Capitulo 7

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—Alfa— murmuró esa suave voz que el rizado tanto adoraba —Alfa— volvió a insistir, pero esta vez  tocando con su dedo índice la mejilla del rizado —Alfa.

—¿Qué pasa, ranita?— respondió adormilado frunciendo su ceño mientras volvía a rodearlo con sus brazos. Louis sonrió apoyando su mejilla en el pecho del menor —¿Eso querías?— preguntó al ver que su ojiazul no volvía a insistir.

Louis asintió acomodando una de sus piernas entre las piernas del rizado. Intentando pegarse lo que más podía a su alfa.

—Alfa— volvió a hablar luego de un corto silencio —Alfa— insistió alzando su mirada sin despegarse de la piel ajena —Alfa.

—¿Qué, ranita?— murmuró disimulando su frustración. Aún era de noche, por lo que ambos deberían estar dormidos.

—Alfa— habló bajito alzando su cabeza —¿Estás despierto?— preguntó al ver sus ojos aún cerrados. Apenas y la luz de noche podía alumbrar ambos rostros.

—Si, ranita. ¿Qué sucede?— murmuró afirmando agarre en la espalda de su omega luego de acomodar nuevamente las mantas para que taparan de sus torsos para abajo.

—¿Me quieres mucho, verdad?— preguntó desplazando su cuerpo sobre el del rizado para apoyarse sobre sus antebrazos y mirar el rostro de su alfa —Alfa, responde.

—Ranita. Te adoro, te quiero y te amo, ¿okay?— habló abriendo vagamente sus ojos para encontrarse cara a cara con su bonito omega —Ya es hora de dormir, Lou.

—Okay, pero no me digas “Lou”— dijo frunciendo su ceño.

Harry asintió antes de besar suavemente los labios de su omega. Louis sonrió satisfecho, y volvió a acomodarse sobre el pecho del rizado dispuesto a dormirse nuevamente.

Cuando el ojiazul estaba a punto de caer en el sueño, sintió unas cálidas manos deslizarse por su espalda baja para entrar por debajo de su ropa y quedar finalmente sobre su trasero.

Louis soltó un suave sonido de satisfacción al sentir las suaves manos masajear su trasero a su antojo. Harry sonrió al escucharlo, y continuó por apretujarlo antes de dejar sus manos descansar allí.

—Alfa— murmuró luego de unos segundos al sentir un disimulado bulto sobre la parte baja de su abdomen.

—Ranita, si vuelves a hablar voy a bajar tu lindo pantalón de pijama y entrar en tí— habló cerrando sus ojos dispuesto a volver a dormir —Y no voy a querer escuchar ni un jodido grito, ni similar— añadió antes de depositar un corto beso en el cabello lacio —Buenas noches.

—Alfa— titubeó con una pequeña sonrisa.

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—Arriba, ranita. Ya es de día— habló sonriente el rizado con la intención de bajar al omega que dormitaba sobre su pecho —Tus padres están preparando el desayuno.

—Alfa, no me siento bien— murmuró con sus ojos cerrados aferrándose al rizado sin dejar que este se levantara.

—Quién pidió mi nudo con la condición de sin quejas luego fuiste tú, ranita— recordó en voz baja apoyándose en el respaldo de la cama escuchando el pequeño quejido de su omega cuando lo acomodó mejor sobre su pecho —¿Qué te duele, omega?— habló preocupado dirigiendo su mirada instintivamente hacia la clavícula de su omega.

Louis formó una mueca de dolor a medida que estiraba delicadamente el cuello de su camiseta dejando a la vista la pequeña marca falsa que usualmente el rizado realizaba cuando su omega obtenía su nudo. Al ser falsa no sangraba, apenas y dejaba un pequeño hematoma y la zona rojiza con sus colmillos raspados.

Sweet and sourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora