Pasaron algunos días luego de que Freen, junto con su hermano mayor, fueron a validar su inscripción en la universidad de Londres.
En esos momentos la pelirroja se encontraba guardando sus maletas en el auto familiar, con ayuda de su madre, mientras que su padre, quien parecía no estar en sus mejores días, lloriqueaba sentado en los últimos escalones de la entrada a la casa.
Freen se hacía una idea del porqué su padre estaba muy sensible estos días.
ㅡAnton Chankimha, ya deja de lloriquear y trae tu mugroso trasero aquí en este mismísimo instante ㅡla mujer mayor, con algunas canas apenas notorias, llevaba quejándose de su esposo ya hace largos minutos.
Freen negó con la cabeza muy divertida con la situación. Su madre estaba comenzando a perder la poca paciencia que tenía con su padre llorón.
ㅡEs que no lo entiendes...
El hombre balbuceó entre hipidos, sacando un pañuelo desechable del bolsillo de su pantalón para sonarse ruidosamente la nariz. Freen hizo una mueca de asco, mientras que su madre jadeó con molestia.
ㅡ¡Papá, por favor! ㅡesta vez se quejó Freen, viendo a su progenitor con una mueca.
El hombre mayor arrojó el pañuelo en un bote de basura a unos pocos pasos de ella. Se puso de pie con un poco de pereza y sorbiendo por la nariz se comenzó a acercar a su hija
ㅡHija mía... sabes que te amo con toda mi alma ¿no? ㅡlas manos del hombre mayor se posaron en los hombros de Sarocha, viendo borroso por las nuevas lágrimas que amenazaban con escaparse de sus ojos.
ㅡLo sé, papá. Yo también te amo mucho ㅡdijo abrazado a su padre, logrando que, con aquel acto, el mayor volviera a romper en llanto sobre su hombro.
ㅡNo-No digas eso así de r-repente ㅡentre llanto abrazó con fuerza a su pequeña.
ㅡEs peor que un bebé ㅡdijo para sí misma la mujer cerrando el maletero de la Chevrolet con fuerzaㅡ. Anton, ya deja de llorar ¿quieres?
ㅡMi niña se va lejos de mí, ¿cómo quieres que deje de llorar? ㅡsorbió por la narizㅡ. Primero Sam y ahora Freenky, se están alejando de mí poco a poco y me quedaré solo.
ㅡFreen nos visitará todos los fines de semanas, ¿verdad hija? ㅡseñaló a la menor viéndola por detrás de su esposoㅡ.Además, Sam aún vive aquí, no seas dramático ㅡentre dientes la mayor respondió. De verdad que su esposo se ponía insoportable a veces.
ㅡSí, papá. Vendré todos los fines de semana. No creas que porque iré a la universidad te librarás de mí ㅡcon una adorable sonrisa la pelirroja dijo.
ㅡ¿Lo prometes? ㅡinquirió el hombre con los labios abultados.
ㅡEsto es el colmo... ㅡla mayor suspiró, sin que su pareja la escuchara.
ㅡLo prometo ㅡy con una sonrisa sincera tranquilizó a su padre, no sin antes entrelazar su dedo meñique con el del mayor para separar una promesa.
ㅡ¡De acuerdo! ㅡAnton se limpió las lágrimas de sus ojos y mejillas rápidamenteㅡ. Suban al auto. Tenemos una universitaria a la que llevar ㅡesta vez, con una enorme sonrisa, Anton subió al auto.
El padre de Freen tendió su mano para chocar los cinco con su hija. Y ambos con unas radiantes sonrisas en sus rostros se dirigieron a sus respectivos lugares en el vehículo.
Freen colocó sus auriculares observando el paisaje de la ciudad en el transcurso del viaje.
No tardarían mucho en llegar.
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Una hora después Freen ya se encontraba frente al que sería su dormitorio, luego de una larga despedida con sus progenitores, al fin se encontraba frente a la puerta en donde el número 117 relucía frente a sus ojitos.
Soltando todo el aire que había retenido en sus pulmones minutos atrás, incrustó la llave en la cerradura y abrió la puerta poco a poco, asomando la cabeza primeramente en el proceso para fijarse en el interior.
