Jungkook se encontraba en el altar, con una mirada serena y una luz tenue iluminando su rostro. Con voz suave y firme, comenzó la oración de apertura
-En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Dios todopoderoso, te pedimos que nos guíes en este momento de oración, que nuestras palabras y pensamientos sean puros y llenos de amor. Que tu luz ilumine nuestro camino y nos brinde paz y consuelo. Te agradecemos por todas las bendiciones que nos has dado y te pedimos que nos ayudes a ser mejores personas cada día. Amén- los presentes susurraron un amén.
-Hermanos y hermanas, en estos tiempos de incertidumbre y desafíos, es crucial recordar la importancia de la fe y la esperanza en nuestras vidas. En el libro de Proverbios, capítulo 3, versículo 5-6, se nos dice: "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él allanará tus sendas". Esta sabia enseñanza nos recuerda que, a pesar de las dificultades, debemos confiar en la guía divina y seguir nuestro camino con fe. En este día, les insto a reflexionar sobre la importancia de la compasión y la solidaridad hacia los demás. En el Evangelio de Mateo, capítulo 25, versículo 40, Jesús nos enseña: "En verdad les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron". Esta poderosa declaración nos recuerda que cada acto de bondad y compasión que realizamos hacia los demás es un acto de amor hacia Dios.
Por lo tanto, en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida, recordemos que la luz de la fe y el amor divino siempre nos guiará. Mantengamos nuestros corazones abiertos a la gracia y la misericordia, y sigamos el camino de la verdad y la compasión. Que la paz y la bendición del Señor estén con ustedes siempre. Amén- Invitando a los fieles a unirse en comunión. Luego, tomó la Biblia y leyó pasajes llenos de sabiduría y amor, capturando la atención de todos los presentes.
La Biblia está compuesta por numerosos pasajes que abarcan diferentes temas y enseñanzas.
-1. Juan 3:16 - "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna."
2. Filipenses 4:13 - "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."
3. Salmos 23:1 - "Jehová es mi pastor; nada me faltará."
4. Mateo 5:14-16 - "Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder."
5. Proverbios 3:5-6 - "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él allanará tus sendas. -Finalmente, con pasión y entrega, dio un sermón inspirador que tocó los corazones de la congregación, recordándoles la importancia del amor y la compasión en sus vidas. Y finalizó la misa. Jungkook terminó la misa con una sensación de paz y gratitud en su corazón. Después de dar la bendición final a los fieles, se dirigió a la sacristía para quitarse las vestiduras litúrgicas y guardar los objetos sagrados. Luego, se reunió con los demás sacerdotes para compartir un momento de camaradería y reflexión sobre la celebración. Finalmente, Jungkook se retiró a su habitación para dedicar un tiempo de oración personal y agradecimiento por la oportunidad de servir a la comunidad. Cada vez es un poco más agotador el que da las misas diariamente. -Dios mío, creo que cada vez colapso, necesito un descanso- se dijo a sí mismo antes de recostarse en su cama. Después de rezar, recordó que al día siguiente era domingo y tenía que escuchar confesiones. A sus 21 años, estaba capacitado para ser sacerdote, ya que sus padres, muy religiosos, le dieron como única opción seguir ese camino.Al día siguiente estaba sirviendo en el orfanato desde la mañana, gente necesitada sin hogar llegaba cada día. Servía comida y ayudaba con una y otra oración a señoras mayores.
-Muchas gracias, padre- dice una señora mayor. -No hay de qué. Estoy para servirles a nuestro Señor y a ustedes- todos le agradecieron y fijó su vista en el reloj, donde faltaban pocos minutos para ir al confesionario. Fui directo hasta allá con algo de prisa.
Al llegar al lugar, aún sin ver a nadie, respiré profundo y entré al cubículo. Esperé por más de diez minutos hasta que unos pasos se escucharon.
-Bendíceme, padre, porque he pecado- dilema voz masculina. -Te escucho- dijo firme esperando al otro chico hablar
-he pecado... sé que aquí en la Iglesia es una abominación, pero, no pude evitarlo- dice el chico- ¿qué pasa?-dice con voz tranquila- me dejé follar por un chico de mi universidad, mis padres no lo saben, pero me gustan los hombres, son tan religiosos, que no pude evitar sentir culpa y venir Pero- el chico se quedó callado unos segundos- me gustó tanto como me follaba, como me jalaba del pelo y como me lo metía tan duro y rudo que dejó marcas en mis nalgas- estaba algo confundido ya que era algo inusual que le contaran algo así. -bien, lo entiendo, ¿quieres pedir perdón porque te sientes culpable?- el silencio se hizo presente- no lo sé, solo quería desahogarme con alguien- él solo tragó grueso- bien, reza cinco Ave Marías, cinco Padre Nuestro- estaba nervioso, nunca nadie le había hablado de... relaciones íntimas, nunca había estado con nadie, desde su corta edad se entregó a Dios en cuerpo y alma. -padre... ¿usted nunca ha necesitado alguien con quien estar y que le envuelvan su polla con una boca caliente?- dice con descaro la voz del otro lado- yo lo he visto varias veces y debo decirles que no está nada mal, ojalá no fuera padre, ahora mismo le estaría haciendo una mamada- su corazón latía rápidamente y sintió algo que jamás pensó, su intimidad estaba erecta- ¡largo! Se acabó- salió del cubículo y corrió a su habitación, viendo su bulto erecto, trató de pensar en otra cosa, no pecar, no debía pecar ni con el pensamiento. Así que decidió bañarse e irse a dormir unas dos horas, con un dolor horrible en sus partes.
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Sacerdote ♡Kookmin♡
FantasiaJeon Jungkook, un cura de 21 años, tiene un encuentro paranormal cuando un ser maligno se adentra dentro de su alma y, por obra de ese ser, termina follandose con el chico que viene a confesarse cada viernes a su iglesia.