Penélope sabía algo con absoluta certeza, y eso era que Colin podría destruirla en más de un sentido. Tenía menos de veinticuatro horas para acudir a su exigencia. Las manos aún le temblaban viendo la dirección y una hora específica escritas en el papel que Colin le había puesto en sus manos.
Quería castigarse a sí misma por permitirse sentir. ¿Qué? Todo. Sentía absolutamente todo por Colin.
Caminaba en círculos, empezaba a desear que sí hubiera sido su madre y no Colin quien la visitó esa tarde.
No había manera en el inframundo, donde existiera una posibilidad en el que su secreto fuera revelado. Penélope Repetía las palabras de Colin en su mente, no encontraba donde estaba el error, pero tenía tanta seguridad en sus palabras que no había duda de que realmente lo sabía.
Corrió a su habitación e hizo lo único que podía hacer, gritar en su almohada. Desesperada y enojada con ella misma.
Para Penélope no era difícil descifrar las intenciones de Colin, sus palabras habían llegado hasta los más profundo de su ser, calentando su cuerpo y también muy a su pesar, su corazón.
Mentiría si dijera que era ajena a las relaciones íntimas, por su puesto nunca lo experimentó en carne propia, y cuando tuvo su única oportunidad, su esposo emprendió un viaje apresurado por la naturaleza. Pero había libros, había chismes y le costó, pero al fin podía admitir que esa sensación única de hormigueo en su bajo vientre, esa a la que solo se acercó una vez cuando leía una descripción muy íntima, no se compraba con lo que Colin le hacía sentir con su sola presencia.
Su cuerpo parecía estar de acuerdo con ceder a las insinuaciones indecorosas de Colin, pero en su mente había un problema aún mayor...
Penélope estaba casada.
Pero a su esposo le quedaban dos años antes volver, si es que alguna vez lo hacía. Nunca descartó la idea de que de alguna manera su esposo decidiera nunca volver. No esperaría mucho para comprobarlo. Tenía un plan de respaldo. Le costó un año siendo una dama casada en sociedad, para darse cuenta de que esa no era la vida que quería para siempre.
Sí, siempre le gusto la idea de vivir y morir en Mayfair, pertenecer a la alta sociedad y asistir a cada evento era un buen estilo de vida, pero en los últimos meses ya no le parecía tan atractivo. Todo era tan subjetivo que a veces solo quería salir corriendo, tomar el primer barco y mirar el mundo.
Se detuvo a pensar si sería un buen momento para que el mundo se entrara de la verdad, tal vez así podría simplemente salir huyendo y nunca más volver.
Pero así no es como era Penélope, el día que se supiera su secreto sería porque ella así lo decidió. Porque esté conforme con todo lo que logro y cuando ya nada más importe.
Por lo tanto, seguiría ahorrando y haciendo crecer su patrimonio.
Con ese pensamiento se quedó dormida.
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La mañana siguiente Colin estaba paseándose por su nuevo departamento, los muebles nuevos estaban llegando uno tras otro, los papeles los había firmado el día anterior, antes de visitar a Penélope, no sabía que le depararía el destino después de lo que planeaba para esa noche, pero la idea de quedarse, cada vez le parecía más atractiva.
Bueno, se decía estar confiado, no quería ser arrogante, pero de verdad esperaba que Penélope atendiera a su llamado.
¿Qué haría con ella? No tenía la menos idea.
Todo, nada, mucho. Las posibilidades eran infinitas.
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Adiós señor Bridgerton (fanfic tercera temporada) ✔️
FanficNada, ni siquiera Colin Bridgerton pudo impedir que Penélope Featherington se convirtiera en Penélope Debling. Pero la soledad es muy mala consejera y 3 años esperando a su esposo son muchos para una mujer con necesidades. +18 Fanfic Bridgerton de...