Oh. Por. Dios.
¿Qué era todo ese cuchitril?
Abrió por completo la puerta entonces, teniendo un panorama más completo de todo aquel... uhm, desastre.
Metió sus maletas con un poco de esfuerzo porque eran pesadas y luego cerró la puerta. Se tuvo que tapar la nariz con sus dedos por el olor a muerto de aquel reducido -no tanto- espacio.
ㅡ¿Quién murió aquí? —susurró para sí misma.
En ese momento se había percatado de que la persona con la que compartiría lugar no estaba, por lo que sin miedo decidió inspeccionar el lugar.
Acomodó sus cosas en un pequeño rincón, un poco más decente, del departamento y sigilosamente caminó hasta lo que suponía era la sala, y una vez que estuvo lo suficientemente cerca, vio unos pares de calcetines regados en el suelo. Tomó entre sus dedos uno, lo inspeccionó, y lo lanzó de vuelta al suelo.
Caminó un poco más, pasando frente a el sofá hasta una pequeña mesita, sobre esta había varios CD's y revistas para adultos.
Girando sobre sus talones, esta vez se dirigió a la "cocina". Pudo apreciar los alimentos a medio terminar, papeles regados en el suelo y varios platos en el lavavajillas sin lavar.
Así que eso es lo que olía a muerto...
Por último, se encaminó hasta las habitaciones, al fondo de todo el recinto. Abrió primero la puerta a su izquierda, dentro se encontró con mucha, de verdad mucha, ropa tendida sobre la cama y mal acomodadas en el armario. Ropa interior y medias sobre el escritorio, y otras cosas que definitivamente no debió haber visto.
¿Con qué clase de persona era con la que compartiría todo un año universitario?
De tan solo pensarlo le dio escalofríos.
Salió entonces de la habitación, dirigiéndose esta vez a la puerta de la derecha. Estaba medianamente vacía, solo contaba con los muebles necesarios y nada más. Suponía que esa sería su habitación al no ver ropa ni nada perteneciente a otra persona allí.
El lugar sería muy acogedor sin cosas regadas por todas partes. Y Freen como buena partidaria de la limpieza y el orden, se encargaría de arreglar todo.
Sonrió a sus adentros, su primer propósito sería, sorprender a su compañera dándole un buen espacio en el cual estar.
Se puso manos a la obra. Comenzando con su habitación, guardó y acomodó todas sus pertenencias y luego continuó con la habitación de su compañera, tuvo que utilizar métodos un poco estrictos al limpiar aquel lugar, como usar guantes desechables y mascarilla.
Una vez que terminó con la habitación sonrió victoriosa al ver el tremendo cambio que realizó. Miró la hora en su móvil. Eran las 15:30, y ella había llegado al campus a las 12:30.
Sin más distracciones se dirigió a la sala, acompañado con una bolsa de basura recogió todos los frascos de refrescos y cervezas, también algunas envolturas de golosinas y comida. Acomodó las revistas y los CD 's, una vez que aquel rincón estuvo completamente limpio se dirigió a la cocina.
Lavó los trastes, desechó comida de la nevera, acomodó y limpió la mesa de mármol y la isla del centro.
Al final colocó cuatro bolsas de basuras repletas al lado de la puerta de entrada, y con una sonrisa de puro orgullo en el rostro se sacó la mascarilla y seguidamente los guantes.
El lugar quedó muy diferente a como lo había encontrado. Cada rincón estaba pulcro y perfectamente acomodado. Ya no había obstáculos en el camino, ni migajas de comida en el sofá.
Sin dudas le daría una muy buena impresión a su compañera.
Por mientras decidió tomar un pequeño descanso, quizás dormiría un poco o vería la televisión, mientras esperaba por la chica en cuestión
Ansiaba mucho conocerla.
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Rude 'n Soft「 Freenbecky 」
Fanfiction❮ Becky es ruda y fría, pero Freen es demasiado linda y tierna para su bienestar.❯ ┊ Adaptación permitida por su autora original: kooflwre ┊ Escritura y pequeños cambios realizados por: LauPimentel ┊ Capítulos cortos ┊ Mención de Babe, Billy, Heng...