𝟏𝟏 | Feria

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Becky despertó a causa de un escandaloso ruido que provenía de la cocina, con pereza abrió los ojos para enfocar la vista a su alrededor. Todo estaba completamente oscuro.

Dejó caer su cabeza sobre la almohada, pero al escuchar nuevamente sonidos molestos que no la dejaban seguir durmiendo, lanzó un bufido molesto y optó por levantarse de la cama y averiguar qué era aquello que no la dejaba dormir tranquila.

Salió de la habitación para dirigirse a la cocina en donde pudo apreciar a través de sus ojos entrecerrados una cabellera ondulada y rojiza moverse de un lado a otro.

A veces se olvidaba de que ya no vivía sola.

ㅡFreen... ¿Qué haces? ㅡpreguntó mientras se tallaba un ojo, acercándose a las sillas altas que rodeaban la isla central para sentarse en una de ellas.

ㅡEl almuerzo ㅡdijo tranquilamente la tailandesa luego de dar un pequeño brinco por el susto que le generó la mayor.

Becky frunció el entrecejo al escucharla. Acaso había dicho... ¿el almuerzo? ¿Cuánto tiempo había dormido? No tenía ni la menor idea, pero para su suerte era sábado y no tenía clases ni práctica de fútbol, lo que estaba bien, podía así seguir durmiendo todo el resto del día sin preocuparse por sus obligaciones.

Arrugó el rostro en una mueca de pura confusión al percatarse de algo que había pasado por alto.

ㅡ¿No deberías ir a casa de tus padres? ㅡ cuestionó con curiosidad.

Y es que la menor solía ir todos los sábados temprano por la mañana a visitar a sus progenitores sin falta, lo hacía desde que las clases iniciaron. Hace un poco más de tres meses.

ㅡHoy no —dijo—. Mis padres están recibiendo la vista de mis abuelos y se fueron a pasar el fin de semana a Escocia ㅡcontestó sin dejar de moverse de aquí a allá. Becky la veía con mucha atención, cada mínimo movimiento siendo apreciado detenidamente.

ㅡEntonces... ¿estarás aquí hoy y mañana? ㅡvolvió a preguntar.

ㅡAjá.

Becky celebró internamente. Tener a Freen con ella era agradable, le gustaba pasar el rato con ella, aunque en ocasiones la chica pareciera ser irritante y muy melosa Becky terminó acostumbrándose a su personalidad y ahora le gustaba que la tailandesa fuera así con ella.

Freen lo convertía en alguien extremadamente cursi y cariñosa, cosa que no pensó que sería ni cuando tenía diez años.

Ambas chicas no dijeron nada más, y la castaña aprovechó que la menor estaba ocupada para dirigirse nuevamente a su habitación y asearse. Cuando regresó encontró a Freen sentada en el sofá, de espaldas. Tuvo un ligero deja vú, pero esta vez decidió no repetir lo de la noche anterior.

Rodeó el sofá tomando asiento junto a la pelirroja, esta giró su rostro y cuando la miró de vuelta le sonrió. Una sonrisa de labios cerrados que a Becky le provocaba cosquillas en el estómago y en todo el cuerpo.

ㅡLa comida ya está lista ㅡavisó la pelirroja poniéndose de pieㅡ. Vamos, antes de que se enfríe.

Becky asintió y siguió a la menor hasta la isla en donde Freen le dijo que tomara asiento que ella serviría la comida. La castaña no la contradijo, simplemente hizo lo que le pidió sin despegar ni un segundo los ojos de Freen.

La pelirroja se acercó con un plato en manos, aprovechando la cercanía de ambos cuando la menor se acercó lo suficiente para depositar el plato sobre la isla Becky giró el rostro, estando ambas incluso más cerca que la noche anterior y habían sido interrumpidos por el amigo del Freen que le trajo unos apuntes que se había olvidado en la biblioteca.

Rude 'n Soft「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora