Caras familiares veía pasar alrededor del campus, mientras esperaba ansiosa la llegada de Amanda.
Seguía con aquella tensión de la mañana. Incapaz de ocultar el mal humor cuando de pronto centré mi atención en Steven que se acercaba en dirección a mi.
-— Vaya, si es la chica incorregible de Boston — dijo él, encogiéndose de brazos cruzados.
Con una sonrisa que resaltaban sus dientes blancos y amplia sonrisa. Su piel color canela, camisa con rayas negras y rojo quedaba ajustada y definida a su fornido cuerpo. A su vez, era el chico simpatía de la clase.
— Depende de ti como quieres empezar este día, Stev — contesté airada, como ofreciéndole un saludo con fastidio a la vez.
— La decisión en mis manos, ¡Oh, qué nervios!- él suspiró sutilmente — y déjame decirte que aún teniendo esa cara de pocos amigos te ves preciosa y no me cansaré de repetirlo — culminó con la mano puesta en los bolsillos.
Cierta incomodidad se apoderó de mi. No estaba acostumbrada a que un hombre tuviera tal acercamiento hacia mí.
— Humm, mejor deja los vanos coqueteos a un lado y hablame de otra cosa, ¿Quieres? — pedí.
Por dentro solo imploraba la presencia de Amanda, me resultaba cierta sensación de escape el juego de la seducción con Stev y con cualquier otro chico. Por supuesto que siempre me he dado cuenta de las intenciones de Stev me lo ha demostrado en cada una de las oportunidades, ninguna las ha desaprovechado.
— Grace, no entiendo tu afán de estar siempre a la defensiva, solo me estaba expresando — respondió apretando la mandíbula y sus rasgos se estremecieron.
— Estoy aquí — interrumpió Amanda, segundos despues de aquel intercambio de palabras con stev.
— Ya era hora, ¿Dónde has estado? — respondi dando un paso hacia ella.
— Hola Amanda.
-— Hola Stev
Se saludaron mutuamente.
— Habrán trabajos duales, ¿Están al tanto de esa información? — preguntó Stev.
— No, tampoco es que me importe mucho. El profesor Charles es bastante considerado con sus estudiantes — respondió Amanda sonriente y siguió caminando.
Negué con la cabeza mientras observaba a Amanda ingresando a clases.
— Hay cosas que nunca cambian y Amanda no es la excepción — dijo Stev, recostado en la puerta del salón.
— Eso suena bastante alentador — proseguí con cierta ironía mientras repasaba su ligera sonrisa.
La clase sembró total silencio cuando el profesor ingresó con esa expresión característico, tenía una vestimenta discreta y formal.
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Culpables
Teen Fiction- Vete, pero despacio. Con suficiente tiempo para decidir que te quedes. Nada aviva el daño y el celo de la ilusión como un buen narrador. Cuando resulta inverosímil el final de cada historia. ¿Será esta una de ellas?