Capitulo 1: La Rutina Diaria

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El sol se asomaba tímidamente por las cortinas entreabiertas de la habitación de Alejandro, marcando el inicio de un nuevo idea en la bulliciosa ciudad. Alejandro con el cabello revuelto y los ojos aún entrecerrados por el sueño, se estiró perezosamente en su cama antes que el sonido insistente del despertador lo obligara a levantarse. Con un suspiro resignado, apago al molesto dispositivo y se sentó en el borde de la cama, frotándose los ojos  mientras que su mente empezaba a aclararse. 

Su vida era una danza constante entre el trabajo y el poco tiempo libre lograba encontrar en medio de sus ocupaciones como arquitecto. Desde tempranas horas de la mañana hasta tarde en la noche, se sumergía en proyectos de diseño, reuniones con clientes  y visitas a los sitios de construcción. Su pasión por la arquitectura  era inimaginable, pero a veces lamentaba la falta de tiempo para disfrutar cosas simple de la vida.

Después de una rápida ducha y desayuno apresurado, Alejandro se preparó para enfrentar otro día en la oficina. Se deslizó en un traje elegante y ajustado, consciente de la imagen profesional que debía proyectar en su trabajo. Mientras revisaba su reflejo en el espejo, no pudo evitar en la monotonía de su vida, en la falta de emoción que parecía dominar su existencia. A sus 32 anos había alcanzado el éxito profesional que tanto anhelaba, pero a menudo se preguntaba si eso era suficiente para ser realmente feliz. 


En su camino hacia la oficina, Alejandro se sumergió en sus pensamientos, reflexionando sobre el amor y las relaciones. Había tenido varias parejas en el pasado, tanto hombres como mujeres, pero ninguna de ellas había logrado captar realmente su corazón. Siempre había mantenido una distancia emocional, temeroso de entregarse por completo y arriesgarse a salir lastimado. Para él, el amor era un concepto abstracto, una ilusión romántica que parecía esquivarlo en cada intento. 

A medida que llegaba a su destino, las calles de la ciudad cobraban vida a su alrededor, recordando el ritmo frenético de la vida urbana. Entro en el moderno edificio de la firma de arquitectura donde trabajaba, saludando a sus colegas con una sonrisa profesional mientras se dirigía a su cubículo. El dia prometia ser agitado, con una lista interminable de proyectos y reuniones que lo esperaban. 

A lo largo de la mañana, Alejandro se sumergio en su trabajo, concentrándose en los diseños y planos que tenía sobre su escritorio. Era fascinante ver como sus ideas cobraban vida en el papel, cada línea y cada detalle meticulosamente planeados para crear estructuras que desafiaban la imaginación. Sin embargo, a medida que el tiempo pasaba, tambien se sentia abrumado por la presión constante de cumplir los plazos y las expectativas de sus clientes. 

En medio de su ajetreada jornada laboral, Alejandro se tomabas pequeños momentos de descanso para recargar energías. A veces, se detenía a tomar un café en la cafetería del edificio, disfrutando del breve respiro que le ofrecía el aroma reconfortante de la bebida caliente. Otras veces, se escapaba a la azotea del edificio, donde podia disfrutar de la vista panorámica de la ciudad y dejar que su mente se relajara por un momento. 

A pesar de su apretada agenda,  siempre encontraba tiempo para sus pasiones personales. Por las noches, se refugiaba en su estudio de arte, donde podia dar rienda suelta a su creatividad a través del dibujo y la pintura. Era en esos momentos de tranquilidad cuando se sentía más conectado consigo mismo, liberando su mente de las preocupaciones del día y dejando que su imaginación volara libremente.  

Sin embargo, a medida que avanzaba la noche y el silencio llenaba su apartamento, no podia evitar sentir una sensacion de soledad que lo acompañaba. A pesar de tener amigos y familiares que lo apoyaban, a menudo se sentía como si estuviera viviendo en una burbuja, separado del mundo que lo rodeaba. Era como si estuviera buscando algo más en la vida, algo que aun no había encontrado. 

Mientras se preparaba para acostarse esa noche, decidió relajarse un poco antes de sumergirse en las profundidades del sueño. Encendió su equipo de musica y selecciono una de sus canciones favoritas, "Rosyln"  de Bon Iver, llenando el aire con los suaves acordes de la guitarra y la voz melancólica del cantante.  La música envolvente lo transporto a otro lugar, haciendo que sus pensamientos se desvanecieran por un momento mientras se dejaba llevar por la belleza de la melodía. 

Sentado en la penumbra de su departamento, cerro los ojos y se dejó llevar por la música, permitiendo que cada nota resonara en su alma. La canción evocaba sentimientos de nostalgia y añoranza, pero también de esperanza y posibilidad. Era como si cada palabra hablara directamente a su corazón, recordandole que, a pesar de las dificultades de la vida, siempre había luz al final del túnel. 

La canción ya llegaba a su fin, Alejandro se quedó quieto por un momento, sumergido en un estado de paz y serenidad. Sabía que el camino hacia la felicidad no era siempre era fácil, pero también sabia que valia la pena luchar por ella. Con una sensación de determinación renovada, se levantó de su silla y se preparó para acostarse, listo para enfrentar un nuevo dia con renovado optimismo y esperanza en su corazón. 


Entre párrafos y capítulos, Diego encontraba momentos de pausa para reflexionar sobre el amor. Para él, el amor era un tema complejo y multifacético, lleno de contradicciones y matices.Había experimentado relaciones tumultuosas en el pasado, marcadas por la pasión y el deseo, pero también por el dolor y la decepcion. A pesar de sus experiencias, seguía siendo un eterno optimista en el amor, creyendo en la posibilidad de encontrar esa conexión profunda y significativa que trascendiera las limitaciones del tiempo y el espacio. 


Su dia habia comenzado con un ritual sagrado: escribir. Diego se sumergió en el mundo de su última novela, dejando que los personajes cobraran vida en el papel mientras el tejia tramas y desarrollaba diálogos. Era un proceso íntimo y apasionante, donde podia escapar de la realidad y sumergirse en un universo de su propia creación.  En su corazón Diego anhelaba encontrar alguien que lo comprendiera realmente, que lo aceptara tal como era con todas sus imperfecciones y virtudes. Soñaba con compartir su vida con alguien que lo desafiara intelectualmente, que lo inspirara a ser la mejor versión de si mismo. Pero también sabía que el amor no era algo que se pudiera forzar o apresurar: era un proceso lento y gradual, que requeria paciencia y dedicación para florecer plenamente.  

Mientras escribía, Diego se permitía explorar estas ideas y emociones, utilizando su arte como una forma de darle sentido a sus pensamientos sobre el amor, A través de sus personajes y sus historias, expresaba sus esperanzas, sus temores y sus anhelos más profundos, creando un puente entre su mundo interior y el mundo exterior. 

Al final del dia, cuando el sol se ponia en el horizonte y las luces de la ciudad comenzaban a parpadear en la oscuridad, Diego se sentia en paz consigo mismo y con el mundo que lo rodeaba. Mientras se preparaba para descansar, cerrando su máquina de escribir con un suspiro de satisfacción, se permitió soñar con el dia en el que finalmente encontraría a esa persona especial que iluminará su mundo. 

Secretos y Amor en el corazón de una Metropolis #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora