Un hombre regordete entro al orfanato, traía un traje puesto de tonos cafesosos y un peinado tratando de ocultar su calvicie, camino mientras traía un maletín en su mano derecha.
─── Buenos días señor Pighim ───.
Melody caminaba por las afueras del orfanato un lugar muy solo en dónde el clima nublado era lo normal y un día soleado era casi inexistente, como siempre usaba algún camison blanco con encaje, pies descalzos y un pequeño broche en su corto cabello. Caminaba admirando las grandes nubes grises y sintiendo el aire fresco en su cuerpo, los cuervos bajaban a picotear las hojas que caían de los árboles de alrededor.
Escuché como Mor hablaba con alguien, parecía la voz de un hombre mayor. Fui a explorar de quién se trataba pero su oficina estaba completamente cerrada.
Melody trataba de observar por pequeños orificios de la puerta vieja de madera, pero decidió solo escuchar atentamente lo que decían. Se pegó a la pared a un lado de la puerta y se deslizó hasta abajo hasta sentarse con las piernas estiradas mirando un punto fijo mientras ponía atención a las voces.
─── Oh no, no creo que eso sea necesario yo hablaré con mis niñas le aseguro que todas ellas son muy buenas, todas unas damitas ───.
─── No lo dudo ───.
─── ¿Qué haces ahí?, ¿no sabes qué es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?─── dijo una de sus compañeras que iba pasando mirando a la chica de cabello corto sentada quieta como muñeca.
─── Shhh, hablan de algo importante ─── susurro Melody.
─── No es de tú incumbencia, vámonos ─── dijo Tania tratando de tomar del brazo a Melody la cual solo quitó su brazo ─── Eres una chica malcriada, tal vez por esas actitudes nunca te adoptaron ─── esas palabras hicieron que Melody volteara a ver repentinamente a Tania con una mirada inexpresiva y dolida, se puso de pie y corrió hacia su dormitorio tirándose en su cama hundiendo su cara en su almohada.
─── Puff ─── bufo Tania cruzándose de brazos, ella siempre solía ser indiferente con Melody.
Durante la comida todas las niñas del orfanato comían juntas en total eran unas 20 niñas por el momento y entre todas ellas la mayor era Melody.
─── Tengo un anuncio que darles a todas ─── pronunció Morcia ─── Melody, ¿Puedes ir a mi despacho y traer unos papeles qué están en una carpeta rosa por favor? ─── la mencionada asintió y se puso de pie saliendo del comedor rumbo a la oficina de la Señora Morcia al abrir la puerta se encontró con un hombre gordo que traía un portafolio con él casi chocaba con él hombrecillo.
─── Wuup, tenga cuidado señor ─── menciono Melody riendo un poco y regalandole una dulce sonrisa al extraño sujeto.
─── ¿Por qué mando a Melody por una carpeta? ─── preguntó Tania cruzada de brazos.
─── Para que no escuchase lo que les voy a anunciar ───.
─── Venderá el orfanato a un señor y él se hará cargo de nosotras y usted se irá con el dinero, ¿algo más? ─── Morcia miro molesta a Tania, ¿Cómo podía hablarle así a su superior y cuidadora?.
─── Vendere el orfanato pero no es como lo cuenta Tania, es por un bien mayor el señor Pighim hara de este viejo lugar un establecimiento mejor para ustedes y para las niñas que lleguen, solo serán unos pequeños cambios para mejorar, me quedaré solo una semana más y después hare mi retiro mis damas ─── pronunció Morcia con firmeza
Por otro lado Melody ya se encontraba regresando al comedor con la carpeta rosada entre sus manos, caminaba tranquila como si nada en el mundo le preocupara.
─── Oh Melody te perdiste de una buena charla ─── dijo Tannia saliendo del comedor encontrándose a Melody apunto de entrar.
─── ¿Enserio? ─── exclamó la chica confundida.
─── Oh Melody gracias por traer mi carpeta ahora termina tu macarrón con queso ─── hablo Morcia llegando justo a tiempo antes de que la otra chica imprudente le dijese algo a Melody.
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