Capitulo 12

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Los días pasaban lentamente y la herida sanaba aunque los síntomas del ojiazul no tanto. Era medianoche y Louis se encontraba despierto sentado contra el respaldo de la cama esperando a que el dolor de cabeza desapareciera. A los pocos minutos comenzaron pequeñas punzadas en la mordida. Estiró débilmente su brazo para encender la lámpara, luego de varios intentos logró encontrar el interruptor.

Se puso a jugar con sus dedos sobre su regazo en un vago intento de despejar su mente y no ponerse a llorar. Realmente quería el consuelo de su alfa, pero sabía que el menor tenía clases al día siguiente y no quería afectar su desempeño escolar por despertarlo a medianoche.

Dirigió su mirada hacia el rizado al notar que buscaba instintivamente a su omega tanteando sobre la cama con su mano. Sonrió entre sueños al encontrarlo, y se aferró a él.

Louis limpió rápidamente las lágrimas que estaban empapando sus mejillas sin permiso. Su rizado se esforzaba en cuidarlo, no quería darle más peso del que ya tenía.

—¿Ranita?— preguntó casi inaudible levantando su cabeza aún bastante adormilado —¿Qué haces despierto? ¿Te duele algo?— habló en medio de un bostezo mientras se levantaba para sentarse imitando al ojiazul —Ven aquí, ranita— murmuró palmeando el espacio que había entre sus piernas. Louis obedeció de inmediato, acurrucandose en su pecho siendo inmediatamente rodeado por los brazos del menor —¿Te duele algo?— insistió.

—Más o menos— respondió en una mentira piadosa cerrando sus ojitos al escuchar tranquilamente los latidos de su alfa.

Harry sabía que para esos malestares los medicamentos ya no ayudaban mucho, pero sí su aroma, presencia y atención. Dejó que Louis se viera envuelto en su aroma mientras brindaba suaves caricias en sus muslos.

El ojiazul comenzaba a relajarse sintiéndose gradualmente mejor. Solo necesitaba a su alfa.

—Te amo, ranita— murmuró contra su cabello dejando un corto beso en la zona —No deberías estar sintiéndote así. Perdón. Debí esperar a que tu cuerpo pudiera adaptarse bien al lazo y que fuera un lindo momento para ambos— habló con culpa sintiendo un nudo formarse en su garganta.

—Para mi fue un momento lindo, alfa— confesó bajito restregando su mejilla sobre el pecho de Harry en busca de más de su aroma y calidez. Realmente Louis recordaba esa noche con cariño. El rizado se encargaba de hacer que cada encuentro sexual fuera ideal para ambos —Ahora estamos enlazados de verdad— asomó una pequeña sonrisa ignorando el dolor que sentía en la marca —Eso me hace feliz.

Harry agradeció en silencio el escuchar esas palabras.

—Casi enlazados de verdad— corrigió el rizado separándose un poco de su omega ganándose una pequeña queja. Se quitó la camiseta con rapidez para ahora dejar que el ojiazul se apoyara contra su piel. Louis lo agradeció en silencio.

—Lo sé, pero los omega no marcan a los alfas— murmuró algo decaído. Realmente no era común que la marca fuera mutua, debido a que no se veía socialmente la necesidad de marcar a un alfa para denominarlo como suyo.

—Quiero que me marques— soltó el rizado sin más.

—¿Qué?— preguntó despegándose de inmediato de la cálida piel para mirarlo a los ojos. Se sostuvo con sus manos sobre los hombros del rizado —¿Hablas en serio? Yo no sé hacer mordidas, alfa— habló con la preocupación plasmada en su rostro. No quería dejarle una marca fea a su alfa.

—Hablo en serio, ranita— sonrió cálido al notar la emoción del mayor —Yo tampoco sabía y quedó muy bonita a mi parecer.

—¿En serio quieres que yo te marque?— preguntó con una ilusión notable en sus ojitos azules —¿Yo?

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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