¿Desapariciones?

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No todo aquel que te mira a los ojos dice la verdad.

Los secretos están en todos lados y se empeñan por ocultar.
Eli

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ELLIE:

Desperté en medio de la noche luego de tener esa extraña pesadilla, no entendía por qué desde que cumplí los diecisiete las tenía continuamente.

Mientras calmaba mi respiración me di cuenta que tenía mucho frío y note que deje la ventana abierta, me levanté a cerrarla pero a penas puse las manos en ella escuche una voz diciendo mi nombre.

—Ellie —Su voz sonaba tan suave pero tenebrosa a la vez— Quiero mostrarte algo.

Pude ver un hilo de luz muy blanca debajo de mi puerta, pero a pesar de que una parte de mi se negaba a acercarse, otra simplemente actuaba mecánicamente.

Abrí cuidadosamente la puerta de mi habitación, la casa era diferente pero un fuerte olor a humo me puso en alerta.

Al acercarme a las escaleras ví como una vela estaba en una alfombra que desconozco ya empezaba a quemar la casa, todo el piso inferior estaba en llamas y yo no sabía que hacer, algo no me permitía moverme.

Un grito desgarrador de una mujer prominente de la alguna parte de la casa me hizo salir del shock e intenté buscar agua o algo pero en ese momento un hombre que parecía haber salido de otra época paso por mi lado...

—¡Clarisse!—era un grito de dolor, empezo a toser por el humo pero aún así intento entrar en el fuego para poder buscar a la persona del grito, un niño salió de una de las habitaciones y se pegó al barandal.

—¿Papi que pasá?— dice asustado el pequeño.

—No te muevas quédate allí.

El señor se adentro al fuego pero era imposible las llamas eran muy altas, aunque lo intentó las llamas terminaron por consumirlo al igual que la otra voz no se escuchó más.

Ver aquella atroz escena de como su cuerpo era consumido por las feroces llamas, fue muy ¿doloroso? para mí, no entendí por qué sentía este dolor incesante y opresor en el pecho, aun sin saber si quiera quienes eran.

El niño a mi lado empezó a llorar mientras pedía ayuda, yo solo podía sentir miedo y observar lo que pasaba. Luego empezó a toser por el fuego, ya llegaba muy cerca mientras la casa se despedazaba y yo como podía empezaba a retroceder mientras miraba como ayudarlo.

—¡Ven alejate del fuego!—No parecía escucharme—¡Ven!—le gritaba desesperadamente una y otra vez.

—¡Ayuda!—grite está vez esperando que alguien me oyera.

El niño se tiró al suelo tosiendo por inhalar tanto humo, termino por perder la conciencia y cuando intenté tocarlo era como si lo traspasara, desesperadamente lo intente una y otra vez pero no dio resultado el fuego lo alcanzó.

Mire por el gran ventanal que daba hacia afuera y una chica apareció corriendo miro la casa en llamas soltando un grito desgarrador mientras lágrimas gruesas salían de sus ojos.

—No, ellos no, ellos no pueden estar... ¡Ayuda!

Abrí los ojos mientras miraba a mi alrededor buscando el fuego y observé a Damián un poco adormilado y su cabellera castaña desordenada sentado en la cama sacudiendo suavemente mi hombro.

—¿Estás bien?—pregunta con tono preocupado y ronco por haberse levantado.

Yo aún asustada por las pesadillas mire a mi alrededor tratando de recordar dónde estaba mientras mi pecho subía y bajaba.

Fading ¿Escapar o seguir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora