Era perfecto, simplemente perfecto.
El fin de semana de Jenna fue un asco ya que
estuvo todos esos días con un humor de
perros.Al llegar el lunes a la escuela saludó a sus
amigas y pensó que el día podría mejorar
cuando comió un rico cupcake de vainilla, pero obviamente no iba a ser así cuando la perra de Emma Myers apareció en junto con un pantalón holgado, su cabello castaño oscuro hacia juego con el cabello de Emma. Para la desgracia de la ojicafe, los dos lucían bien juntos.-Fenómeno-su burló al pasar junto a ella.
-Perra-devolvió Jenna, captando la pequeña
sombra asesina que había en los ojos azules.Un chico de primero que salía corriendo hacia una clase, pasó junto a ellos y Georgie lo hizo caer, Emma comenzó a reírse de él, animando alos demás estudiantes del pasillo a burlarse. El pequeño niño se hundió en sus hombros y salió corriendo, Jenna suspiró. Parecía que cada año Emma empeoraba más.
-Cada año es más zorra-comentó Maddie y Jenna por un momento pensó que le había leído la mente.
Después de clases, decidió ir a la biblioteca.
Pensaba que encontraría a la rubia allí,
pero no fue así, se sentó en la misma mesa de siempre, observando con decepción la mesa del fondo vacía. De alguna manera se sentía sola y terminó sin estudiar realmente, sólo mirando hacia el techo.Fue hasta las estanterías y comenzó a buscar
un libro, no tenía ni idea de cuál quería
encontrar, pero sería alguno que le hiciera
olvidar su asqueroso día. Terminó leyendo
uno de Stephen King y prácticamente le ocupó toda la hora. Al terminar, lo volvió a guardar y se llevó otro diferente. Fue hasta la pequeña sala de star, en la biblioteca tenían una en la cual habían dos pequeños sillones de dos plazas, formando un cuadrado alrededor de una mesita ratonera. Se recostó en uno de los sillones, intentando leer su libro de biología, y los párpados comenzaron a parecerle pesados.Antes de darse cuenta, cayó dormida.
Después de un rato comenzó a sentir cómo
alguien acariciaba su rostro y apartaba
un mechón de cabello de su frente
cuidadosamente, temiendo despertarla,
provocando que Jenna arrugara la nariz. Casi de inmediato, sintió la pérdida de la cálida mano en su rostro cuando esta se alejó rápidamente.
Jenna comenzó a parpadear ya restregarse los ojos, intentando quitarse el sueño.
Escuchó unos pasos apresurados y un golpe.
Al abrir los ojos y enfocarlos se encontró con
Emma, quien estaba con los ojos abiertos
y parecía haber tropezado sus piernas con
el borde de la mesa y ahora se había caído,
sentada.Emma la contemplaba con una mezcla de
horror y miedo. Sus mejillas estaban rojas pero, muy pronto para su gusto, recuperó la mirada irritada que la caracterizaba.-¿Qué tanto miras?-preguntó levantándose y
sacudiéndose la falda, llevaba una chaqueta de cuero roja encima que cubría su cuerpo bajo el uniforme y a Jenna le molestó saber a quién pertenecía.-La pregunta es, ¿qué haces tú aquí? -dijo muy a la defensiva, había estado teniendo un lindo sueño hasta que la despertó.
-Yo iba a buscar un libro y justamente
lo tienes tú. Intentaba tomarlo mientras
dormías-explicó, señalando el tomo de Biología y el de Charles Dickens que había bajo su brazo - Jenna la miró sorprendida.-¿Tú lees libros?
Pues claro, imbécil-dijo, rodando los ojos.
-Pensé que sería mucho para tu cerebro de
plástico, ¿sabes? Porque creía que ustedes
pensaban todo el día en chicos y maquillaje-dijo Jenna burlonamente, formando una sonrisa traviesa en sus labios.Emma la miró fijamente, pestañeando
tontamente por el pequeño gesto durante unos cuantos segundos, pero después reaccionó.-Eres muy patética si piensas eso. Incluso soy
más inteligente que tú, fenómeno-espetó,
mirándola con desdén.
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Rivales enamoradas || (Jemma)
RomanceJenna Ortega ingresa a la preparatoria sintiendo las burlas del grupo de los populares, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la rubia Emma Myers. Desde el primer encuentro entre ellas se desatará una gran rivalidad o eso era lo que...