Capítulo 2: Vida Cotidiana

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El día comenzó temprano para Diego, el sol apenas iba asomandose por el horizonte cuando se levantó de la cama en su pequeño departamento. Como escritor independiente y editor para la editorial " Estrella Literaria", tenia un dia ocupado por delante. Despues de una ducha rapida y una taza de café caliente se apresuró a vestirse y salió por la puerta principal. 

El bullicio de la ciudad lo envolvió mientras caminaba por las concurridas calles hacia su lugar de trabajo. La editorial era un pequeño pero próspero negocio, especializado en la publicación de novelas contemporáneas y obras literarias de la calidad. Diego se sentía afortunado de formar parte de un equipo tan talentoso y apasionado, donde cad dia era una oportunidad para descubrir nuevas voces y talentos emergentes. 

Al llegar a la oficina, fue recibido por sus dos mejores amigos y colegas: Sofia y Andres. Sofía era una editora meticulosa y perspicaz, con un ojo agudo para detectar el talento oculto entre las páginas de un manuscrito. Andrés, por otro lado, era un diseñador gráfico talentoso y creativo, encargado de dar vida a las portadas y diseños de los libros publicados por la editorial. 

—¡Buenos días, chicos! —saludó Diego con una sonrisa mientras se dirigía a su escritorio.

—¡Buenos días, Diego! —respondieron Sofía y Javier al unísono.

Diego se sentó frente a su computadora y se sumergió de inmediato en su trabajo. Reviso los correos electrónicos entrantes, respondió a las consultas de los autores y coordino con el equipo editorial sobre los próximos lanzamientos. La mañana pasó rápidamente entre reuniones y discusiones animadas sobre los próximos proyectos.

—¿Qué planes tienes para el fin de semana, Diego? —preguntó Sofía con interés.

—Nada demasiado emocionante, creo que pasaré el sábado escribiendo en mi novela. ¿Y ustedes dos? —respondió Diego.

—Voy a ir al concierto de una banda local el viernes por la noche, ¿quieres venir? —propuso Andrés  entusiasmado.

Diego sonrió y asintió con la cabeza. —¡Claro! Suena genial, gracias por invitarme.

La conversación continuó mientras compartían anécdotas y risas disfrutando de la compañía del otro. A pesar de su diferentes ocupaciones y responsabilidades Diego, Sofia y Andres siempre encontraban tiempo para reunirse y compartir juntos. 

A medida que el dia llegaba a su fin Diego se despidió de sus amigos y se dirigió a casa con una sensacion de satisfaccion. A pesar de los desafíos y las presiones del trabajo, sabia que podia contar con el apoyo de sus amigos y colegas de la editorial. Y mientras se preparaba para una noche tranquila en casa, se sintió agradecido por las amistades que lo acompañaban en su viaje a través de la vida.  


La noche del viernes Diego se encontraba en un dilema. Habia aceptado la invitación de Diego para ir al concierto, pero una parte de el anhelaba algo diferente, algo mas emocionante y desconocido. Finalmente, decidió seguir su instinto y se aventuro a explorar una discoteca gay que habia escuchado mencionar. 

El ambiente vibrante y colorido lo abrumó cuando cruzo las puertas de la discoteca. Luces parpadeantes, música estruendosa y gente bailando llenaban el espacio, creando una atmosfera de alegria y libertad. Diego se sintió un poco nervioso al principio, fuera de lugar en un entorno tan diferente al que estaba acostumbrado. 

Sin embargo, a medida que se dejaba llevar por la música y la energía contagiosa de la multitud, comenzó a relajarse y a disfrutar del momento. Observó fascinado mientras las personas bailaban con gracia y desenfreno, expresando su individualidad de formas creativas y audaces.  Por un instante, Diego se permitió perderse en la magia de la noche, dejando de lado sus preocupaciones y temores. Se sintió vivo y libre, rodeado de personas que compartían su deseo de autenticidad y aceptación. En ese momento, comprendió que había encontrado un lugar que podía ser el mismo sin miedo ni juicio. 

Una canción familiar comenzó a sonar a través de los altavoces, atrayendo la atención de Diego. Era "Hung Up" de Madonna, una de sus canciones favoritas de todos los tiempos. La melodía pegajosa y el ritmo pulsante lo transportaron a un estado de euforia y excitación, haciendo que su corazon latiera al ritmo de la musica. Los recuerdos se agolparon en su mente mientras continuaba sonando. Recordó momentos felices de su adolescencia, bailando al ritmo de la música en fiestas con amigos. La letra de la canción resonó en su interior, despertando emociones que habían estado latentes durante demasiado tiempo. 

A medida que la canción llegaba a su clímax, Diego se sintió invadido por una oleada de energía y determinación. Decidió dejar atrás sus inhibiciones y entregarse por completo al momento presente, bailando con abandono y alegría como si no hubiera un mañana.  

Cuando finalmente salió de la discoteca en las primeras horas de la mañana, Diego llevaba consigo una sensación de alegría y euforia que no habia sentido en mucho tiempo. Había descubierto un nuevo mundo de posibilidades y experiencias, y estaba ansioso por explorarlo más a fondo en los días y semanas venideros. Y mientras caminaba por las calles iluminadas por la luz del amanecer, una sonrisa radiante iluminaba su rostro, sabiendo que este era solo el comienzo de una nueva y emocionante aventura. 

Después de una noche llena de emociones y nuevas experiencias en la discoteca, Diego regreso a su apartamento en las primeras horas de la mañana del sábado. El sol comenzaba a asomarse en el horizonte cuando finalmente se desplomó en su cama, exhausto pero lleno de vida. Durante el fin de semana, aprovecho al máximo su tiempo libre, dedicando largas horas a escribir en su novela y disfrutando de momentos de tranquilidad y reflexión. 


El lunes por la mañana, Diego se levantó temprano para comenzar su semana de trabajo en la editorial. Aunque todavía se sentía cansado por la noche de fiesta del viernes, estaba listo para enfrentar los desafíos que le esperaban. Sin embargo, mientras revisaba su calendario, recordó la invitación de Andrés para ir al concierto el viernes por la noche. 

—¡Vaya, se me olvidó por completo el concierto de Andrés! —exclamó Diego para sí mismo mientras se apresuraba a prepararse para el trabajo.

A lo largo del día, Diego no pudo sacarse de la cabeza la sensación de haber decepcionado a su amigo. Se sentía culpable por no haber asistido al concierto, sabiendo lo emocionado que estaba Andrés por compartir esa experiencia con el. Aunque intentó concentrarse en su trabajo, se mente seguía regresando una y otra vez a esa sensación de arrepentimiento y pesar. Finalmente, cuando llegó la hora de salir del trabajo. Diego decidió enfrentar por su ausencia y explicarle lo sucedido. 

—Hola, Andres. Lo siento mucho por no haber ido al concierto el viernes. Tuve una noche bastante intensa y me desperté con resaca el sábado por la mañana. No quería arruinarte la noche estando en ese estado. ¿Podríamos encontrarnos para tomar un café y hablar al respecto? —propuso Diego con sinceridad.

Andrés aceptó la disculpa de Diego con comprension y empatia. Acordaron encontrarse en su cafetería favorita esa misma tarde para ponerse al dia y discutir cualquier otra salida futura. 

Cuando finalmente se encontraron, Andres expresó su preocupación por el bienestar de Diego y le aseguro que entendía completamente la situación. Aunque Diego se sintió aliviado por el perdón de su amigo, prometió ser mas comunicativo y estar más presente en futuros conciertos o algo parecido. 



Secretos y Amor en el corazón de una Metropolis #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora