🌻 7. Cuando Carmen se fue - [spin-off] (P. 4)

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La reunión pasó y en definitiva el pedido de David era contar con el respaldo y clientes de confianza que los Alvear podrían solicitar para él, así parte de las ganancias quedaba como una comisión para ellos.

Antonio insistió que la comisión no hacía falta, pero David no daría brazo a torcer luego de haber hecho las cuentas. Ya no quería quedarle debiendo nada a nadie.

—Bien, David. Voy a terminar con mis cosas. Te dejo con Carmen que se nota ansiosa por charlar con vos —comentó Antonio mientras se ponía de pie, haciendo que la chica se pusiera roja y gruñera como un toro, en tanto David solo rio bajito como siempre.

Cuando su padre salió de la sala, Carmen bufó y levantó la cabeza, se cruzó de brazos y analizó aquel derrotado David de visión perdida.

—¿Dónde te hachaste el pelo? —fue lo primero que se le ocurrió decir para quebrar el ambiente.

David rio en el mismo tono de antes.

—En el pueblo, veo que no quedó tan bien.

—¿Estás ocupado después de esto?

El caballero redirigió su mirada hacia ella con cohibición.

—Solo regresaré a la chacra.

Ella suspiró poniéndose de pie.

—Vayamos a la barbería donde atienden a mi papá, si vas a estar asociado con nosotros es mejor que estés presentable.

Definitivamente, David no podía leer los movimientos de la mujer, y ya su misma culpa lo incentivaba a hacerle caso.

—¿Creés que tiene solución?

—Todavía hay largo que se puede emparejar, y esa barba, ugh...

¿Qué sonrisa poner cuándo se es insultado gratuitamente y aún así se siente que es bien merecido el maltrato?

—No me favorece, lo sé, lo sé.

—Te hace ver veinte años más viejo.

—¿Qué? ¿De verdad?

David la encaró de golpe, eso sí le había golpeado.

Ante la reacción helada de David, Carmen solo atinó a relajar su semblante y comenzar a reír suavemente.

—Ya te dije que hay solución. Voy por mi bolsa y vamos a la ciudad.

David asintió luego de suspirar apenado.

—Gracias, me hacía falta la opinión del buen ojo femenino.

—Me sorprende, siempre tuviste buen ojo femenino —bromeó ella, logrando que el otro se pusiera colorado entre su nerviosa sonrisa—. David, también me gustaría que hablemos en el camino, y me cuentes cómo fue todo... como amigos, ¿puede ser?

Si ya la sorpresas lo sobrepasaban, ese último pedido lo desbordó por completo.

David quedó cabizbajo y se tapó el rostro con las dos manos. Carmen se extrañó, pero supuso que estaba conmocionado justamente como ella luego de tanto tiempo sin verse. Así que solo se quedó callada y le dio palmaditas en la espalda.

—Gracias por acercarte y hablarme. Estaba muy avergonzado después de todo lo ocurrido.

—No te preocupes... —respondió ella suavemente—. Yo también lo estoy.

 Yo también lo estoy

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Una de mil: Extras • [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora