❥𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓾𝓷𝓸.

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01.

— Buenos días, estudiantes — saludó el director con solemnidad. — Lamento informarles que su profesor de literatura no podrá continuar con nosotros debido a un trágico accidente automovilístico. — Observó cómo los murmullos se esparcían por el aula. Antes de que pudiera proseguir, una voz interrumpió.

— ¿Y ahora quién nos enseñará? — inquirió Taemin desde su rincón.

— Excelente pregunta, estudiante Lee — respondió el director, lanzándole una mirada astuta. — Por fortuna, hemos encontrado a un digno sucesor en corto tiempo. — Se dirigió hacia el escritorio y anunció: — Denle una cálida bienvenida al Maestro Jeon Taehyung.

Las miradas se volvieron hacia la puerta, donde apareció una figura que parecía salida de un lienzo renacentista. Taehyung, con su porte elegante y semblante sereno, parecía más un modelo que un maestro. Un murmullo de admiración recorrió la sala.

Una vez que el director se retiró, el aula se sumió en un torbellino de cuchicheos y risitas. La juventud y el carisma del nuevo profesor contrastaban con la imagen típica de los docentes más veteranos, grises y arrugados. Su presencia era magnética, su figura esbelta, gordo trasero sin duda, y se podría decir que sus pechos se resaltaban en la blusa puesta, y armoniosa capturaba todas las miradas, especialmente la de un chico Jungkook, quien lo observaba con intensidad.

— Buenos días — comenzó Taehyung con una sonrisa amable. — Como bien dijo su director, estaré con ustedes por un breve periodo. Espero que podamos aprender mucho juntos.

Jungkook estaba cautivado, no solo por la apariencia de Taehyung, sino también por su calidez y elocuencia, además que había algo más que le atraía.

—Saquen sus libretas y bolígrafos. — indicó Taehyung. Mientras recorría la sala con la mirada, sus ojos se encontraron con una cabellera negra familiar. Con un guiño cómplice, formó silenciosamente las palabras "Te amo" con sus labios.

Jungkook, con las mejillas teñidas de rojo, respondió con un gesto similar, formando un corazón con sus manos. Ambos compartieron una sonrisa antes de dirigir su atención a sus cuadernos.

Nadie se daba cuenta de las miradas que se daban, ni los besos robados cuando el Azabache requería de ayuda de Taehyung. Su maestro.

Pero que secretos ocultaban este par.

Al finalizar las clases, se despidió de sus amigos y profesores antes de dirigirse a su coche

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Al finalizar las clases, se despidió de sus amigos y profesores antes de dirigirse a su coche. Con la llave en el encendido y el acelerador bajo el pie, emprendió el camino a casa.

Tras veinte minutos de conducción, estacionó su vehículo y se acercó a la puerta de su hogar. La tecnología de reconocimiento biométrico le dio acceso, asegurando que solo él y su pareja podían entrar.

Al entrar, la escena que le recibió le robó una sonrisa instantánea. Su esposo amamantaba a su pequeña princesa, tarareando una dulce melodía. Observó cómo el bebé, con la boca aún húmeda de leche, era la viva imagen de la glotonería heredada de su padre azabache.

Con delicadeza, su esposo colocó a la niña sobre su pecho para ayudarla a eructar. Aprovechando el momento, se acercó y lo abrazó por detrás, sintiendo cómo su pareja se relajaba en sus brazos. 

—Quería esperarte para volver juntos — expresó con un puchero. — Pero la nana me llamó, Emma estaba inquieta.

Acarició la mejilla de la bebé, que dormía plácidamente con la boca entreabierta.

— No te preocupes, amor — respondió, abrazándolo más fuerte por la cintura.

— ¿Y tus demás clases? — preguntó, curioso mientras acunaba al bebé entre sus brazos, quien empezaba a bostezar.

— Aburridas sin ti...

Se separaron del abrazo cuando Emma se quedó dormida en los brazos de su padre castaño, el empezó a caminar en dirección de la cuna, esa noche había decidido utilizar unos shorts cortos, y gracias al parto su trasero engordo, dándole un aspecto ajustado. El castaño arropo bien a la beba entre sus brazos con la pequeña manta, tarareando una cancion.

Caminó unos pasos y se inclinó, exponiendo sus glúteos a Jungkook, quien se mordió el labio. Todo eso era suyo, obviamente sí.

Colocó al bebé en su cuna, meciéndolo un poco para que no se despertara. Luego, se volteó, sorprendiendo a su marido, quien estaba mirando de más.

—¿Qué estás mirando? - preguntó sonriendo.

— Arte puro — respondió rápidamente. Caminó hacia él, sujetándolo por la cintura y acercándolo a su fuerte pecho — Solo estaba mirando lo que es mío. —Ambos rieron, como tontos enamorados.

— Sí, todo tuyo — Taehyung rodeó el cuello con los brazos — Y de nadie más.

Jungkook lo miró embobado. Sus labios eran tan apetitosos; no los había probado en casi todo el día, y todo era culpa de la universidad.

Y lo beso.

El beso entre Taehyung y Jungkook se prolongó, como si el tiempo se hubiera detenido para darles ese momento. Sus labios se movían con urgencia, explorando cada rincón, cada sabor. Las manos de Jungkook se aferraron a la cintura de Taehyung, mientras este último acariciaba su nuca con ternura.

El sofá se convirtió en su refugio, y el mundo exterior desapareció. Los suspiros se mezclaban con los besos, y las palabras se volvieron innecesarias. Jungkook se inclinó un poco más, apretando el culo de su esposo entre sus manos, buscando profundizar el contacto, pero Taehyung se apartó con una sonrisa traviesa.

—Emma está durmiendo justo al lado — susurró, rozando los labios de Jungkook con los suyos.

—Tienes razón — concedió Jungkook, con una risa suave. — No queremos despertarla.

Se separaron, pero sus frentes seguían pegadas. Los ojos de Jungkook brillaban con una mezcla de deseo y cariño. Taehyung acarició su mejilla, sintiendo la suavidad de su piel.

—Te amo — murmuró Jungkook, como si esas palabras fueran un secreto compartido entre ellos.

—Y yo a ti — respondió Taehyung, sellando el pacto con un beso más suave, lleno de promesas.

La casa estaba en silencio, solo interrumpido por la respiración agitada de los dos hombres. Emma, ajena a todo, seguía durmiendo en su cuna, como si supiera que sus padres necesitaban ese momento de intimidad.

Taehyung y Jungkook se recostaron juntos en el sofá, abrazados. El calor de sus cuerpos se fundía, y el amor que compartían parecía llenar la habitación. No necesitaban más palabras; sus corazones hablaban por ellos.

Así, en la penumbra de su hogar, rodeados de amor y promesas, Taehyung, Jungkook y Emma se convirtieron en un trío inseparable. La noche les pertenecía, y el futuro se escribía con cada caricia y cada beso.

 La noche les pertenecía, y el futuro se escribía con cada caricia y cada beso

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*No se olviden de dejar su Estrellita*

Somebody to Love | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora