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GOLDEN IN LOVE 02. / Rumores Llamados Primorosos _______________________________
Sí alguien era capaz de acaparar toda la atención, esa era la mayor de las mujeres Bridgerton. Daphne se notaba extremadamente nerviosa, inquietando a sus hermanos quienes compartían miradas con chispas de diversión e intriga, entre tanto ella se movía de un lado a otro en la acogedora sala de la familia.
— ¿Te encuentras bien? — consultó Colin Bridgerton.
— No creo que decir "bien" sea lo más adecuado, imagínense, un día te esta cortejando el mismísimo Duque de Hastings y al siguiente llega el hombre del que siempre has estado enamorada. Reconsidéralo, Colin, Daphne está muy lejos de estar bien.
Eloise Bridgerton explicó a viva voz lo que era evidente en ese momento. Fue precisa aunque dolorosamente bruta para Daphne quien se giró al verla al escuchar «El hombre del que siempre has estado enamorada». ¿Era verdad, o meramente se trataban de niñerías suyas? Prefería pensar en lo segundo.
Porque todos lo sabían.
Era un secreto a voces que Daphne Bridgerton amaba con toda su alma a Cardan Granger o al menos así fue durante gran parte de su vida, incluso después de que el se fuera a vivir a Francia siguió preguntándose si realmente era él dueño de su confuso corazón.
— ¿Te sigue gustando el Marqués? — preguntó Gregory entre risas.
Daphne se sonrojó lo suficiente como para que pensaran que le había dado alergia.
— ¡Es suficiente! — exclamó Violet Bridgerton a sus hijos. — Su hermana ya tiene suficiente con sus nervios como para que la hostiguen más con sus preguntas.
— ¡Llego! — Francesca apareció en el umbral de la puerta con algo en sus manos —. Es el nuevo ejemplar de Lady Wishtledown.
— ¿Qué dice? — dejó escapar Daphne reflejando su inquietud.
— Nada sobre ti y el Marqués si eso es lo que te interesa. Bueno, al menos nada relevante; solo que se encontraron ayer. En general habla de él y sus hermanas.
— ¿Hermanas? — empezó Hyacinth.
— ¿Tiene más de una? — agregó Eloise.
Todos los Bridgerton se acercaron para leer la columna. Excepto Daphne quien no tenía la necesidad de leer siquiera un párrafo de aquel cotilleo, dado que, como buena admiradora del Marqués había averiguado (años atrás) cada detalle sobre su vida.
La cocina era un desastre, las cocineras miraban todo con una fusión de una cara de asombro y diversión. Realmente era difícil prevenir un movimiento de las más pequeñas de la familia, quienes se movían de un lado a otro tratando de confundir a las mujeres.
