37

165 19 2
                                    

Por la mañana sentí como Ohm se despedía porque iba al gimnasio y escuché no se qué de que luego volvería. No lo sé, tenía mucho sueño cuando lo dijo. Sin embargo, ya por el simple hecho de haber perturbado mi sueño lo estaba detestando, aunque me había costado ya me había despertado. Miro la hora vagamente.

Las putas 7 de la mañana un puto domingo, Ohm hijo de puta.

¿En la cabeza de quién cabe irse a esa hora a hacer ejercicio? O bueno, digamos que te vas a hacer ejercicio, ¿pero cuál era la necesidad impetuosa de despertar a la gente para que lo sepa? Me da igual si se va al gimnasio, a su casa o a la mierda. El sueño era algo demasiado preciado como para perturbarlo. Encima, ¿no sabe lo malo que es para la salud dormir poquito? Bueno, a lo mejor llevaba durmiendo unas diez horas, porque básicamente me obligué a mi mismo a dormirme a las 9 de la noche por culpa de Ohm y su inesperada llegada.

Me intento por lo menos sentar en la cama, pero realmente mi cuerpo se sentía demasiado pesado y no tenía ganas de levantarme para nada de la cama. Desisto con un profundo suspiro cerrando los ojos, tirándome de nuevo en la cama y tapándome con la sábana.

Al inhalar mi ceño se frunce y abro los ojos. Me acuesto boca abajo y vuelvo a inhalar.

Si.

Eso era.

Ohm.

Las veces que había dormido con él había tenido que cambiar las sábanas por obvias razones y cuando yo dormí en su casa estuve tan borracho que al otro día tuve que salir huyendo. Pero ahora era distinto. Había dormido el idiota ahí. Conmigo.

Y por supuesto había dejado su esencia a su paso. No su perfume, su olor corporal. ¿Cómo alguien podía oler tan bien sin hacer prácticamente nada?

Pensar en que Ohm había estado ahí a mi lado, en bóxers y sin tocarme un solo pelo me ponía de los nervios, ni siquiera se le había ocurrido tocarme "sin querer". Se había alejado de mí como si tuviera la peste. Ya simplemente con recordar lo que llevaba puesto el día anterior era suficiente para tenerme a sus pies, pero tenía que quedarse en bóxers, en mi cama, a mi lado. Y no había hecho nada.

Joder.

Leng, joder.

Inhalo una vez más y empiezo a notar el calor viajar por todo mi cuerpo. Mi cuerpo se arquea cuando noto mi pene, ahora duro, friccionar contra la cama. Ahogo un gemido con tan solo pensar en lo que ese hombre podría hacerme. Una de mis manos se detiene en mi erección para rodearla y brindarle un poco de atención. Jadeo al pensar como Ohm no dejaría que me toque pero el tampoco lo haría hasta meterme su pene dentro de mi. Muevo mis caderas embistiendo mi propia mano. El rastro de su olor sobre las sábanas me estaba volviendo loco, pero lo hacía aún más tenerlo a mi lado y que no hiciese nada.

Si, estaba enfadado con él y no quería nada más que una amistad, pero joder... Es que es Ohm Pawat.

Mi otra mano recorre mi cuerpo hasta mi culo. ¿Qué haría Ohm?

No me da tiempo a terminar de tener mi fantasía ni a terminar de masturbarme cuando escucho la puerta de mi casa abrirse. ¿En qué momento le había dado la contraseña de la puerta? ¿Y por que no la había utilizado antes?

Por suerte me encontraba debajo de la sábana, boca abajo. Mis manos se mueven lenta y tímidamente a mi pecho, el cual casi se abre para dejar que mi corazón se salga del susto y ahora latía como un desbocado. Trato de regular un poco mi respiración y parecer que no me movía para nada, para que piense que estoy dormido y se vaya o algo.

Que vergüenza.

—Hola.— Saluda Ohm alzando la sábana y viendo directamente mi cara, seguramente roja. Pestañeo un poco simulando que me acababa de levantar.

One night | ohmleng +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora