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—Lee Sol, eres la niña más hermosa de todo el mundo—chilla Elina cuando su bebé intenta ponerse de pie.

La morena se encontraba en perfecto estado, estaba muy feliz porque había aprobado el examen y debido a eso le dieron unas pequeñas vacaciones con las cuales podía pasar más tiempo con su hija ya que también en su trabajo había pedido unos días.

—Hoy vamos a ir a llevarle el desayuno a tu tía Juni—hablo con la voz chillona haciendo reír a la niña.

Con felicidad sujeto a su bebé y después fue a la cocina por el desayuno que había hecho, la pequeña Sol aún no hablaba solo soltaba quejidos y sonidos o intentaba articular palabras pero no lograba aún hablar.

Ambas salieron del departamento, Elina decidió caminar así podía enseñarle más cosas.

—¡Mira Sol!—exclamó emocionada viendo una chica vestida de princesa dando folletos, la niña busco con la mirada como si entendiera lo que su mandaré quería mostrar y cuando la vio empezó a llorar asustada, tal ves era el peinado llamativo de la chica aún así apresuró su paso mientras mecía a la niña en sus brazos—Llegamos Sol, ya no llores—pidió limpiando sus lagrimas con dificultad ya que en su mano libre llevaba una lonchera y hacía más peso.

Se encaminó al elevador y cuando estuvo en el piso de su hermana tocó la puerta.

—Adelante—se escuchó desde adentro.

Abrió la puerta y sonrió, su hermana estaba acomodando unos papeles, la pelirroja lucía estresada y a punto de un entrar en una crisis nerviosa.

—¿Mal momento?—cuestiona, Lee Sol al ver a su tía extendió sus brazos con emoción mientras balbuceaba un par de cosas.

—Muy mal momento—suspira jalando su cabello.

—Traje tu desayuno—alzó la bolsa.

—Almorcé hace poco Elina—dijo con mueca—pero gracias lo comeré llegando del trabajo.

—Está bien, ¿quieres algo antes de que me vaya?

—No, solo espero que al llegar la cena esté lista—dice burlona, Elina rueda los ojos y sale de la oficina a pesar de que Sol quiere estar con su tía.

Se encamina hacia la sala principal, no sabía que hacer. Elina no tenía muchos amigos y los pocos que tenia eran jóvenes de su edad con vida social muy divertida, salían a bares, fiestas, cosas que Elina no se permitía hacer. Su mayor parte del tiempo lo pasaba estudiando, cuidando de Sol, en su trabajo de medio tiempo y con Juno, en cuatro partes se divida su día.

—Hola señor Kim—saludo la morena cuando vio al pelinegro entrar a la oficina, él iba con un traje negro, su cabello era recogido en una pequeña coleta que apenas se formaba, ese hombre era atractivo lo tenía que admitir.

El mayor se detuvo de golpe cuando escuchó su la voz de Elina, con una sonrisa y dejando de lado sus cosas se acercó a la chica.

—Elina—hablo con una sonrisa—¿Cómo estás?—cuestiono tratando de lucir normal mientras que su corazón parecía estallar.

—Bien, ¿Usted?

—Ahora estoy de maravilla—sonrió intentando coquetear más la morena parecía no notarlo.—Por cierto, ¿Que haces aquí?

—Viene a traerle el desayuno a Juno pero ya comió—respondió tratando de controlar a Sol, esta se movía en sus brazos para tratar de acercarse a Kim, él lo notó y alzó una ceja con un poco de disgusto—¿Usted ya desayuno?

—No me trates de usted aún soy muy joven—remarcó—y respondiendo a tu pregunta, aun no, he estado muy ocupado—explicó—la niña se movió bruscamente y me por reflejo Kim la sujeto evitando que cayera, Sol aprovechó y se aferró al saco del hombre.

Sweet Nigth >Kim Taehyung<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora