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Los gusanos recorrían la pequeña cabaña debajo de la tierra, era obvio que estuviera llena de insectos, estábamos en su territorio.
─── Te voy a bañar ───.
Aquel hombre bañaba a Melody echándole cubetadas de agua fría encima del cuerpo, tan solo eso, agua y era todo. Melody temblaba del frío ya que sentía el agua helada, aparte estaban en otoño, el aire le causaba más espasmos friolentos.
Comía pan, pan de leche y bebia agua aunque aveces lo guardaba para comerlo después, había veces en qué el hombre se iba y no regresaba en días y tenía que sobrevivir ahí como fuera. La cadena en su tobillo le dolía, su pierna comenzaba a tornarse de color lila con tonos de amarillento sin mencionar algunas gotas de sangre seca que tenía por ahí.
Había intentado romper esa cadena con lo que tuviese a la mano pero no lograba nada tan solo perder mi tiempo, pero el sentimiento de esperanza lo era todo.
─── Te ves tan patética comiendo ese mugroso pan, JAJAJA, mira esos cachetes como se mueven ─── se burlaba el hombre sentado frente a mi pegado a la pared, por alguna razón aquel hombre me observaba mientras comía en el piso sentada, masticaba lento para saborear el pan, me sabía delicioso ─── ¿Sabes que me gusta de ti? . . . Qué te ves muy tranquila apesar de que te tenga aquí encerrada, te observaba cuando te escapabas del orfanato y venías al bosque, hablabas con alguien de arriba ¿Dios te hablo? ─── continuo burlandose de mi con cinismo.
Melody solo lo observaba mientras comía su pan, parecía que a aquel hombre realmente le gustaba Melody.
─── Me gustas mucho, me encantas niña pero por alguna razón no me apetece besarte o tocarte, me produce más placer tratarte mal y humillar te ─── decía mientras se ponía de pie y caminaba hacia mi, aquel hombre siempre se sentaba con la silla volteada y ahí sentado me observaba por horas ─── Solían decir que este era el bosque de la magia, ¿Qué ridículo no? ─── .
Creo que seriamente prefería que me maltratara a qué me besará.
Los animales del bosque salían por la noche, los escuchaba mientras estaba recostada en la cama dura que tenía ahí. Podía ver la luz de la luna por un agujero cuadrado del tamaño de un cuaderno que tenía del lado de mi cama, alumbrada el otro lado de la "casita".
“Te gusta?”.
Otra vez esa voz, es ella, ¿Cómo la puedo escuchar aquí?.
“Tks,Tks nono, ¿Quién les dió permiso de encerrarte?”.
El sonido de negación que hizo con su boca al inicio podía jurar que lo escuché cerca de mis oídos, me causa una sensación de cosquillas.
Sonreí y me senté en la cama mirando hacía la luz de la luna que entraba por la pequeña ventana, aquella voz coqueta venía a verme.
“Puedo verte”.
Esas dos palabras causaron escalofrío en Melody, le dió cierto miedo pero confiaba en la voz de aquel ser que la miraba.
Melody sintió la mirada sobre ella, giro su cabeza hacia el agujero en la pared y pudo ver dos ojos grandes que la observaban fijamente, pupilas grandes de color miel que la miraban atentamente, pestañas enormes que le daban más hermosura a la mirada, y unas cejas pronunciadas. La mirada estaba tan fija en ella y era tan hermosa que daba miedo.
De la nada aquellas cejas se alzaron de forma coqueta, ¿Aquella voz le coqueteaba con la mirada?.
Melody se ruborizó y escondió en la sábana.
Aquellas cejas estaba en posición de tristeza pero la mirada era dominante, haciendo una mezcla en la sensación que te hace sentir.
“Ten pesadillas”.
Fue lo último que escucho antes de quedarse dormida.
Melody pensó que todo había sido un sueño pero algo dentro de su corazón le decía que no y la orillaba a querer escapar al bosque en busca de ese lugar con neblina.