Je t'aime | Lando Norris.

12 - ¿Esperamos a llegar al hotel?

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Adrianna Russell vista en el paddock ¿Llorando?

Hoy los pilotos se preparaban para comenzar las prácticas libres en el circuito de Spa-Francorchamps, Bélgica. Mientras sus novias los apoyaban. La primer wag en llegar fue Adrianna Russell, novia de Lando Norris, entraron al paddock agarrados de la mano.

Pero una hora después de ser publicada la foto de Adrianna y Lando, otra salió a la luz, una donde salia la joven Russell con los ojos un tanto rojos, haciendo notorio que había llorado.

La gente ha empezado con sus rumores, algunos dicen que Adrianna tuvo una pelea con Lando, mientras otros sostienen que las lágrimas podrían ser el resultado de enfrentar críticas o comentarios negativos en las redes sociales o en los medios de comunicación. Pero hasta el momento, ni Adrianna ni su equipo han hecho declaraciones al respecto, dejando a los fanáticos especulando sobre el verdadero motivo detrás de su visible tristeza.

—Linda, tengo que empezar a prepararme, cuando salgamos de aquí te llevaré a hacer algo para que te distraigas. —dijo cariñosamente, asentí y me dio un beso en la frente, luego en los labios y se apresuró a ir al garaje de McLaren, llevándome para que yo estuviera viendo las prácticas junto con su equipo.

No se podría decir mucho de las prácticas libres, pero nadie choco así que estuvieron bien, además, Lando marco el mejor tiempo, seguido de Verstappen y tercero mi hermano, George. Una hora después Lando volvió, todo sudado, lo que raramente se me hizo bastante atractivo.

—¿Se van a ir juntos? —preguntó George con gesto de desaprobación.

—Si. —le confirmó Lando, y entrelazo nuestros dedos.

Y dicho esto, me dirigió a su auto, para ir a nuestra habitación de hotel. Fue mi idea compartir cuarto, pensé decirle "Las personas se darían cuenta que no dormimos juntos", pero le fui totalmente honesta. Y le dije que me gustaría dormir con él, que se me hacia cómodo y que simplemente quería pasar tiempo con él (o arriba de él).

Lando ni siquiera dudó en aceptar compartir cuarto, así que creo que me empiezo a tener más confianza.

—¿Te sientes bien? —preguntó Lando, mientras manejaba—, estas muy callada.

—Estoy bien. —le dije volteando a verlo, dedicándole una sonrisa genuina.

No hablamos en el resto del camino, hasta que llegamos a un semáforo. Agarre su teléfono para poner música de the weeknd, además, tome su mano, suave y delicadamente, para ponerla sobre mi muslo. Como aquel día.

Su mano fue subiendo por mi muslo a mi falda, casi tocando mis bragas.

—¿Esperamos a llegar al hotel? —preguntó, yo quería decirle que no, que me follara en ese mismo momento, pero solamente asentí. No es lo mejor tener sexo en un auto (ni lo más cómodo).

Dicho eso, no tardamos más de cinco minutos en llegar al hotel, me estaba muriendo por llegar. Bajamos del auto rápidamente una vez llegar, nos apresuramos a llegar al elevador, Lando marco nuestro piso.

Tras cruzar miradas, me atrapa en un tierno y cariñoso beso, pero que demuestra su lujuria. Pone su mano derecha en mi espalda baja, cerca de mi trasero. Su otra mano esta en mi nuca, para que no deje de besarlo, paso mis ambos brazos por sus hombros, para no romper el beso. Las puertas del elevador se abren y nos separamos rápidamente, una risa de lado se le escapa y acto seguido, me levanta como princesa para llevarme a la habitación.

Mis manos vuelven a su cuello, aferrándome a él para no caer. Una vez dentro de la habitación, me dejó en la cama, y se tomó un momento para repasar mi cuerpo, de pies a cabeza. Pero centrándose principalmente en mis muslos.

—Princesa, esa falda te queda increible, pero creo que tendré que deshacerme de ella. —dijo, fingiendo pena.

—Quitame todo —suplique.

Se fue aproximando a mi rápidamente, sin dejar de mirarme a los ojos, fue bajando sus manos hasta mi falda y con delicadeza fue deslizándola. Cada roce de sus manos contra mis muslos me da una pequeña descarga eléctrica, que se siente tan jodidamente excitante.

Una vez que se deshizo de mi falda, subió a quitarme la blusa una vez que lo hace se queda mirando mis pechos. Vuelve a besarme, esta vez los besos eran rudos y sin cuidado, mientras desabrochaba mi brasier.

—Eres un puto sueño. —expresó en éxtasis total, iba dejando besos húmedos de mi pechos. Mientras los acariciaba y jugaba con mis pezones.

Quise devolverle la acción, yo me encontraba semi desnuda, solo conservo mis bragas. Pero él sigue vestido completamente. Cuando vuelve a mi boca para besarme hago un movimiento un poco brusco, para quedar encima de él. Puedo sentir su erección sobre la tela de su pantalón.

—¿Te ayudo? —pregunte, mirando su parte intima.

—Haz lo que quieras conmigo. —dijo, sonreí y me apresure a quitarle el pantalón por completo.

Volvi a posicionarme arriba de él, besándolo en los labios, mordiéndolos levemente. Me sorprendo al sentir que hace a un lado mis bragas, para introducir dos dedos en mi. Un gemido sale de mi boca, la tape inmediatamente para que no se escuche, pero con la mano que tiene libre, quita la mía.

—Quiero escucharte gritar mi nombre.