Capitulo 11

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Una de las cosas que no le dijo Tikki a Marinette, era que los kwagatama al absorber la energía del amor se desgastaba más, pues él identifica que no debería ser usado para eso, los miraculous no se podían utilizar para asuntos personales, así que empieza a tomar más energía para que los portadores se den cuenta de que están cometiendo un error. Los dejaba tan débiles que llegaban a estar en estado crítico. La verdad es que no se lo dijo porque eso haría que Marinette volviera a estar a la defensiva y deprimida, no permitiría que eso volviera a pasar, no podía ver a la azabache recaer de nuevo.

—Chat, es lindo volver a estar contigo, así sea de esta manera— dijo Marinette quien estaba acostada en el césped, estaban teniendo un picnic nocturno 

—Siento lo mismo, solo que lamento que en cualquier momento vamos a despertar, y esto prácticamente no sucedió nunca— contestó soltando un suspiro e inclinándose hacía a ella —Aún así eso no significa que no me guste estar a tu lado— siguió acostándose a su lado, ella suspiró cansada, se acomodó quedando cerca de él 

—¿Puedes abrazarme? por favor— pidió la azabache mirándolo, él sonrió juguetón y la rodeo con su brazo —Literalmente eres el chico de mis sueños Chat— mencionó Marinette acurrucándose

 —¿Sabes? Cuando todo vuelva a la normalidad, no voy a volver a ver nuestras citas nocturnas igual— la chica soltó una pequeña risa

 —Por Dios, creo que esas eran de todo menos citas, no somos para nada románticos— él sonrió burlesco 

—Si, no lo somos— contestó riendo —Solo lo somos cuando pasan cosas de este estilo— siguió Chat Noir 

—Tal vez, pero siempre llegamos a tener uno que otro momento— contestó acercándose al rostro de él —Por ejemplo ahora— murmuró cerca de sus labios 

—¿Ah sí?— dijo en tono un poco ronco mirándola 

—Mhmm— asintió para darle un corto beso en los labios

 —Eres así solo cuando quieres— dijo separándose, la chica se levantó y él se sentó mirándola con curiosidad —¿Ahora qué haces?— cuestionó confundido sin dejar de mirarla, ella sonrió 

—¡Atrapañé si puedes!— exclamó empezando a correr. El rubio soltó una carcajada, se levantó rápidamente y empezó a perseguirla por todo el parque 

—¡Eres una niña pequeña!— gritó en un tono jocoso, él iba perdiendo, ya que Marinette se escondía muy bien. —Amor, por favor, ¿Quieres hacerme las cosas más fáciles?— cuestionó en un tono calmado bajando la velocidad y quedándose de pie, sabía que a ella le gustaba que le hablará así

 —¡Buen intento!— gritó volviendo a correr, Chat Noir la persiguió hasta que pudo agarrarla, solo que ambos cayeron al suelo —Vaya que eres malo en este juego— dijo Marinette burlona.

—¿Que pasa?— dijo el rubio despertando de manera somnolienta 

—Adrien, tienes fiebre, te escuché tosiendo de manera exagerada— murmuró Nathalie poniendo su mano en la frente del chico, este se quejó cerrando los ojos, tenía dolor de cabeza, uno fuerte

 —Solo debe de ser un resfriado— afirmó quejumbroso.

—Marinette, despierta— la llamó Sabine, pero está solo soltaba quejidos —Cariño... Haz un esfuerzo por favor— la chica como pudo se giró quedando frente a su madre, abrió los ojos lentamente 

—No me siento bien— la mujer suspiró y la chica cerró sus ojos quedándose dormida.

En la tarde ya ambos estaban bien, solo que ninguno de los dos creía que era normal, no, no lo era. 

Dulces sueños -Marichat-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora