♱ Capítulo 4 ♱

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En las afueras de la ciudad, se encontraba un grupo de hombres y mujeres rodeando una cueva que había sido recien obstruida por una gran piedra nuevamente, estaba húmeda al igual que sus alrededores de agua bendita.

- Y con la fé que emanamos todos tus ciervos, que este sitio sea protegido por tu gran amor y misericordia. Amén. - Concluyó James y cerró el libro que tenía en sus manos, habían purificado el lugar para evitar que los demonios siguieran apareciendo.

De la copa de los árboles del sitio surgió un humo grisáceo el cual llamó la atención de los presentes, especialmente del Santo James ya que sabía, algo así, de donde surgía el humo.

- Dasju...

- ¿S-sí señor?

- Regresa junto a los demás a Bethsaida y dile a Lucas que saldré un momento...

Dasju hizo caso y dirigió a la multitud de regreso a la ciudad.

Mientras tanto con Lucas y Lucy, ellos estaban conversando un poco más, por no decir que se estaban "conociendo", entre comillas porque a Lucy no le agradaba hablar sobre ella, más bien parecía que no recordaba nada... Todo iba muy bien hasta que Lucy notó por la ventana a lo lejos el "cambio de color" que sufrió el cielo.

- Esas nubes de ahí son algo curiosas... ¿no crees Lucas? - Bromeó Lucy.

- Cuales nube-.... - El joven se acercó a la ventana y su tranquilidad se desvaneció al ver de donde venía eso, rápidamente salió del lugar cosa que a Lucy también la hizo dudar en lo que pasaba así que tomó una manta para cubrirse y seguir al chico.

Durante todo el recorrido, a Lucas le vinieron a la mente muchas cosas, San Peter... sus animales... Phoenix... su hogar... intentaba no pensar en eso pero una vez llegó al lugar unas cuantas lágrimas brotaron de su cara espantada.

- N... No... - El joven vio a James, quien había llegado antes al lugar, cerca de una cruz tirada en el suelo, con sus cadenas casi desvanecidas y rotas.

James ya había percatado la presencia de Lucas pero no se inmutó en voltear, estaba en el suelo sosteniendo a su ya fallecido compañero mientras lágrimas recorrían sus mejillas.

Lucy estaba escondida entre la oscuridad de los árboles y arbustos presenciando lo que acababa de pasar.

- .... Ya están aquí. - Finalmente habló James.

Lucas se acercó a James, no quería ver a Peter pero tuvo que hacerlo, su mente estaba en blanco.

El cuerpo de Peter empezó a desvanecerse al igual que sus cadenas, según lo que sabían, el alma de las personas iba al cielo donde se transformaban e iban nuevamente a la tierra con un nuevo objetivo pero esa regla solo aplicaba a los mortales, los inmortales como los Santos simplemente desaparecen para siempre y no renacen, ni siquiera se sabe a donde van sus almas ya que ellos no tenían planeado morir.

Una vez el cuerpo de Peter desapareció, James se levantó.

- Tenemos que notificar a los demás Santos esto... esto es fatal...

No había tiempo para las condolencias, sí, el más afectado es Lucas ya que prácticamente perdió su hogar y una parte de su familia pero había que actuar rápido para que esto no empeorara.

Ambos varones iban de regreso a Bethsaida, Lucy decidió escapar pues para ella era obvio que si regresaba la iban a matar o la iban a culpar por lo que sucedió así que lo mejor para ella era mantenerse oculta.

.

En el gran templo de Bethsaida se encontraban los Santos restantes; Judith, Philip, Thomas, Paul, Johanna, Miriam, Simon, Barbara, Andrew, Matthew y James. Todos estaban reunidos al rededor de una fuente que tenía una estatua de la Santa Madre y que de sus ojos emanaba agua (la cual se le consideraba sagrada), todo estaba silencioso.

- ¿Qué sugieren que hagamos? - Habló Judith algo preocupada.

Todos los Santos no sabían que responder y voltearon a ver a James.

- Todo lo que nos queda hacer es estar alertas, en todo caso, lo importante es que nos cuidemos y a los seres que tenemos en nuestro cargo. - James miró el agua de la fuente- Si bebemos el agua, será más que suficiente, esto creará una barrera para cuidarnos de esos seres repudiosos.

San James traía consigo un Santo Grial el cual sumergió en el agua, todos los demás se arrodillaron y juntaron sus manos en oración.

Lucas observaba desde un balcón el ritual de protección que se realizaba, al mismo tiempo que veía la estatua de su madre y se preguntaba el donde estaba.

-.... Tu pueblo te necesita... madre...

Ahora bien... cuando los dos varones habían llegado a casa, tanto James y Dasju quedaron atónitos por la "desaparición" de la demonio, Lucas intentó explicarles el porqué lo hizo pero para James fue una excusa, no estaba molesto, simplemente le dijo a Lucas que lo que había pasado no fue su culpa y que de todos modos, que la "capturaran" era parte del plan de ella para distraerlos. Todo eso pasó antes de que reunieran a los demás Santos en el templo.

Regresando al presente, Lucas decidió buscar a su madre, ya que todo estaba siendo un caos, o bueno, el inicio de algo horrible.

Una vez todos los Santos se retiraron, a excepción de James, Lucas bajó hasta encontrarse con él, cerca de la fuente. Lucas limitó la mirada con su mayor y sacó su espada para sumergirla en el agua.

- Lucas... - James sabía lo que el chico iba a hacer.

- Sabes donde encontrarla... ¿verdad?

James sabía que era peligroso lo que iba a hacer, teniendo en cuenta que los demonios son una gran amenaza pero, suponía que ya Lucas, como el futuro Dios, ya estaba preparado para esto.

- Debes cruzar todas las ciudades custodiadas por los Santos... hasta llegar a las grandes colinas de oro, para un simple mortal sería una tortura... pero para ti no creo que sea demasiado...

Lucas le sonrió a James para luego retirarse.

- Lucas... -El menor antes de salir lo volteó a ver ante su llamado.- Cuídate.

- Lo haré... prometo volver junto a ella y así todo esto se solucionará.

Finalmente el chico se fue, James aún seguía preocupado ¿que iba a pasar si moría? Y más importante... ¿Qué pasó con la Santa Madre?...

♱ Continuará ♱

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⏰ Última actualización: May 30 ⏰

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