Libro

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ELLIE:

Minutos antes...

—Bueno está bien si quieres te ayudo a empacar tus cosas—Dije mientras me ponía de pie.

—Si, claro muchas gracias—respondió.

Ambas subimos la escaleras, la mansión era bastante grande por lo que nos quedamos cada uno en una habitación diferente.

La de Bianca tenía un ventanal que daba vista hacia afuera, también una cama amplia en el centro de la habitación.

—¿Podrías tomar mi cargador que está en la mesita de noche?

Asentí, me acerqué a la misma que se encontraba justo al lado de la cama lo tome y lo guarde en la mochila marrón mientras ella se dirigía al baño a buscar su cepillo de dientes.

—Toma los dos cárdigans que están en el armario y guárdalos en mi mochila por favor—Indicó al salir del baño.

—¿Sabías que nos quedaríamos? es que trajiste varias cosas—Pregunté.

—En realidad no lo traje porque supiera, simplemente que fui a casa de mi tía y dejé cosas dentro de mi mochila así que solo la tomé y la traje, es suerte supongo.

—Comprendo —exclamé sin saber que más decir.

Cuando terminé de doblar los cárdigans me quedé mirando un punto fijo en la pared.

—¿Ellie?—Escuche la voz de Bianca un poco lejana.

—¿Ellie?—Insistió con voz preocupada.

Una presión fuerte se hizo presente en mis cienes mientras mi vista se nublaba al punto de ver todo negro.

Una alucinación confusa y borrosa llegó a mí.

Me encontraba frente a un muñeco inerte, habían más personas detrás de mí en aquella habitación polvorienta, no podía ver quiénes eran pero las sentía.

Me acerque con cuidado al muñeco, tomé la cuerda en su espalda, de inmediato este se puso recto y una música extraña casi terrorífica empezó a sonar, estaba hablando pero no lograba escuchar que decía solo podía ver el movimiento de sus labios.

Luego a mi mente vino al imagen de un libró de pasta roja que jamás había visto en mi vida.

Logré escuchar el grito de Bianca diciendo mi nombre antes de que sintiera mi cuerpo golpear una superficie dura.

Aún estaba un poco conciente cuando tuve la sensación de que alguien me tomaba entre sus brazos y me dejaba en un lugar cómodo.

Después perdí totalmente la conciencia.

*****


—¿Pero es que no escuchas lo que dijo Bianca y no vez lo pálida que está?—Escuché a Ally protestar asustada.

Intente abrir los ojos pero la luz me cegó.

—¿Chicos?—Exclamé con voz átona.

Todos en ese instante giraron a mirarme.

—Ellie ¿estás bien? ¿no te golpeaste la cabeza?—Preguntó Adler preocupado.

—No, no, me siento bien.

—¿Segura?

—Si, si.

—Yo digo que deberíamos llamar al doctor de la familia para que te revise—Afirmó Adler.

—Pero, estoy bien—Insistí.

—No está mal confirmar—Insistió Adler—Damián, ve a llamarlo.

Fading ¿Escapar o seguir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora