Rafael juró oír que una orquesta interpretaba un himno a la felicidad absoluta en su interior. Estaba sorprendido, pero al mismo tiempo feliz de que David realmente quisiera tener esa experiencia con él.
Ahora creía comprender por qué el otro se culpaba tanto en referencia a sus deseos de ser más íntimo con él que con los que tuvo con Lucien.
Pero volviendo a su realidad, seguía siendo un misterio para Rafael el cómo avanzar. Y David tampoco tenía práctica, así que no había mucha certeza al respecto.
Volvía a ponerse nervioso. ¿Y si lo hacía mal? ¿Y si lastimaba a David? Momento... ¿Qué papel tenía que cumplir cada uno?
—Yo estoy dispuesto a hacer el rol femenino... —David pareció leer la mente del otro—. Y puedo ir indicándote cómo hacerlo todo... Bueno... Solo si estás seguro de querer.
Dicho eso, Rafael jadeó para descomprimirse y su respuesta tuvo que esperar primero a que diera más de esos apresurados besos mojados que volvían a dejar débil y bobo a David.
Tras concluir con su fogoso golpe, Rafael volvió a tener la palabra:
—Quiero, David... Eu quero fazer amor com você... —dijo firme, más abierto que nunca—. Me siento tan feliz que podría morir ahora mismo.
David recuperó el aliento solo para perderlo en una apenada risa.
—No digas eso —Acarició las mejillas del moreno con mucho cuidado—. Ahora solo besáme así de fuerte. Vamos a comenzar a amarnos, ¿sí?
—Sim...
Rafael hizo caso, tanto que después de calurosos minutos dejó hinchados los labios de David.
Bajó por su cuello para seguir saboreándolo a medida que la respiración de David se hacía alta. ¿Sería posible que alguien pudiese oírlos a esas horas haciendo cosa tan pecaminosa?
Cuando estaba a punto de dejar de ser tan insistente en esa parte, David respondía con esos prolongados suspiros que le erizaba la piel morena. De pronto, Rafael pensaba que el pecado era detenerse.
Fue abriendo los botones y continuó obedeciendo con tanta pasión que dejó sus marcas por todo el torso de David.
Incluso, teniendo en cuenta el rol que su amado ángel le obsequió, se atrevió a jugar en uno de los sensibles pezones rosados usando su lengua. Lo miró de soslayo, siguió estimulando ahí y levantó una mano para acariciar suavemente el otro pezón con sus dedos.
David sintió todos los escalofríos recorrerle en cada lugar de su cuerpo, así que intentaba zafarse por inercia. Y como Rafael percibió eso, se sujetó más fuerte para mamarlo.
El señor tuvo que taparse la boca con las manos para no hacer escándalo, en tanto estaba casi lagrimeando, respirando alto por la nariz y su entrepierna hinchándose.
Rafael volvió a encimarse para descubrirle el rostro y devorarlo a besos, y, en un movimiento instintivo, se rozó en medio notando cuan duros estaban ambos. Tal aspereza provocó sorpresivos gemidos mutuos que tuvo que callar al instante insistiendo con la lengua dentro de la boca del otro.
Comenzó a rozarse con menos brusquedad hasta que se acostumbraron y los besos volvieron a ser armoniosos y pasionales.
David logró liberarse un momento y estiró el cuello para encajar el rostro de Rafael allí, y distraerlo mientras recuperaba el aliento. Lo abrazó fuerte moviéndose con sutileza también y frotando sus piernas a los lados cuando dejó a Rafael en el medio.
—Rafael... Está muy... muy caliente abajo... —David susurró cuidadoso, tratando de ser un poco implícito con el pedido.
Entonces, Rafael entendió y terminó por sacar la prenda superior a David, para luego hacer lo mismo y desaparecer poco a poco el resto de la ropa tan tediosa entre ambos.
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Una de mil: Extras • [BL]
RomanceEste libro será dedicado a extras de "Una de mil", la historia de amor entre Rafael y David. Por una cuestión de propiedad, aquí entrarán escritos con escenas explícitas que pueden ser canónicos en la línea temporal de la historia, como también alg...