I : La pacificadora

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La hora de la verdad. Luz se ha mantenido paciente, sentada en un banco de la plaza del centro de la ciudad. Siguiendo la pista de su siguiente objetivo: Kikimora.

La había encontrado.

Los pocos habitantes que aun yance en el abandono suburbio, le han dicho que se ha movido, o deslizado (Por que la han descrito como una enorme serpiente) cerca de un callejón adjunto a un bar.

     - Típico. Porque nunca puede ser en la playa – sonríe toscamente, mientras se desliza su mano sobre su cuello y acomoda su riñonera.

Noceda se pone al pie de la entrada del oscuro agujero. El olor a bacalao podrido es intenso.

    - Alo! Como estas Miki?! No quieres venir a hablar conmigo? - pregunta mientras busca con la mirada.

No hay respuesta alguna, pero el sonido de una lata cayendo delata movimientos.

   - Sabes? Se que hoy las cosas están terribles. Todo el mundo saca su instinto más bajo para proteger lo suyo o a las suyos. Y a veces en esa situación, se aprovechan para hacer algo más. Como comerse el cerebro de su vecino.

   - Pero no todos somos Así – camina unos cuantos pasos hacia la oscuridad del callejo – Vamos, déjame verte, no te hare daño!

Sigue sin haber respuesta.

  - Ok- voltea la mirada hacia a la calle – Si no quieres que la Luz hable contigo, talvez querrás hacerlo con el fuego- Desenvaina una daga y desde su riñonera saca un glifo de fuego para después cubrir en llamas al armar- Quieres Miki?

De pronto un enorme puño se revela de las sombras para atacar a Luz, pero rápidamente lo esquiva.

  - Callate! Eres un estorbo! - el puño se abre para descubrir el rostro de Kikimora- tu impediste que tuviera mi imperio, y que todos me llamen la emperatriz de todas las islas!

  - Hay no inventes! ¡Ya va a empezar con eso! - Dice Luz, mientras se mueve cautelosamente, preparada para contratacar- tu sola te caíste de tu nube, yo nunca tuve nada que ver!

  - Tu acabaste con Belos! ¡Eso te hace parte! - Ruge Kikimora, mientras intenta embocar otro golpe.

Luz en el ínterin, la agarra desde el vientre y le aplica una llave, pero Kiki se libera de ella y la arroja hacia la pared.

Sufre una contusión en su codo, pero se recompone y comienza a contratacar. Entonces el callejón se convierte en el escenario de una danza entre puños y llamas.

Ambas dan todo de si, hasta que un momento Luz se detiene.

- Mira que no estoy aquí para evangelizar. Pero podrías ver en tu corazon y darte cuenta de que necesitas ayuda para acabar con tu mal! Extiende sus manos con el fin de intentar calmar a su adversaria

   - Yo estoy bien! ¡La que está mal, eres tú! - Responde Kiki, al borde del colapso.

Se apoya sobre el suelo y cierra su membrana en forma de mano, de su cabeza, para que, con ella forme un círculo de hechizo y lance un rayo.

Por los pelos, Luz los esquiva, pero por desgracia, es recibido por Tibbles, el cerdo demonio estafador, que, para ese momento estaba en la otra vereda vendiendo "BIBIDIS".

  - Hey! No se lanza rayos lasher en mi barrio! Exclama, mientras Kikimora se abalanza sobre ella.

Finalmente, Noceda, en un movimiento fugaz, encesta su daga llameante sobre la corrupta. Pero lo hace de tal forma que le rasga sus vestiduras y la catapulta directo hacia la calle.

Kikimora malherida se intenta recomponer y observa a la pacificadora, como si un depredador fuera, acercarse lentamente hacia ella.

  - ¿Y Ahora qué me dices? Vienes conmigo o seguimos con esta discusión? Pregunta Luz

  - ¿Vas a petrificarme como hiciste con todos mis hermanos? Contra pregunta Kiki, mientras intenta respirar- Hazlo! Total ya nada me importa! ¡Este mundo esta tan corrompido para habitarlo!

Entonces su rostro es iluminado por una Luz roja.

   - Sabes, no sé si mientes, pero lo que sé, es que me das la oportunidad perfecta para ya no escuchar más tu molesta voz. Tu repulsiva voz – Responde la pacificadora, mientras alza un glifo de petrificación

   - ¡Espera! Tienes razón! ¡Yo estuve equivocada! - Exclama KikI con un frio sudor, mientras el inerte y oscuro rostro de noceda se le acerca.

La corrupta intenta apartarse, se retuerce del miedo. Pero ya era tarde, La luz de la petrificación había invadido su ser.

  - No! Me retractoooooooo!- fueron sus últimas palabras.

En una celda, la ahora Kikimora convertida en estatua, yacía resguardada. Del otro lado, Luz la observaba.

  - Mejor adentro, que afuera, amiga- Suspira, mientras agacha la cabeza– Este trabajo se está volviendo interminable- se voltea para ver interminables celdas. Ocupadas por muchas brujas y demonios petrificados, que han perecido ante un mal.

  - Pero todo para salvarlos- termina por decir, mientras la escena se aleja para revelar al Conformatorio. 

SEVERED WINGS ACT 1: Todos se van (En español)Where stories live. Discover now