•Todo recto hasta el infierno• [Alan Becker AU]

•Capítulo 2•

Ambos stickmans  empezaron a caminar a paso lento por el bosque, ya que los padres de Purple habían decidido construir su casa en medio del bosque y para llegar a la ciudad tenían que caminar un par de minutos.

- Tus padres están locos, ¿A quien carajo se le ocurre contruir su casa en pleno bosque?
Dark caminaba relajado al lado de Purple.

- ¿Y yo que voy a saber? De seguro no querían que nadie escuchará nuestros gritos por si nos mataba un asesino o yo que se.

El resto del camino ninguno dijo nada, simplemente se dedicaron a mirar árboles para no aburrirse.

- Ya casi llegamos.
Dijo Purple señalando la ciudad que se veía desde lejos.
- Pues yo no veo nada rar-
Estaba por acabar su frase cuando Dark le cubrió la boca para después jalarlo bruscamente atrás de un árbol.

Purple se quería quejar por la acción repentina de su compañero pero al ver la cara nerviosa del contrario decidió guardara silencio.

- ¿Ahora que mosco te picó?
Le susurro el menor.

- Cállate, escuché algo.
Respondió el contrario mientras sacaba una de sus cintas.

Se la colocó en su muñeca izquierda y con un rápido movimiento de brazo hizo que se activará, dejando ver una enorme y afilada cuchilla negra con bordes rojos.

- No pensé que las habías traído.
Dijo Purple en voz baja.

- Que te calles maldita sea, no me dejas escuchar.

Se escuchó un leve crujido entre los matorrales, lo que hizo que ambos se pusieran alertas.

Y justo ahí lo vieron, justo atrás de un árbol se encontraba una criatura de un tono verde fuerte, demasiado alta para ser un stickman común y corriente, mínimo debía medir unos dos o tres metros y parecía estar manchada de un líquido rojo y espeso (obvio era sangre)

Purple abrió los ojos más de lo común al verlo, y su cuerpo empezó a temblar de una manera casi desesperada como si su cuerpo le rogara para dar media vuelta y regresar corriendo a su casa.

Mientras Dark estaba igual de sorprendido que él, obviamente estaba asustado pero no iba a dejar que Purple lo viera así, después de todo el era jodidamente orgulloso.

Purple empezó a tratar de hablarle a Dark pero este no le respondía, ya que se encontraba en una especie de transe.

- ¿Cómo es esto posible? ¿Hay más de ellos? Creí que luego de tanto tiempo jamás volvería a ver una criatura parecida a esa...

Sus recuerdos empezaron a llegar como rayos y a causa de esto empezó a dolerle la cabeza.

- Escúchame niño, yo lo voy a distraer, tu ve a la ciudad lo más rápido que puedas y quédate en un lugar seguro, ¿Me oíste?

Purple asintió.

- Pero, ¿Que pasará contigo?

- Eso no importa, solo has lo que te digo.

Purple empezó a correr lo más rápido que pudo en dirección a la ciudad.

Mientras que la criatura verdosa se dio cuenta de su presencia, empezando a correr tras de él, Dark se abalanzó sobre el para darle más tiempo al menor.

La criatura por alguna razón lo ignoro y comenzó nuevamente a seguir a Purple que ya estaba un poco lejos.

Dark no iba a permitir que lo alcanzará, corrió detrás de él y dando un salto se impulsó con la rama de un árbol y de un movimiento rápido le cortó la cabeza.

Un gran chorro de sangre le salpicó en toda la cara, manchando gran parte de su chaqueta y su tan preciada arma.

- Dios, que asco...
Se quejó limpiándose la sangre aunque más se la estaba embarrando que limpiando.
- ¿Así que de esa forma los eliminas? Bueno no fue tan difícil.

Rápidamente se levantó del suelo y empezó a correr para encontrarse con Purple en la ciudad.