Planes

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Narración de Mika

El calor era sofocante, y sentía que mis fuerzas flaqueaban. La presión de la carrera y la amenaza que me hicieron seguían pesando en mi mente. Aún estaba en segundo lugar, pero la bandera a cuadros se acercaba peligrosamente. El miedo a perder me consumía, especialmente con esa maldita advertencia del encargado.

De repente, escuché la voz de Omar en el comunicador:

— Mika, sé que puedes hacerlo, piensa que esta carrera la estás corriendo conmigo.

— ¡Cállate! Quédate con tu competencia, ya que solo fue una vez... —contesté, irritada. No tenía cabeza para soportar distracciones en este momento.

Alguien le quitó el comunicador y escuché a Yamato:

— Esa boquita, Mika. ¿Qué te estoy enseñando? Sé que estás cansada, pero esto es solo una práctica. Si no aguantas ahora, olvídate de la Fórmula 1.

Esas palabras me dolieron profundamente. No soy débil, me repetí. Tenía que demostrarles que podían confiar en mí, pero más que eso, debía confiar en mí misma. Decidí tomar una ruta que no estaba en los planes de ellos. No soy inútil, y si algo me ha enseñado la carrera es que a veces la mejor arma es la sorpresa.

Calculé la velocidad y el ángulo, y me lancé con todo. Por un instante, el líder se distrajo, y ese fue el momento que aproveché para adelantarlo. **Vi la bandera a cuadros flameando y crucé la meta en primer lugar**. Mi primera victoria en Fórmula 3.

— Ahora solo te faltan otras victorias —escuché la voz de Yamato en el comunicador. No podía relajarme, pero por el momento, había ganado.

Narración de Toshio

Desperté en una habitación de hospital, el ambiente frío y lúgubre. Mis ojos estaban abiertos, pero mi cuerpo no respondía. Mi esposa, con lágrimas en los ojos, se acercó al verme consciente.

— ¡Doctor! —gritó—. Toshio, me alegra que hayas despertado, pero… ha habido algunos problemas.

El doctor entró a la habitación, revisándome con seriedad.

— ¿Se lo dijo? —preguntó el médico.

— No, aún no —respondió mi esposa, preocupada.

El doctor me miró y, con una voz firme pero calmada, dijo:

— Señor Toshio, el accidente que sufrió lo ha dejado en un estado de parálisis total. No puede moverse más que con los ojos.

El shock fue instantáneo. **No podía moverme, ni hablar, ni siquiera levantar un dedo**. De ser una figura influyente en las carreras, ahora estaba postrado en una cama, sin poder siquiera luchar. El doctor salió, dejándonos solos, y mi esposa, entre lágrimas, encendió la televisión. El canal de Fórmula 3 apareció por accidente, y vi en la pantalla que Ethan había ganado la carrera. Maldita niña, pensé con furia. Omar había cambiado por ella, pero no me rendiría.

Mi esposa se acercó, acariciándome el cabello.

— Toshio, sé que no puedes hacer mucho ahora, pero yo te ayudaré. Conozco a esos corredores, y te juro que los derrotaré en tu nombre.

Quise decirle todo lo que sabía, advertirle de los peligros, pero mi cuerpo no me respondía.

— Sé que te acostumbraste a hablarme, así que haré preguntas simples. Si la respuesta es sí, cierra los ojos una vez. Si es no, no hagas nada. —Suspiró profundamente, y luego me preguntó: — ¿Te empujaron?

Cerré los ojos una vez.

— ¿Es alguien que conocemos?

De nuevo, cerré los ojos.

— No me puedes decir que fue Omar…

Mis ojos se cerraron una vez más. Las lágrimas de mi esposa volvieron a salir, y verla así me destrozaba. Lo único que podía hacer era llorar con ella, sabiendo que no había aprovechado cada momento a su lado antes de este trágico destino.

— Te amo con todo mi corazón, Toshio. No te dejaré nunca, aunque estés en esta posición —me dijo, con una ternura que solo hacía más dolorosa la realidad.

Un enfermero entró y pidió que mi esposa fuera a realizar algunos trámites. Cuando salió, el enfermero se acercó a mí con una expresión amenazante.

— Señor Toshio, le traigo un mensaje. Si su esposa o alguien más se involucra en esto, no vivirán para contarlo. —Su mirada era fría, cruel—. Ahora está en nuestras manos, y no podrá escapar.

Se fue dejándome completamente indefenso. No podía proteger a mi familia ni a mis amigos, y sabía que el mundo de las carreras estaba a punto de cambiar. Si la verdad sobre Ethan salía a la luz, sería un escándalo que sacudiría el deporte.

Sueño

En mi sueño, vi a Mika llorando a lo lejos. Me acerqué a ella, y cuando me vio, me abrazó con fuerza.

— Lo siento por haber estado en tu contra… —dijo entre lágrimas.

Me aparté de su abrazo, furioso.

— Alteraste mi mundo, Mika. Ahora Omar está en mi contra, y todo porque tú me quitaste mi lugar. Hiciste que él me mandara a matar.

— No fue mi intención… —respondió con culpa en sus ojos.

Fin del sueño

Desperté, con mi esposa al lado, y vi que el tiempo había pasado. En la televisión seguían pasando la Fórmula 3. Ethan, la niña que me robó todo, seguía destacando en la pista, y los comentaristas la alababan. Si seguía así, ascendería rápido, y se convertiría en la piloto más joven en llegar a la Fórmula 1.

No lo permitiré. Aunque esté atrapado en este cuerpo inmóvil, encontraré la manera de detenerla. *Tengo que hacer un plan, pero desde esta cama, ¿cómo podría lograrlo?

El silencio De Un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora