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(Capítulo de puro texto y corto)

—Debes dejar de salir hasta tan tarde, Haerin —la regañaba su madre, Lisa —. No me gusta que salgas sin avisar.

—Ni siquiera es tarde, apenas son las siete y antes de ir con Kai le dije a mamá —dijo en un tono irritada.

Su madre siempre que podía la regañaba hasta por la más mínima cosa. Su hermano hacía cosas peores y hacían como si fuera el mejor hijo del mundo. Haerin sabía que no era así.

Haerin se cruzó de brazos y se acomodó en su asiento, aún faltaba que fueran a recoger a su hermano, Jeongin. Se encontraba jugando con sus amigos en una cancha de fútbol.

—Tus abuelos ya están en casa, vas a comportarte —hablaba mientras tomaba su teléfono para revisar unos mensajes que le había enviado su hijo —, y al parecer tu hermano no irá a la cena, se quedará con sus amigos.

Haerin se giró a verla enojada. Era injusto que ella tuviera que ir a esa cena cuando su hermano se quedaría con sus amigos probablemente cometiendo un acto de vandalismo.

—¿Y por qué yo si tengo que ir a esa cena y él no? —preguntó con clara molestia.

—Es mayor que tú, déjalo que disfrute, en unos meses se irá a la universidad, Haerin. Debe aprovechar sus últimos meses con sus amigos —continuó manejando, ahora camino hacia su hogar.

Haerin volvió a acomarse en su asiento, sacando sus audífonos y reproduciendo música en su teléfono, ignorando completamente a su madre.

Minutos después, ya se estaba bajando del auto para entrar a su casa. Se detuvo en la entrada y contó hasta cinco, en verdad esperaba no perder su paciencia hoy.

—Deja de pensar y entra, no tenemos todo el día —le dijo su madre, pasando por al lado de ella y abriendo la puerta de su casa —. Ya llegamos —avisó.

—Hola amor —su otra madre, Jennie, se acercó a su esposa para darle un corto beso en sus labios —. ¿Y Jeongin? —preguntó confundida, porque solo veía a su hija menor.

—Con sus amigos, sabes que le quedan pocos meses y los debe aprovechar, amor —Haerin rodó los ojos, dirigiéndose al sofá.

—Rin, cariño. Ve a saludar a tus abuelos que están en el comedor —le dijo amablemente Jennie, mientras volvía a mirar a su esposa un poco enojada.

—Como sea.

—¡Haerin! —su abuelo dijo en cuanto la vio entrar al comedor —. Estás mucho más grande que la última vez.

—Y mucho más delgada, cariño. ¿Te alimentas bien, Rin? —esta era su abuela.

—Deja a la chiquilla en paz, yo la veo muy bien —la defendió su abuelo.

—Pues es verdad, parece como si Jennie no cuidara bien de ella. Yo sabía que esa mujer no estaba capacitada para ser madre.

—Yo...iré a la sala, nos vemos luego, abuelos.

Salió a pasos rápidos de ahí, lo que más odiaba era tener que aguantar esos comentarios por parte de su abuela hacia su madre o hacia ella. Sabía demasiado bien que su abuela nunca aceptó a su madre Jennie como parte de su familia, pues era la mujer con la cual su madre Lisa había engañado años atrás a su ex pareja.

Jeongin era su hermanastro, es hijo de Lisa, cuando este tenía un año y cinco meses, sus padres se separaron. Luego Lisa a los meses se casó con Jennie, teniendo la custodia completa de su hijo. Meses después de la boda, la pareja había decidido adoptar un bebé.

Haerin, a ella la adoptaron a los pocos meses de haber nacido, es algo de lo que no le gusta hablar, solamente sus tres amigas sabían de eso. Nadie más.

¡PUEDO SER MEJOR QUE ÉL! | DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora