La Dura Realidad

6 0 0
                                    

Narración de Mika

Cuando gané el primer puesto en la práctica de hoy, supe que mañana podría liderar la carrera y demostrar a todos los que siempre dudaron de mí. Omar estuvo tan nervioso durante toda la carrera que Yamato le tuvo que quitar los audífonos. Bajé de mi monoplaza y me dirigí hacia ellos, quitándome el casco.

— Mañana será el gran día y debes ganarla — dijo Yamato con determinación.

— Sí — respondí, mirando a Omar. — ¿Por qué estás tan nervioso?

— Eso es privado y preferiría no hablar de ello — se alejó de nosotros con un gesto.

— Tiene un secreto muy bien guardado — dijo Yamato, tranquilo. — Resulta que seré tío.

— ¿Tiene pareja? — alcé mi bebida y la tomé. — Eso me sorprende.

— Ojalá no cometa errores — Yamato miró en dirección a Omar. — En su infancia, le faltó mucho amor de parte de sus padres, y quieras o no, su adolescencia fue dura.

— ¿Estaba contigo?

— Sí, estuvimos en las carreras desde pequeños. Él era quien más sufría por la presión de su padre. A veces lloraba mientras conducía.

— Sé que nada en este mundo es fácil, pero algunos no deberían existir o tener hijos a los cuales torturar...

Tuve que alejarme por un momento; las entrevistas eran necesarias. Omar es alguien que realmente me preocupa.

Después de las entrevistas, me sentí agotada. Mientras regresaba a mi departamento, vi a lo lejos a unos niños jugar en un parque. Me acerqué, apoyándome en las rejas que nos separaban.

— Quisiera sentir esa sensación de jugar nuevamente — cerré los ojos y las lágrimas comenzaron a caer. — No pude disfrutar mucho de esa etapa.

— Es raro que no lo sintieras. ¿Acaso nuestra madre no quería ver tu infancia? — dijo Mitsuki a mi lado.

— Se supone que tú deberías irte hoy.

— Nada es imposible cuando tienes un avión privado. ¿Acaso tu madre no tiene recursos? Mi padre le mandaba cierta cantidad de dinero para que pudiera tener una niñera.

— Supongo que se quedó por su belleza; ella depende de mí para vivir. Solo es una mujer oportunista.

— Mika, los dos tuvimos padres oportunistas. Solo por ser dotados. Tu madre vive por razones prácticas, mientras que yo crecí en un entorno de música y idiomas.

— Hubiera querido ser una niña normal como ellos, preocupándome por tener novio o no.

— No se puede negar lo que tenemos. Solo aprovéchalo. Te vi siendo Ethan.

— Eso no es cierto — respondí, sintiéndome nerviosa. Ojalá no dijera nada más.

— Por favor, no seas mentirosa. Vi tu lunar en el cuello; me di cuenta desde que te conocí.

— Por favor, no digas nada. Sabes lo que me pueden hacer si se enteran en la empresa.

— Si lo hacen, te harán juicio. Si te pasa algo, puedo cubrirte; una revisión o algo que muestre tu cuerpo.

— ¿Por qué me ayudas? — lo miré sorprendida.

— Somos hermanos, y yo te puedo ayudar, pero también tú me ayudarías a mí. — Nos miramos frente a frente, alzamos los brazos y, al hacerlo, cerramos un vínculo. — Con esto no hay vuelta atrás.

Después de eso, nos separamos. Él se fue en su auto y yo subí a mi departamento. Estaba tan cansada que, al entrar en mi habitación, me acosté en la cama y me quedé dormida.

Narración de Yamato

Al ver el auto de Mitsuki, me dio curiosidad saber qué tipo de pacto habían hecho. Estuve esperando la llamada de mi padre, pero decidí irme del lugar y seguir a Mitsuki.

Mientras lo hacía, él tomaba caminos extraños, lo cual no me sorprendió. Cuando dobló una esquina, traté de adelantarlo, pero lo perdí de vista. Justo cuando decidí continuar mi camino, noté que alguien me seguía: era el auto de Mitsuki. Intenté perderlo, pero fue imposible. Escuché mi celular sonar; era un número desconocido y tuve que contestar, aunque sabía que esto no estaba bien.

— ¿Cómo te sientes al ser seguido, Yamato? Detente en la siguiente esquina.

Tuve que obedecer. Me dirigí a un lugar con parqueos. No quería bajar del auto, pero lo tenía que hacer por Mika. Bajé y vi a Mitsuki apoyado en su auto, con los brazos cruzados.

— ¿Qué necesitas de mí? — me dijo con una mirada desafiante.

— Solo me dio curiosidad saber qué hacías con mi novia. Quería visitarla, pero te vi con ella.

— Se supone que ella tiene mi edad... Investigué sobre ti y descubrí cosas que no te convienen. Como no la conozco y ella no me conoce, no me meteré en su vida. Pero si haces algo que no te conviene, juro que lo voy a revelar al mundo.

— ¿Qué sabes sobre eso? — lo miré sorprendido. Nadie me había dicho eso antes.

— Sé sobre Perla y el maltrato que le ejercías, tanto psicológico como físico. Su embarazo, sobre su escapada del país. ¿Crees que se fue porque tenía cosas que hacer?

— Se supone que ella murió y tengo fotos de ella.

— Se nota que tu detective te engañó; ella sigue viva. Y esas fotos son falsas... Ella tiene un niño de 5 años y es tuyo.

— ¿Qué más sabes de nosotros?

— Sobre Omar, fue una buena jugada meterse con la hija de Mrs. Toshio. Tendrán mellizos. Solo cuida a los niños y a ella; Omar no es un asesino cualquiera. Y cuida a Mika, que no está bien emocionalmente.

Se volvió a su auto, lo encendió y se marchó. Perla sigue viva y tiene un hijo mío. ¿Dónde estará ahora? Quiero verla y pedirle perdón por lo que le hice...

Flashback

— Me debes respetar porque eres mi amor — le dije, agarrándole de las muñecas.

— Me lastimas... me duele — comenzó a llorar.

— Solo eres una débil... No sé por qué estás conmigo... — la solté y le di una cachetada. — Ten suerte de que no te mate.

Fin del flashback

Lo siento mucho, Perla... No pensé que esos daños te afectarían de esta manera. Te dejé sola en el momento más feliz de tu vida como mujer. Mis lágrimas salieron, y como si el mundo estuviera en mi contra, empezó a llover.

El silencio De Un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora