29.1 Abrazame

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Prácticamente llevaba trabajando 18 horas y aún me faltaban unas cuantas más. Durante los últimos días, ni siquiera pude volver a la cafetería para ver a Jennie, no había tenido oportunidad de verla.

Aún no encontraba el valor para acercarme, era extraño porque de alguna forma Jennie era la razón por la que estaba aquí, pero ahora que estamos tan cerca siento un abismo entre nosotras.

—¡Jisoo! —Seok entró repentinamente interrumpiendo mis pensamientos. —Hay un choque a unas cuantas calles de aquí, necesitamos irnos. —No necesité escuchar más para tomar mis cosas y seguirlo.

Seok, Jiyeon y yo conducimos con toda velocidad, sabíamos perfectamente que en casos como este cada segundo era importante, cada pequeño momento podría representar una oportunidad.

A pesar de ser Jiyeon quien conducía, mi atención estaba completamente fija en la carretera, el mirar con detenimiento un punto me hacía ganar concentración, me ayudaba a visualizar algunos de mis movimientos y a tener en claro mi objetivo, el objetivo de siempre, salvar la mayor cantidad de vidas posibles.

Por la cantidad de luces y gritos que podía escuchar sabía que estábamos cerca, el olor a sangre y combustible comenzaba a inundame. Había un enorme caos, un autobús acaba de estrellarse con un vehículo más pequeño, el cual estaba completamente destrozado.

—Nosotros nos ocuparemos del autobús. —Dijo Seok antes de bajar de la ambulancia.

Sin perder más tiempo rápidamente me acerqué al vehículo, en él se encontraba un hombre ya sin vida y una mujer de mediana edad. Ella permanecía inmovilizada, gran parte de su cuerpo había quedado atrapada entre la estructura del auto, sangraba mucho, pero a pesar de ello parecía estar consciente.

—Tranquila, la sacaremos de aquí pronto. —La mujer no tenía fuerzas para hablar, pero podía ver el miedo y desesperación en sus ojos. —¡Necesitamos extracción aquí, rápido!

Mientras uno de los bomberos se acercaba con las herramientas de rescate, me apresuré a colocar un collarín alrededor de su cuello de la mujer, seguido de ello una mascarilla de oxígeno.

Pronto los bomberos comenzaron a cortar el metal retorcido del coche con herramientas hidráulicas. Mientras que yo mantenía la mascarilla en su lugar, y trataba de mantenerla consciente por un poco más de tiempo.

—Hija...—Escuché que susurraba débilmente. —Mi...

—Encontraremos a su hija. —Creí por un momento que su hija se encontraba en el vehículo, pero eso era prácticamente imposible.—Lo vamos a lograr, solo necesito que resista un poco ¿de acuerdo?

Finalmente, con un último esfuerzo fue posible liberar a la mujer de los restos del coche. Nos movimos rápidamente para colocarla en una camilla y subirla a la ambulancia.

—Hija...—Mis palabras no fueron suficientes porque seguía inquieta.

—Encontraré a su hija, se lo prometo. —La ví asentir lentamente mientras una lágrima rodaba por su mejilla.

Subimos a la ambulancia, pero una vez ahí las cosas no parecían mejorar, la presión arterial de la mujer estaba cayendo rápidamente y su pulso era cada vez más débil y rápido. Su piel estaba fría y sudorosa, y el color azulado en sus labios y uñas no mejoraba.

Me encontraba aplicando presión a la herida abdominal, su abdomen estaba distendido y rígido, eso era malo, muy malo. La hemorragia estaba ocurriendo a un ritmo que su cuerpo no podía compensar, solo podía significar algo, uno de sus órganos estaba dañado.

—Está en shock hemorrágico. —Le indiqué a mi compañero que ahora me miraba con total preocupación. —Necesitamos llevarla al quirófano.

Unos minutos más y finalmente llegamos al hospital, trasladamos rápidamente a la mujer al interior, donde un grupo de médicos y enfermeras la esperaban.

Falling in LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora