin embargo, en el corazón de Jungkook, la idea de un destino compartido con aquel adolescente castaño ya se había sembrado, como una promesa silenciosa de lo que el mañana podría traer. Aunque el futuro es incierto y a menudo inescrutable, nadie había dicho que forjar un camino hacia un sueño, por muy lejano que parezca, fuera imposible.
El pequeño azabache sonreía mostrando sus dientitos de conejito, y esos ojitos bambis brillaban al ver como el niño corría alegremente apresurado.
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