40

128 16 5
                                    

Noto como alguien mordisquea y lame mi cuello, su respiración me provoca cosquillas y escucho como se ríe. Cuando logro abrir pesada y lentamente los ojos veo a un Ohm totalmente despeinado, sin camiseta, con sus músculos duros y su piel canela brillando con la luz de la mañana que se infiltraba por las cortinas de las ventanas.

Verlo de esa manera me hacía preguntarme qué tal sería levantarme todos los días con estas vistas y que tal sería tenerlo todos los días a mi lado. Sería increíble. Lo sé. Sus brazos rodeaban mi torso y había apoyado su mejilla en mi pecho mirándome con atención.

—Buenos días.— Saluda con un tono suave y una sonrisa totalmente linda implantada en su rostro.

—Hm...— Cierro los ojos tratando de comprobar si aquella hermosa imagen se había quedado grabada como una cámara en mi mente. Abro de nuevo los ojos y lo veo mirándome con curiosidad. —Pareces un perro.— Me río acariciando su pelo.

—¿Lo parezco?— Pregunta. Se mueve con agilidad, acostándose boca arriba y arrastrándome encima suyo.

—Hm...— No puedo evitar sentir como mi cuerpo deseado se rozaba con su duro cuerpo desnudo. —¿Qué haces?— Ladeo mi cabeza y obtengo una sonrisa maliciosa en respuesta.

—Vamos a vestirnos.— Lo miro mal y me siento a horcajadas encima de él.

—No quiero. Quiero quedarme en la cama.— Replico cruzándome de brazos.

—Já. ¿Y hacer qué?— Se burla de mí. Lo miro alzando una ceja. Mi mano se pega a su cuerpo como un imán, depositándose sobre sus duros y marcados abdominales amenazando con bajar hasta donde se encontraba mi culo, encima de su centro. —Vale, pequeño pervertido, no respondas a esa pregunta.— Suelta una risa nerviosa y pega sus manos a mis caderas tanteando si tocar más allá o no, lo veo relamerse los labios.

—¿No es suficiente con la cita de ayer?— Refunfuño frotándome un poco contra él con mis caderas realizando un movimiento lineal hacia delante y hacia atrás.

—No, hoy hay sorpresa.— Murmura hablando con un poco de dificultad mordisqueándose el labio inferior y masajeando mis nalgas mientras apretaba con fuerza estas.

—¿Qué sorpresa?— Pregunto en un jadeo. —Yo quiero-

—Vaguear. Eso quieres.— Me interrumpe. —Venga, levanta.— Intenta apartarme pero no me muevo.

—¿Y esto?— Señalo mi pene erecto. Sonríe ampliamente y lo cubre con su mano.

—Esto te anima, ¿no?— Dice tocándome por encima del pantalón. Muerdo mi labio inferior y me arrepiento profundamente por llevar pantalón para dormir. Debería dormir desnudo con Ohm.

—No sé de qué hablas.— Niego zarandeando mi cabeza. Escucho como se ríe. Es tan agradable escucharlo reír. Es tan agradable jugar con él, de cualquiera de las maneras. No puedo seguir pensando cosas bonitas y tiernas de él porque siento su erección chocar con mi culo. —Además, dices que soy yo el pervertido, ¿por qué estás tú así de duro?— Pregunto levantando mi culo para que se revelase ante él su propio miembro.

—Hm... Tu provocas esto.— Murmura jalando mis caderas hacia abajo. Me deleito con el duro toque de su pene con mi culo. De repente, una fuerte estocada me toma por sorpresa.

—¡Ah!— Gimo. Lo quiero dentro. —Ohm.— Suplico rozando gustosamente mi culo contra su erección.

—Vamos a vestirnos.— Se ríe sentándose y sacándome la camiseta. Intenta bajarme de su regazo, pero me niego.

Sus pulgares juegan con la liga de mi pantalón y bóxers y comienza a bajarlos. Ayudo a que deslice mi ropa y la despoje lejos de mi. Una vez desnudo admira mi cuerpo y me mira a los ojos sonriendo con malicia. Se engancha a mis pezones, lamiéndolos y jugando con ellos mientras con una mano tantea mi entrada y con la otra me provoca tocando solo con la punta de su dedo índice mi glande. Gimo por toda la estimulación que estaba recibiendo a la vez.

One night | ohmleng +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora