➡️Sueño Y Travesura⬅️

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Salieron del lugar a paso lento, la noche estaba hermosa y prácticamente de un tono azul especial, no se dirigían palabra ¿Qué tema podían sacar si hace rato se habían besado?. Sanemi iba más callado qué Giyuu, algo raro si lo piensan, normalmente Sanemi es el primero en explotar cuando el silencio se torna molesto pero no, no había sonido, Giyuu se preguntaba si Sanemi estaba respirando ya que el silencio no es común de él

Giyuu lo veía discretamente, no era acosador ni nada pero ¡vamos! La luna estaba hermosa y su luz les caía de lleno, el cabello de Sanemi se veía más brillante como si tuviera escarcha y las sombras que dejaban reflejados sus brazos al tapar el camino de la luz de la luna, sus ojos color violeta no eran muy destacables pero se podían notar y mostraban un brillo distraído, pero por supuesto que el instinto de una persona lo tiene que arruinar, Sanemi se dio cuenta de que lo observaban, volteo a verlo y él giró la cabeza ¿tan obvio había sido?. La verdad si, Ahora le tocaba a Sanemi verlo a él

Giyuu era prácticamente una sombra en esa noche, no solo por los árboles altos y la flora que hay alrededor sino también de su cabello, ese hermoso cabello azabache rebelde qué ha tenido desde muy pequeño se volvió un poco más claro debido a la pálida luz de la luna, su piel de porcelana le hacia ver bien y sus ojos azul océano eran preciosos, era un azul profundo qué nunca había visto se dignaba a decir que eran únicos, Giyuu se dio cuenta que lo miraban y volteo a verlo pero Sanemi no tenía la misma vergüenza que él, lo tomó de la cintura y lo atrajo a él sorprendiendo al azabache y causandole una corriente eléctrica

—S-S-Shinazugawa, ¿puedes s-soltarme?—dijo entre tartamudeos, se sentía muy avergonzado

—¿por qué? Me gusta así —fue su respuesta y también que apretara más su agarre

—¿p-por favor? —dijo esta vez con la cara envuelta en un rojo tomate

—mm... dejame pensarlo—tardó unos segundos para después soplar en el oído contrario— no

Giyuu se estremeció al sentir el aire cálido de Sanemi en su oreja haciendo que se le ponga la piel de gallina, en estos momentos estaba pensando en el incumplible, el que nunca pasa pero si pensamos

—"mátenme"—pensó

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Habían pasado horas y ya estaban en el punto de encuentro el cual era el lugar donde todo empezó, donde leyeron aquel diario, en donde Giyuu escapó en lágrimas y en donde se decidieron buscarlo

Fueron los primeros en llegar, alguien que les de un premio, ya Sanemi había mandado a su cuervo a decirle a los demás que Giyuu estaba con él en el punto de encuentro, más de uno se sacó de onda ¿ellos dos juntos, en el mismo lugar? Tenían que llegar pronto, no vaya ser que se maten ahí mismo

Sanemi seguía con la mano en la cintura de Giyuu, los dos estaban sentados al pie de un árbol, Giyuu se preguntaba si lo iba a soltar en algún momento hasta que escuchó unos leves ronquidos, miró a su origen y ahí estaba, Sanemi estaba durmiendo y lo peor es ¡qué no lo soltaba! ¿Creía que era su almohada para dormir o que? Una parte de él le decía que le diera un madrazo pero sabroso para que se despertara y lo soltara pero otra parte le decía que se quedara quieto, que lo disfrutara, tal vez así se salvaba de lo que sea que Sanemi le hiciera

Por fin lo había soltado qué bueno ¿no? ¡Pues no! Ya que la cabeza del albino cayó en sus piernas aún dormido, no lo iba a golpear, no era consciente de lo que hacía pero ¡Dios! Que pena. Habían pasado minutos y nadie aparecía ¿se habían esfumado o que? Y también le empezaba a dar sueño pero no se quería dormir, se había quitado su haori y se lo puso a Sanemi

El sueño le había ganado y se quedó dormido, no sin antes tomar el saquito de glicinas de Sanemi y esparcir algunos pétalos alrededor, era obvio que en ese lugar habían árboles de glicinas pero decidió que no se iba a arriesgar

El Diario Secreto (Sanemi x Giyuu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora