Las imágenes de la noche anterior golpeaban los recuerdos de Tsukishima. La intensidad de aquellos recuerdos lo abrumaba. No quería aceptar lo que eso significaba ni tampoco enfrentar sus consecuencias ¿Besó a su mejor amigo? Sí, pero eso no significaba nada, todo había sido efecto del alcohol... O eso quería hacer creer a si mismo.
Sentado en el suelo comenzó a recordar tiempos pasados, aquellos días de la infancia donde Yamaguchi era el único apoyo que tenía en medio de la tormenta...
Ambos chicos se conocieron muy jóvenes, tanto que los recuerdos de su primer encuentro eran algo borrosos para el rubio. Pero atesoraba con cariño aquel momento que habían vivido poco después de conocerse, una tarde de invierno que Yamaguchi lo buscó para ir a jugar afuera.
-¡Hola! -Saludó un Tadashi de unos 6 años a la señora Tsukishima que abrió la puerta. -¡Vengo a buscar a Tsukki para jugar afuera!
-¿"Tsukki"? -Preguntó la señora Tsukishima, curiosa ante el apodo.
-¡Sí, es el apodo de Tsukishima-kun!
-Ya veo... -¡Tsukki, te buscan! -Lo llamó, imitando el apodo.
El pequeño rubio salió a jugar con su nuevo mejor amigo, no sin antes ponerse su gorrito de dinosaurio para resguardarse del frío. Afuera estaba cubierto de nieve, pero sin importar lo helado que estaba en el ambiente los niños corrieron y rieron sin molestarle nada más en el mundo.
-¡Tsukki, hagamos un muñeco de nieve! -Exclamó el pequeño peliverde.
-¡Mmm! -Asintió el pequeño rubio con una pequeña sonrisa.
Empezaron a amontonar la nieve, juntando una gran bola para hacer la base del muñeco. Tsukishima tenía la tarea de buscar las ramas que serían los brazos de su nuevo amigo de nieve. Pero no se dió cuenta de la gran roca cubierta por la nieve que lo hizo tropezar. Aunque no alcanzo a rasguñarse, se golpeó en su rodilla.
-¡Agh, me duele! -Se quejó el niño mientras tocaba su rodilla.
-¡Tsukki! -El pequeño Yamaguchi soltó rápidamente la bola de nieve que estaba haciendo en sus manos y corrió a donde su mejor amigo se encontraba. -¿Estás bien?
-Me duele... -Murmuró el pequeño rubio mientras intentaba no llorar.
Yamaguchi se arrodilló al lado de él, inspeccionando el golpe. No había sangre, pero notó las lágrimas en los ojos de Tsukki y quiso consolarlo.
-No llores Tsukki. -Dijo Yamaguchi mientras le daba un fuerte abrazo. Al inicio tomó por sorpresa a Tsukishima, pero rápidamente dejó que lo consolará. -Volvamos a casa, tu mamá te pondrá hielo y se te pasará el dolor.
Yamaguchi hablaba mientras limpiaba las lágrimas de Tsukishima con sus pequeñas manos. Los ojos dorados del rubio lo miraba impresionado. Quizás era muy pequeño como para darse cuenta, pero desde ese momento comenzó a surgir algo más que una amistad.
Y así, a lo largo de sus tantos años de amistad hubieron innumerables momentos que lo hicieron dudar de sus sentimientos hacia Yamaguchi, pero trataba de no pensar mucho en eso, ¿Como podría enamorarse de su mejor amigo? Siempre había tenido miedo de dar el siguiente paso y que todo cambiará, más que nada tenía miedo de que las cosas no funcionaran y su amistad con el peliverde cambiará. La valoraba demasiado como para arriesgarse. Por eso, cada vez que esos pensamientos venían de nuevo a él los reprimía en un rincón muy profundo de su corazón. Pero ahora, ese rincón había sido forzado a abrirse.
La notificación proveniente de su celular lo sacó de sus pensamientos. Era Yamaguchi intentando contactarlo para aclarar las cosas "tsukki, estás bien??" "sabes que debemos hablar sobre lo que pasó ayer...", eran unos de los mensajes enviados por Tadashi. Tsukishima miró los mensajes, indeciso, pero terminó apagando la pantalla de su celular sin siquiera responder o leer algunos de los mensajes enviados. No estaba listo para hablar con él y enfrentar lo que había sucedido la noche anterior... O más bien, no estaba listo para enfrentar sus propios sentimientos que había reprimido por tanto tiempo.
Dió un gran suspiro antes de levantarse del suelo y dirigirse al baño. Decidió que lo mejor era darse una ducha, aún apestaba a alcohol y quería despejarse. Cerró la puerta y se desnudó antes de entrar al agua... Quería que las gotas se llevarán sus preocupaciones y poder así relajarse un poco, pero la imagen de Yamaguchi seguía ahí, en su mente y en su corazón.
-¿Que hice...? -Murmuró mientras ponía su mano en su frente, intentando encontrar algo de claridad en sus pensamientos con las gotas de agua corriendo por su cuerpo.
A lo lejos podía seguir escuchando las notificaciones de los mensajes de Yamaguchi. Su amigo estaba muy preocupado por él, pero Tsukishima no se sentía capaz de ver aquellos mensajes sin experimentar un profundo sentimiento de culpa y vergüenza.
Al salir de la ducha se vistió con ropa limpia antes de dejarse caer en la cama de su habitación. La casa estaba vacía, sumida en un profundo silencio que era ensordecedor para Kei.
La oscura soledad de su hogar le hizo recordar lo mucho que había dependido de la compañía de Yamaguchi en todos estos años, y de lo solo que estaba sin él. Su madre siempre estaba ocupada con su trabajo, su hermano inmerso en sus asuntos de universitario y su padre... Él ni siquiera podía ser tomado como una opción. Siempre había sido una figura ausente en la vida de Tsukishima. Su único apoyo incondicional siempre había sido Tadashi, la única persona en la que podía confiar plenamente sin miedo de que al siguiente día ya no este. Si algo salía mal con él, Kei temía quedarse completamente solo.
-¡Maldición! -Refunfuñó él teniendo un debate mental consigo mismo. Quería simplemente enviarle un mensaje a Yamaguchi diciéndole que estaba bien y que todo volviera a ser como antes, pero sabía que las cosas no podían ser así de fácil. Él no podía borrar lo sucedido la noche anterior ni borrar las preguntas que atormentaban su mente ahora mismo.
Por un lado, quería finalmente dejar escapar esos sentimientos que había estado resguardando en lo profundo de su corazón. Por otro, temía lo que estas acciones podrían traer como consecuencia en su relación de tantos años con Yamaguchi. Estaba atrapado en un dilema emocional del cual no tenía escapatoria. Tsukishima se veía a sí mismo en un túnel oscuro y sin salida. Sentía que el peso de la situación lo aplastaba, pero aún así sabía que no podía seguir evitándolo para siempre. Sabía que tendría que enfrentar a Yamaguchi y sus propios sentimientos tarde o temprano. Pero por ahora solo quería un respiro, un poco más de tiempo para comprender qué hacer con el caos que ahora reinaba en su mente y en su corazón..
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Stand By Me [Tsukishima x Yamaguchi]
FanfictionUna simple acción resultada del alcohol tiene el poder de cambiar para siempre el rumbo de su amistad. ©Personajes del manga «Haikyuu!», créditos a su creador.