49

115 11 11
                                    

Ohm me persigue hasta la habitación pidiéndome perdón. Es que, desde un principio, ¿para qué lo dejo pasar? Quiero decir, está bien que no se quieran llevar mal porque son ex y han sido amigos, pero, en este caso es mucho más complicado.

-Lo siento.- Me dice cuando me siento en la cama pensando en que hacer. Hace unas horas estábamos viendo películas y jugando. Ahora esto. -Lo siento.- Ohm me agarra por ambos lados de mi cara para mirarlo directamente. Se lo veía angustiado. Del coraje a mi mismo me había dejado de doler la mejilla. -No tuve que dejarlo pasar.- Se lamenta.

Pero no tengo ganas. Normalmente, discutimos un poco por tonterías y rápidamente todo vuelve a la normalidad, pero esto era diferente. Bueno, normalmente, llevamos casi dos semanas contadas. Literalmente. Pero igual, creía de verdad que lo de Nanon estaba zanjado, pero muy lejos de lo que yo pensaba, alguien no lo había terminado. Por lo que pude escuchar, Ohm no parecía querer algo más con Nanon que no fuese una amistad y en este caso, con todo lo que estaba diciendo, simplemente quería que se fuera. Pero es según lo que escuché y a lo mejor fue mi manera de interpretar la situación. En cualquier caso, no tenía ganas de discutir nada de esto con Ohm, porque cada vez que lo miro los ojos, me pierdo y lo perdono muy fácilmente.

-Ohm no quiero hablar.- Rechazo mirarlo a los ojos, pero Ohm continúa insistiendo.

-No, mírame.- Lo miro, intentando convencerme de que debía ser racional. -¿Te duele mucho?- Acaricia mi mejilla haciendo una cara de preocupación. No, no quería esto, porque lo iba a perdonar. Intento apartar mi cara, pero Ohm se acerca más. Acaba por levantarse e ir al baño. Trae una crema para los golpes con el cuando sale del baño.

-Ohm, ¿va a ser siempre esto así?- Pregunto mientras él me aplica la crema en la mejilla. Hago una mueca de dolor cuando siento como presiona suavemente encima de una herida provocada por el golpe dentro de la mejilla.

-¿Qué quieres decir?

-Me refiero a Nanon.- Termina de ponerme la crema y se queda unos instantes mirándome detenidamente.

-No entiendo por qué vino.- Me dice. Hace una mueca y rectifica: -Bueno, si lo entiendo. Pero no entiendo porque tenía que desquitarse contigo.- Intenta abrazarme pero lo rechazo negando con mi cabeza. -Lo siento mucho. Tuvo que haberme pegado a mí.- Suspira sentándose a mi lado. -Soy un idiota.

-Y no dijiste nada ni hiciste nada.- Recrimino.

-No, a Nanon es mejor no darle cuerda, en serio bebé.- Me mira de nuevo acariciando la mejilla que no tenía afectada. -Cuanta más conversación le das más se pasa. Y más con cómo iba. Se que es jodido, pero he tenido que aprender a las malas que somos personas públicas y no debemos exponernos a situaciones de este tipo. Menos en la que haya agresión física. Igualmente, si quieres hacer cualquier cosa contra Nanon-

-Está bien.

-No esta bien. Y tu tampoco estás bien.- Consigue abrazarme. Pero, aunque quisiera resistirme, necesitaba un abrazo y necesitaba también llorar, mucho. Y lo estaba haciendo en su hombro, con el rodeándome con sus brazos. -Lo siento, de verdad. No tuviste que escuchar todo eso ni pasar por eso.

Me daba tanto coraje sentirme tan cómodo entre sus brazos. Sentirme más tranquilo, sentirme mejor y calmándome. No por lo que decía, sino por lo que trasmitía con su cuerpo. No se había separado de mí, estaba abrazándome, sin más. Y aunque me costase admitirlo, eso era suficiente para mí. Sin necesidad de que dijese nada, simplemente abrazándome.

Pero la idea de que aún podría haber algo entre ellos no dejaba de rondar mi cabeza y martirizarme. Me separo levántame. Ohm mira mi cara y suspira con una leve sonrisa compasiva en su boca. Limpia cualquier rastro de lágrima que podría haber tenido en mi cara.

One night | ohmleng +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora