Capitulo 4

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Cuando Louis bajó tapado del cuello hasta los pies, se ganó una curiosa mirada de Kate, madre de Harry, y el rizado. La omega estaba sentada en la cabeza de la mesa y Harry estaba a su lado sirviendo agua caliente en las tres tazas.

—El desayuno está listo— sonrió la rizada.

—Gracias— murmuró el omega tomando asiento frente a su alfa.

Harry comenzó a comer con tranquilidad mientras que el mayor tenía su garganta cerrada, apenas y le pasaba el té.

—Yo sé que quizás esto sea incómodo para ambos, pero necesito estar al tanto de lo que pasa en mi propia casa, ¿vale?— expresó con calma. La pareja asintió —Sé que ambos ya saben que es tener sexo y que es el nudo, ¿verdad?

El rizado miraba en silencio a su madre, pero sin dejar de comer.

El ojiazul mantenía sus manos apretadas por debajo de la mesa.

—Entiendo que Louis se esté quedando a dormir a veces acá y ya saben que no me causa ningún inconveniente— hizo una breve pausa mirando al ojiazul antes de beber un sorbo de té —Sé que por mi trabajo Harry pasa gran parte del día solo, así que incluso agradezco que tus padres te dejen venir a hacerle compañía— sonrió dirigiendo su mirada ahora hacia su hijo —Pero así como yo les tengo esa confianza, me gustaría que ustedes respetaran la casa y cuidaran mi confianza— la omega enfatizó en lo último sin quitarle el ojo de encima a su hijo.

—Mamá…— murmuró frunciendo levemente su ceño al saber hacia donde se dirigía la conversación.

La omega le mantuvo la mirada desafiandolo durante unos segundos antes de dirigirse al omega de su cachorro suavizando su rostro al verlo tan tenso.

—Louis, ¿estás tomando algún tipo de anticonceptivo?— el ojiazul asintió lentamente sintiendo sus mejillas arder de vergüenza —Está bien. No tienes de qué avergonzarte— habló tranquila —Solo quería asegurarme, porque al menos por parte de mi cachorro, sé que tiene preservativos.

—Mamá, déjalo hasta ahí. Ya es tarde— advirtió el rizado.

—Cierto, debo irme, cachorro. Volveré en la tarde— habló mientras se levantaba a besar el cabello de cada uno.

—¿Llevas tu pasta y cepillo de dientes?— preguntó viéndola tomar su mochila y apresurarse en llegar a la puerta.

—¡Si! La conversación queda pendiente ¡Los quiero chicos!— habló saliendo de la casa.

Harry siguió con normalidad desayunando hasta que levantó la vista y notó que su omega se había quitado su sueter, pero no había comido nada.

—¿Qué pasa, ranita?— preguntó  levantándose para abrazar a su omega por la espalda.

—Estoy avergonzado y no me siento bien del estómago la verdad— murmuró mirando su taza llena. Asomó una pequeña sonrisa cuando sintió al rizado besando su mejilla.

—¿Quieres que faltemos hoy?— murmuró formando un camino de besos en el cuello del mayor hasta llegar a la pequeña mordida que había hecho el día anterior. No llegaba a ser lo suficientemente profunda como para crear un lazo, pero si lo suficiente para notarse casi como una real.

—Tengo un examen a primera hora— se excusó formando un puchero para luego sonreír al sentir como dejaba pequeños mimos sobre la falsa marca.

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Louis terminó de guardar sus libros en el casillero y lo cerró encontrando a su rizado sosteniendo en un hombro la correa de la mochila de brillos.

—¿A dónde piensas ir sin besarme antes?— interrogó enterrando su mano en la cintura del mayor para atraerlo hacía él.

Sweet and sourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora