chapter one

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GOLDEN IN LOVE

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GOLDEN IN LOVE.
01. / Necesito Alguien Mayor
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Daphne tenía Diecinueve años. Edad más que suficiente para conocer todo aquello que le gusta y lo que no. Como toda persona tenía preferencias, aunque claro, le avergonzaba hablar acerca de su atracción por los hombres un poco mayores que ella. ¿No tenía nada de malo, verdad? — Jamás hombres casados. Comprometidos. Simplemente hombres inteligentes, con una gran capacidad de comunicación y llenos de gentileza. Porque Daphne adoraba el trato de princesa, ella quería que su futuro esposo sintiera tal devoción que nadie pueda ponerlo en duda.

Era fácil soñar con que algún día el estándar se reduciría a un hombre existente, nada de despertar en su cama luego de conocerlo. Muy en el fondo, Daphne Bridgerton sabía que ya había conocido al candidato perfecto pero ¿qué hacer si la ignoraba?  — O al menos eso hacía cuando vivía en Londres. No lo había visto nuevamente, pese a ello, la chica estaba al tanto de su poca agraciada oportunidad.

Niñita. Así la llamaba, ¿Cómo pretendía obtener algo si esa era su forma de verla? Una mocosa cuanto menos, no de las agradables, eso se imaginaba. Todo era culpa de su desenfreno. Atormentó tanto al pobre hombre que obtuvo su indiferencia.

Cardan era todo cuanto podía ver, pero no tocar.

«No pienses en Granger». Se decía una y otra vez durante la presentación de facultades.

Su hermano Colin la había llevado para conocer algunos profesores de filosofía, historia, aritmética y otras disciplinas. Bueno, a quien había invitado en un principio era a Benedict pero como se ausentó la llevó a ella.

— ¿Quieres escuchar la charla de ciencias políticas, Daff? — preguntó Colin.

— No, gracias. Estaré viendo por este lado —.Daphne señaló el área donde estaba la astronomía y la biología. Le llamó mucho más la atención por los colores.

Los hermanos se separaron. Daphne se fijó en los pergaminos de física, no entendía lo que decía pero seguramente era algo entretenido.

Cuando notó el puesto de ciencias biológicas, decidió acercarse, su institutriz le había hablado de eso en una que otra ocasión. La recepción se dividía en un grupo de insectos disecados, ilustraciones de su anatomía, conceptos generales y luego estaba el cuerpo humano. Sin estar lista la presentación del cuerpo humano, la jovencita Bridgerton se paso unos buenos diez minutos leyendo sobre algunos animales marinos y viendo las ilustraciones de los insectos.

Una pequeña ráfaga de viento le arremolinó el pelo, movió una de sus manos para reparar el pequeño desastre. Antes de que pudiera notarlo estaba riéndose de su pánico innecesario. Nadie importante estaba ahí, bueno al menos nadie que le prestara atención. Todos ahí estaban en lo suyo.

Despreocupada alzó sus hombros, moviéndose con el grupo de personas hasta la sección del cuerpo humano. Un decano había aparecido, presentándose en nombre del grupo de la universidad de ciencias.
Haciendo una pequeña introducción sobre la anatomía del ser humano, explicó que existían múltiples maneras de estudiarla pero que para los que estaban presentes había traído algo especial. Más práctico.

Detrás de una cortina salió una mujer, con una bata roja flamante que cubría su cuerpo. Antes de que pudiera reaccionar la desconocida ya se la había quitado, revelando su desnudez.

Daphne ahogo un grito.

La mujer tenía un cuerpo más voluptuoso, más bonito, pensó ella. Unas curvas atractivas que estaban a punto de hacer que se perdiera en ellas, lo que era indebido.

Asustada apartó la mirada y se fijo en sus uñas. Había comenzado hacerse daño en ellas de lo nerviosa que estaba. Lo cual le pareció ridículamente patético, era la única de los oyentes que no estaba prestando atención. Todo porque se había cohibido.

— No sienta vergüenza, señorita — dijo alguien detrás suyo.

Ante las palabras de esa voz que no pudo reconocer, Daphne entró en pánico y la vergüenza triunfo en un agónico canto de sufrimiento. Quería alzar su cabeza, mirar, porque no había nada de malo en ello ¿Cierto? — No estaba del todo segura. Se sentía demasiado fuera de si. Muy tímida, para ser más exactos.

— Esto está mal — susurró. Aunque no pensó que la escucharía.

— Lo que yo veo, señorita, es el cuerpo de una mujer en su total naturaleza. Dígame, ¿Qué hay de malo en ello? — instruyó el hombre. Con una voz, dolorosamente exquisita.

Daphne apretó sus muslos inconsciente, le agradaba la voz inquisitiva. Era gallardía pura, tan pura y atrayente que se sintió dentro de un sueño. Estaba fascinada por ese alguien que la consolaba de su mera inocencia.

— Se encuentra desnuda, mirarla esta mal.

— ¿Quién lo dice? — preguntó.

Ella alzó sus hombros.

— Todos nos desnudamos. No hay nada de especial en ello. Supongo que, lo que a usted le atormenta es que sea desnudado para una multitud. Pero ese no es un problema tampoco, porque ella así lo quiso — fue explicando lentamente. Con un juguetón tono esclarecedor —. Si quiere mirar, hágalo.

Negó otra vez.

— Mírela — canturreó, con tinte suave.

— ¿Por qué lo haría?

— Porque puede y quiere hacerlo, Daphne Bridgerton — farfulló Cardan Granger.

Había regresado. Y quería hacerla parte de lo explícito y natural — El problema era que Daphne estaba muy tentada a hacerlo, y en cuanto supo quién era ella cayó. Siguiendo su instinto la menor se dejó llevar.

golden in love ✧ daphne bridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora