Dulces sueños -Marichat-

Capitulo 23

Alya caminaba por todo el lobby del hotel esperando a que su amiga llegue, había decidido preguntarle como le había ido, practicó como iniciar el tema de conversación, pero nada, no aparecía, de la nada escuchó pasos, era la señorita Bustier, así que tuvo que esconderse, pero no lo logró

—¿Alya? ¿Qué haces despierta a esta hora?— preguntó molesta

—¿Y-Yo? B-Bueno es que tenía sed y se a-acabó el agua de nuestra habitación así que tuve que ir a la cocina, pero ya iba de regreso— respondió intentando sonar convincente

—Bien... Regresa a tu cuarto— dijo dulcemente a lo que la chica accedió.

Por otra parte los enamorados seguían en la azotea conversando

—Eres una persona muy curiosa, ¿Lo sabías no?— mencionó Marinette detallando al rubio

—¿Por qué lo dices?— cuestionó soltando una pequeña risa

—Porque en algunas ocasiones te he visto celoso aunque siempre me recalques que no lo estás, y con el tema de Adrien fue todo lo contrario—  explicó confundida

—Bueno... No lo sé ¿Me estás pidiendo que te cele, princesa?— preguntó extrañado y con un toque de jocosidad

—No, claro que no— respondió enseguida la azabache —Solo es tu cambio de actitud el que no me cuadra—

—Tal vez porque sé que es lo que realmente sientes por Adrien... Y sé tu historia con él, lo cual es diferente con otros chicos porque con ellos no sé que intenciones tengan contigo— mencionó analizando un poco la situación

—¿Es decir que en otras ocasiones desconfiabas de mi?— dijo en un tono sarcástico pero al mismo tiempo sin mucha seriedad

—No es lo que quise decir y lo sabes, confío mucho en ti, a lo que me refiero es que sé que las cosas con Adrien fueron distintas que por ejemplo con Luka— intentó explicar

—Tranquilo, Chat— mencionó riendo un poco —Te estoy molestando—

—Me asustas, preciosa— en eso el rubio miró la hora

—¿Pasa algo?— preguntó

—Es demasiado tarde, tengo que llevarte de regreso— explicó, eran las dos y media de la madrugada

—¿En serio?— el chico asintió, entonces, se dejó cargar de él hasta llevarla en un lugar donde podría regresar

—Te amo, linda— ella sonrió

—Te amo— afirmó a lo que él se fue.

Marinette entró al hotel disimuladamente, pero se encontró con Alya en el camino

—¿Qué haces despierta a esta hora?— preguntó la azabache 

—Buscaba un vaso de agua ¿Algún problema?— respondió a la defensiva

—No— dijo confundida —Solo se me hizo raro—

—¿Acaso eres la única que puede estar despierta a esta hora?— atacó

—Bien Alya, habla de una vez ¿Qué te molesta?— cuestionó cruzándose de brazos

—Me molesta que me ocultes las cosas, Marinette— contestó con notoria molestia —Hoy te escapaste y te fuiste con él... Es decir que está aquí en Nueva York— 

—Alya no vamos a hablar ahora sobre esto, estoy cansada— dijo intentando evitar la conversación

—¿Ves? Ese es el problema— indignada se fue.