Fading ¿Escapar o seguir?

Pintura

—Ellie—escuché mientras sentía una leve sacudida en mi hombro.

Abrí los ojos inmediatamente, ¿me quedé dormida al llegar? Pensé que era Domingo.

—¿Todo bien?

—Eh, si sí, ¿o no? No lo sé —estaba acelerada y confundida.

—Tranquila, todo está bien.

Me senté en la cama.

No puede ser, yo estaba en la biblioteca con ese libro rojo no entiendo.

Estaba hiperventilando, poco a poco mi respiración se iba regulando pero aún estaba allí esa sensación de que todo había pasado en realidad.

Mire a mi alrededor buscando ese libro rojo a ver si estaba conmigo, pero no.

—Vine porque pase por la biblioteca y encontré un libro que podría gustarte—alzo su mano derecha mostrando un libro verde, ese gesto me hizo sentir un poco mejor, me pareció muy lindo.

—Gracias—Dije sinceramente, aunque el mencionó la biblioteca lo que me hizo recordar mi pesadilla de nuevo.

—Damian, una pregunta.

—Adelante.

—¿En está casa hay una biblioteca?

—Si, ¿por qué?

Eso me estremeció un poco.

—Acompañame, por favor llévame hacia donde está.

Salimos de mi habitación, bajamos las escaleras adentrándonos en un pasillo amplio, ahí la ví.

Allí estaba la puerta robusta de mi pesadilla, en el mismo lugar y era exactamente igual.

Entre al lado de Damián asustada todo estaba en el mismo lugar, tal como en mi sueño.

Era tan igual que hasta era escalofriante, a pesar de que se vea como un lugar cálido y acogedor.

—Ellie, ¿está todo bien?

—Es que, tuve otra pesadilla, pero estaba... estaba aquí en esta biblioteca y había un libro rojo, cuando lo abrí escuché voces y todo fue muy extraño.

—Ellie, recuerda que son solo sueños.

—¿Y cómo es que en mi sueño todo estaba igual? si yo no había pisado este lugar desde que llegué, ni siquiera recordaba que mi abuela tuviera una biblioteca.

—Probablemente es un recuerdo vago, a veces de pequeños vemos cosas que al crecer no recordamos y pasan a estar solo en nuestros sueños como algo ficticio.

Tenía razón, la especialidad de la mente humana es hacernos malas jugadas, viendo cosas donde no las hay, por eso somos nuestros propios enemigos antes que los demás.

—Hagamos algo—dije captando su atención— En mi sueño debajo de esa lámpara—señale la lámpara sobre el escritorio—Habia una llave para abrir el último cajón del escritorio, si no esta el libro allí, entonces solo fue un sueño.

—Esta bien, probemos.

Me acerque a la lámpara mientras mi corazón latía muy rápido, la tomé y al alzarla...

Allí estaba la llave.

Se la mostré a Damián y el mismo pareció extrañado.

Me dirigí al cajón lo iba a abrirlo pero sonó mi celular haciendome sobresaltar, la llamada se colgó y no tuve tiempo de contestar.

Aún así me llegaron unos mensajes de Lys.

LYS:
Hola Ellie, me acaban de avisar de la institución que está semana surgió un viaje escolar de imprevisto.