Cap 2

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La mañana había llegado. Eran las 8:08 de la mañana, Mario Calderón fue el primero en despertarse como siempre. Vió a Armando a su lado respirandole en la nuca como era de costumbre.

Ya el calor estaba empezado a subir. No podía resistir tanto tiempo si tenía a Armando así, fue raro ya que siempre se han despertado de la misma forma. Pero ahora últimamente sentía mucha sensibilidad en la nuca cada de Armando se acercaba y le respiraba en esa zona, no digamos los besos y las caricias. Para el bien de él tenía que levantarse ya.

-Armando...-. lo empujó levemente. -Armando ya tenemos que despertarnos-. Lo sacudió y vio que aún así Armando no despertaba. -Maldición-. Trato de que Armando lo soltará un poco y luego de haberlo logrado se sentó en la cama.

Colocó sus manos a los lados sosteniendose de la cama mientras se despertaba mejor. Suspiró un poco y cuando iba a levantarse sintió como lo regresaban a la cama de un solo jalón.

-A donde va?-. Dijo Armando medio dormido atrayendolo de nuevo a la cama.

-Ya es tarde Armando, y ya me dió hambre-. Intentaba alejarse un poco.

-Bueno pues...-. lo soltó y suspiro un poco. -Quiero que me acompañes hoy a ir a comprar unas cosas que hacen falta aquí-. Paso sus manos por su rostro.

-Okey...pero primero desayunemos-. Se levantó de la cama y se dirigió al baño a darse una ducha.

-Okey-. Se levantó de la cama. -Despues voy yo-. Frunció el ceño. Mario estaba más raro de lo normal, pareciera como si estuviera evitando tener contacto con él.

Ambos se bañaron. Mientras que Mario estaba preparando café para ambos cuando Armando entro a la cocina.

-Como siguió el dolor de cabeza, ya te sientes bien?-. Metió sus manos en los bolsillos del pants.

-Si, ya me siento mejor. Gracias...talvez fue el té que me diste que me ayudó mucho-. Le dijo mientras seguía con el café dándole la espalda.

-Bueno...espero que ya no vuelva-. Se iba acercando a Mario.

-Si, ojalá ya no vuelva-. Se alejó del lugar donde estaba. -Preparé un poco de fruta para desayunar. Quieres comer esto o vas a comer de tu cereal?-. Le preguntó aún sin verlo.

-La fruta está bien-. Ya no intentó acercarse, supo que Mario se tensó y si volvía a intentar sería en vano.

-Bien, vamos al comedor-. Se llevó todo lo que había preparado.

Armando se extraño por esa actitud que estaba teniendo Mario últimamente, ya eran varios días los que Mario se comportaba raro. No quería ir a almorzar, no quería ver algún programa con él, evitaba cualquier contacto con Armando.

Cada que Armando intentaba calentar un poco más las cosas siempre decía que estaba cansado o que no tenía ánimos. Últimamente no quería tener relaciones sexuales con él. Le parecía demaciado extraño. Mario Calderón que siempre andaba riendo y colgado a Armando para tener sexo en cualquier rincón de la casa a cualquier hora parece que se había desaparecido.

Sin más lo siguió al comedor con las dos tazas de café.

Encontró a Mario acomodando la fruta en los platos -Que bueno que ya llegó el fin de semana. Lo que más me gusta es estar aquí en casa contigo-. Le sonrió.

-Si, olvide los cubiertos, ahora vuelvo-. Se fue a la cocina otra vez.

Armando había dicho eso para ver si Mario estaba raro con todo o solo con el tema de ellos dos. Supuso que era así, se tensó de inmediato cuando dijo eso.

Mi Omega en embarazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora