Allí estaba yo, Jenna, Jenna Roberts, mudándome durante el verano a un pueblo desconocido por el trabajo de mi padre. No me agradaba mucho la idea de despedirme de mis amigos y amigas pero lo tenía que hacer, al menos por mis padres. La idea era quedarnos unas semanas en casa de mis tíos, solo hasta encontrar un apartamento en el que poder estar. Finalmente llegamos, me bajé del coche con una sonrisa forzada y caminé hacia la casa. Toqué a la puerta y me llevé una sorpresa al descubrir que quien nos abrió no era ninguno de mis tíos, no era nadie de la familia. Miré a mis padres y me dí cuenta que la única que estaba sorprendida era yo, y un poco confusa pregunté...
-¿Quién es?, ¿y por qué no estáis sorprendidos?
-Se nos olvidó decírtelo Jenna, tus tíos no van a poder estar, y en su lugar estarán unos amigos de ellos y su hijo-me contestó mamá con emoción.
Y en ese momento supe que el verano iba a ser aún peor de lo que me imaginaba. Entré a la casa con la misma sonrisa forzada que tenía antes, saludé a los amigos de mis tíos y llegaba el momento de saludar a su hijo, un chico alto, moreno y tatuado con cara de pocos amigos, o almenos así me miraba a mi. En ese momento quería que la tierra me tragara, ¿Porque no podría haber sido una chica? Me pregunté. Por suerte en ese momento, mi madre me dio la magnífica idea de qué subiera a dejar mi maleta, y eso hice, hubiera hecho lo que fuera para librarme de esa. Llegó la hora de cenar, fuimos a un restaurante y desafortunadamente me tocó sentarme al lado del chico. Todos se presentaron, Will, así se llamaba el chico junto al que estaba sentada.
-Yo me llamo Jenna- dije yo.
-Bonito nombre- exclamó Will irónicamente mientras se reía.
-No sé dónde le ves la gracia, tu nombre tampoco es que sea muy bonito- respondí yo enfadada.
-No te enfades, solo era una broma Jen- aclaró él.
Jen, ¿me acaba de llamar "Jen"? No me gustaba la idea de que me llamara Jen, pero por un momento, no sabría explicar el porqué, llegué a sentir un poco de mariposas en el estómago. Volvimos a casa, yo estaba a punto de entrar en la habitación y...
-Buenas noches Jen- me dijo él.
-Buenas noches Will- le respondí.
Y en ese instante, volví a sentir mariposas, ¿Que me pasa? me pregunté, "Will es un capullo que hace 2 horas se estaba riendo de mi nombre" me intenté convencer a mí misma.
Al día siguiente me levanté sin querer haberlo hecho, rodeada de unas sábanas que no eran las de mi cama. Todavía recuerdo el día que mis padres me dijeron que teníamos que mudarnos por su trabajo...
(RECORDANDO EL DIA...)
-Jenna- Dijo mi padre muy serio mirándome a los ojos.
-Tenemos que hablar contigo- Le siguió mi madre.
Eso no pintaba muy bien, pensé yo. No escuchaba esa frase desde la última vez que nos mudamos. Otra vez no porfavor, me repetía una y otra vez en mi cabeza, deseando que no dijeran lo que sabía que iban a decir. Entonces, nos sentamos en el sofá y mi padre soltó esa maldita frase, esa frase que llevaba escuchando los últimos 3 años de mi vida, esperando que fuera la última.
-Nos tenemos que volver a mudar- Soltó mi padre, sabiendo que cada palabra que decía me iba a doler más que la anterior.
-Solo será durante el verano, o al menos eso creemos-Añadió mi madre, para intentar arreglar un poco la situación.
-Y a donde esta vez?- Exclamé alterada.
-Iremos a un pueblo pequeño de playa- Dijo mi madre.
-¿Y donde nos quedaremos?- Pregunté yo con lágrimas en los ojos.
-Nos quedaremos en casa de tus tios, solo hasta encontrar un apartamento-Respondió ella.
Genial encima que nos íbamos a un pueblo completamente distinto, como si fuera poco, ahora también me tocará quedarme en una casa de unas personas que no conozco de nada, gente que no había visto en mi vida.
-Pero mamá, yo no conozco a mis tíos-Dije yo, entristecida y algo alterada.
-Tus tíos son muy buenas personas, Jenna-Me respondió con un tono cálido y tranquilo para intentar calmarme.
Yo no sabia que decir, me quedé algo pensativa respecto a lo de mis tíos, el hecho de no saber con quién iba a vivir me estuvo martillando la cabeza la última semana antes de irnos.
Después de varios minutos recordando todo, me obligué a bajar a desayunar. Baje las escaleras, me dirigí a la cocina y allí estaba Will, sentado en la mesa con un tazón de leche y un par de tostadas. Entonces lo volví a escuchar, ese nombre que me irritaba pero a la vez me hacía sentir mariposas cada vez que lo escuchaba.
-Buenos días Jen- Dijo él, mostrando la misma sonrisa de la otra noche.
-Buenos días Will- Le respondí, intentando que no se me notaran todas las emociones que me había producido escuchar ese nombre.
-Hola, cariño, has dormido bien?- Aparecieron mis padres por detrás, mientras se dirigían a mí para darme un beso.
-Hola mamá , hola papá- Exclamé sonriente, devolviendoles el beso.
-¿Por qué no te vistes y vas a descubrir el pueblo?-Dijo mi madre, esperando que le respondiera que sí.
-Ya veré mama, puede que luego salga a dar un paseo- respondí, algo indecisa.
Cuando acabé de desayunar, subí al que ahora se suponía que era mi cuarto. Abrí la maleta, que todavía no había desecho y cojí un par de vaqueros y una camiseta, me lo puse cogí mis earpods y mi móvil y me dispuse a volver a bajar a bajo con el objetivo de salir a explorar el pueblo como había propuesto mi madre.
-Mama, me voy- Exclamé, desde la otra punta de la casa.
Camine hacia la puerta, hice un respiro profundo antes de salir y me fui. Después de un rato paseando por el pueblo, que a decir verdad no estaba tan mal, encontré una librería. Emocionada por mi gran pasión por la lectura, entre. Era la libreria mas bonita que había visto en mi vida, tenía una luz cálida, con un par de lamparas elegantes, las paredes estaban cubiertas de una pintura marrón que hacía de un ambiente muy otoñal, cada pasillo estaba cubierto de miles de estanterías, todas repletas de todo tipo de libros. Por un momento me olvidé que el pueblo en el que estaba no era mi ciudad. Seguí caminando por la librería investigando qué libros habían, vi un libro que me llamó la atención que se encontraba en una de las estanterías de más arriba, me alcé para intentar cogerlo, ya que estaba bastante alto y... ¡¡pumm!! se me cayó el libro al suelo, hizo tanto ruido al caerse que se me quedaron mirando todas y cada una de las personas que habían allí, y eso que la librería no era pequeña. No sabia donde meterme, lo unico que queria que pasara en ese momento es que la tierra me tragara, sentí un calor recubriendome la cara y rodeándome todo el cuerpo mientras se me ponía la cara como un tomate de la vergüenza que estaba pasando. Sin pensarlo, salí corriendo de allí. Al salir me tropecé con un chico de lo alocada que iba,
-Hola, ¿estas bien?- me dijo el chico un poco confuso.
-Sisi, esque necesito salir de aquí- respondí casi sin poder respirar de lo rápido que había salido de la librería.
-Yo te ayudo, se a donde podemos ir- Me respondió el chico que acababa de conocer del que aun no sabia ni el nombre.
Sin pensar en lo que estaba haciendo, le agarre de la mano y me deje guiar por él, a donde fuera que me llevara..
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El verano que te conocí
Teen FictionJenna se viene abajo cuando sus padres le dicen que se tienen que mudar a otro pueblo. Pero lo peor viene cuando tiene que convivir con Will, el chico que más detestaba del mundo mundial, le molestaba hasta el respirar de él, pero ahora tendrán que...